Polinización del avellano europeo: Un desafío pendiente
El extraordinario potencial comercial que posee este frutal se ha visto mermado de cierto modo por los problemas que se presentan a la hora de llevar a cabo la polinización de los huertos. Revise a continuación las recomendaciones de los expertos para realizar con éxito esta tarea y conozca los últimos avances tecnológicos.
Claudia Fernández
Polinización asistida.
Crédito: Miguel Ellena, INIA Carrillanca.
La creciente demanda internacional por el avellano europeo y los competitivos costos de producción que puede alcanzar, han generado la idea de que el establecimiento de este frutal es una tarea sin dificultades. Sin embargo, la realidad contrasta con esa situación. Y es que a diferencia de otras especies, el avellano europeo presenta enormes problemas de polinización, lo que genera que las producciones entre predios sean muy dispares.
En Chile las variedades más cultivadas son la Barcelona y Tonda di Giffoni, las cuales son polinizadas por una gran variedad de variedades. Éstas se definen dependiendo de la zonificación, la cantidad de polen producido y la compatibilidad genética y cronológica.
Pese a que presenta flores masculinas y femeninas, el avellano europeo depende de la polinización cruzada por ser una especie autoincompatible, por lo que necesita del polen de otra variedad genéticamente compatible.
Además del problema que presenta la incompatibilidad genética,la polinización del avellano europeo requiere que la receptividad de las flores femeninas coincida con la floración masculina de los polinizadores. Y es que esta labor es anemófila, es decir, depende exclusivamente del viento por la época del año en que ocurre.
Sincronización cronológica: La clave
El avellano europeo florece en invierno, entre los meses de junio y agosto, momento en que a causa de las condiciones climáticas propias de la estación no existen insectos como las abejas que faciliten la polinización, quedando todo el proceso de fecundación de las flores en manos del viento.
Ante los requerimientos especiales de esta especie, los productores deben apuntar a lograr una sincronía entre la receptividad de la flor femenina de la variedad principal y la liberación de polen de la flor masculina de los polinizantes.
“Las ventanas en las que se abre la flor femenina en invierno son pocas debido al mal clima, pero cuando ésta se encuentra receptiva es necesario que exista liberación de polen al aire proveniente de un árbol de otra variedad que sea genéticamente compatible. A esto se le llama sincronía de tiempo en polinización”, comenta Leonardo Salas, dueño del Vivero G y S de Gorbea.
Salas enfatiza en que tanto el comprador como el vendedor de las plantas debe considerar las variables de zonificación, pues la variedad principal y la polinizante no se comportarán de la misma manera en las distintas zonas agroclimáticas.
En sus inicios como viverista, Leonardo Salas trabajó con gente del INIA para recolectar variedades y hacer pruebas de polinización. “Hay variedades que polinizan mejor que otras. La compatibilidad no es 0% o 100%, sino que existen gradualidades, ya que las fechas de floración cambian dependiendo de la zona de plantación. Esto no altera la compatibilidad genética, sino la fecha en que la flor femenina está receptiva y la fecha en que el polen es emitido por el macho”, explica Salas.
El experto comenta que para las mismas variedades dominantes y polinizantes la eficacia de esa fecundación variará según la fecha de receptividad de la flor femenina. Así, por ejemplo, una partícula de polen bien fecundada puede tener un 68% de posibilidades de llegar a fruto en determinado momento. Sin embargo, esa misma partícula en otro lapso de tiempo puede alcanzar una chance de 40% de convertirse en fruto.
Receptividad de la flor femenina
El periodo de receptividad de la flor femenina es muy amplio. De hecho, puede llegar a durar 60 días entre junio y agosto, aunque no todas florecerán al mismo tiempo, por lo que no existe un solo polinizante capaz de cubrir todo este tiempo. “Hay que tener polinizantes de distintas variedades para asegurar que cubran las distintas ventanas de receptividad de las flores”, dice Leonardo Salas.
El experto indica que la ventana de receptividad de las flores hembras es una campana de Gauss, donde los primeros y últimos días existe menor viabilidad de fecundación. Los pólenes también tienen una campana de Gauss aunque mucho más corta, por lo que cuando algunos mueren hay flores que recién están partiendo su receptividad o aún no la han iniciado. “De ahí la necesidad de tener diferentes variedades polinizantes. Nosotros como vivero usamos seis y los dividimos en tres bloques: tempranos, medios y tardíos”, explica Leonardo Salas.
¿Se puede reemplazar un árbol polinizante?
Para Leonardo Salas, pese a ser algo complejo, debido a la edad de algunos huertos, la idea de reemplazar los árboles polinizantes se podría llevar a cabo. Es decir, se podrían sacar aquellos árboles que no dieron resultado y reemplazarlos por otra variedad, cuya compatibilidad esté más estudiada. “Como la edad de la planta va a ser distinta, se recomienda dejar crecer en el vivero un año más de lo usual y luego trasplantar”, agrega.
Miguel Ellena, en tanto, indica que el cambio debe llevarse a cabo debido a que esos árboles son grandes y no tiene sentido dejarlos allí. “Otra alternativa es injertar esos árboles con variedades polinizadoras que sean genéticamente compatibles”, dice.
En busca del polinizante adecuado
Para los expertos la clasificación de polinizantes hoy no está bien normada. Si bien cada vivero le asigna un color al tipo de polinizante (generalmente blanco, amarillo y azul) no entregan mayor información sobre los distintos comportamientos que tendrán según las condiciones edafoclimáticas del huerto en el que serán plantados.
Para el investigador del INIA Carrillanca, Miguel Ellena, quien lleva años estudiando el comportamiento del avellano europeo en nuestro país, se debería normar el tema de las variedades polinizantes, pues entre el rojo de un vivero y el de otro puede que no exista ningún punto en común, lo que se presta para malos entendidos y podría terminar perjudicando la labor de los productores.
“Gracias a un proyecto FIA para obtener nuevas variedades de avellano europeo, vamos a recoger también algunas que servirán de polinizadores. Esto se respaldará con estudios para ver la correspondencia genética a las variedades seleccionadas como dominantes o productivas y nos servirá como material parental para hacer cruzamientos. A la vez, nos permitirá, mediante nuevos equipos, despejar todas esas dudas que hoy día existen con el tema de los famosos colores”, señala Miguel Ellena.
Para el viverista Leonardo Salas es crucial que el productor exija que los polinizantes que le estén vendiendo respondan adecuadamente con las plantas dominantes y en la zona en la que planea establecer el huerto.
El investigador del INIA Carrillanca concuerda y enfatiza en que “es muy importante considerar las variedades polinizadoras adecuadas”. Para ello, dice, es trascendental que los productores se asesoren bien “porque nos hemos encontrado con bastantes sorpresas en huertos adultos, donde la pregunta normal es: ¿por qué los rendimientos son tan bajos?”
De hecho, en algunos huertos, las variedades utilizadas como polinizadores ocupan un espacio importante y no producen o lo hacen en cantidades muy pequeñas. Además, producen polen que no es viable para polinizar una determinada variedad, ya sea Barcelona o Tonda di Giffoni, pues los alelos son incompatibles.
Otro problema con el que se encuentran los productores a la hora de buscar un polinizante adecuado, es la cantidad de polen y porcentaje de germinación que son capaces de producir ciertas variedades genéticamente compatibles con las plantadas.
“Los productores deben considerar en el desarrollo de un proyecto nuevo las características de la zona agroecológica a trabajar y elegir muy bien sus polinizadores. Éstos tienen que ser genéticamente compatibles, de alta producción de amentos y, por lo tanto, de polen, el cual a su vez debe tener alta germinación. Esa información la tiene el INIA, por lo que se pueden realizar estudios que ayuden a los productores a tomar esas decisiones”, indica Miguel Ellena.
Lo que viene: Polinización asistida
El INIA en conjunto con una empresa privada ha desarrollado la polinización asistida para el avellano europeo en Chile. “Hoy contamos con los protocolos para producir polen (huertos especializados) de alta calidad garantizada, protocolos de conservación y protocolos para la elaboración de formulados líquidos y en polvo a base de polen y otros compuestos, que permiten una mayor eficacia del producto y un mejor resultado en el proceso de polinización del avellano europeo”, explica Miguel Ellena.
El investigador también señala que pueden prestar un servicio para analizar la calidad y compatibilidad del polen de los productores que lo requieran. “Comenzamos hace alrededor de 8 años con nuestros primeros estudios y hoy contamos con la tecnología para escalarla comercialmente y ofrecer al mercado un producto de alta calidad. Nuestros ensayos en campos de productores han permitido mejorar significativamente los rendimientos, particularmente en huertos con mayores problemas en polinización y bajo condiciones climáticas adversas en las que la tecnología es un complemento a la polinización natural o cruzada realizada por las variedades polinizadoras (2-3 variedades, 10% a 15% de calidad)”, dice Ellena.
Hoy el INIA se encuentra desarrollando una nueva tecnología para conservar la calidad del polen, prescindiendo de la cadena de frío. Además, la polinización asistida en avellano europeo es un gran avance tecnológico para la industria de Chile y el mundo. A través de ella han aumentado los rendimientos desde un 23% a un 45%, dependiendo de las localidades y tipo de formulación aplicada (líquido o polvo).
La materia prima utilizada para la elaboración de los formulados, particularmente la calidad del polen, es fundamental. El INIA actualmente cuenta con huertos especializados para la producción de polen de alta calidad garantizada. Junto al polen, para mejorar la calidad del producto, los investigadores han desarrollado algunos compuestos que permiten una mejor polinización. Toda la información estará disponible para los productores en el nuevo libro “Avellano Europeo en Chile” que se presentará pronto.
Recomendaciones para mejorar la polinización
-“Para simplificar la operación de un huerto con 10% de polinizante, la décima hilera debe ser completa de polinizante. Allí se deben plantar bloques tempranos, medios y tardíos”, dice Leonardo Salas
-“Para ayudar a la polinización, se puede recurrir, en días más fríos y sin lluvia, a técnicas como soplar o pasar con el turbo, con el fin de generar movimiento de aire y producir una mejor dispersión del polen”, comenta Miguel Ellena.