Podas y sistemas de conducción: Recomendaciones para lograr un huerto modelo
La realización de la poda se relaciona de forma directa con la elección del sistema de conducción, independiente si éste es de monoeje, multieje, vaso arbustivo, palmeta italiana o sistema seto. Revise a continuación, las recomendaciones del especialista del INIA, Miguel Ellena.
Miguel Ellena
Sistema en multieje, cultivar Barcelona. Crédito: INIA.
En los primeros años de establecimiento del huerto, una poda de formación racional de los árboles tiene como finalidad construir, en tiempos relativamente breves, la formación elegida de la estructura, en función de las diferentes condiciones agroecológicas y agronómicas. Por lo tanto, la poda de formación tiene como objetivo formar el árbol, rebajando las plantas a diversas alturas, en relación a la fertilidad del suelo y de la forma de conducción elegida, ya sea monoeje, multieje, vaso arbustivo, palmeta italiana o sistema seto.
Este tipo de poda es indispensable para asegurar el equilibrio futuro de los árboles y también, para simplificar las futuras podas de fructificación y de los árboles adultos. Adicionalmente, esta labor favorece la iluminación y aireación de la copa de los árboles.
Cabe destacar, que la poda racional de los árboles de avellano, requiere un conocimiento previo de la fisiología, comportamiento biológico, hábito de crecimiento, fructificación y vigor de la variedad.
Sistema en monoeje, cultivar Barcelona. Crédito: INIA.
La influencia de la poda sobre los árboles en formación
La influencia de la poda en árboles jóvenes debe considerar los siguientes aspectos: lograr un equilibrio adecuado entre crecimiento vegetativo y reproductivo de las plantas, con el objetivo de acortar lo más rápido posible la fase improductiva; y alcanzar velozmente la formación del esqueleto productivo del árbol, no sólo desde el sentido fisiológico, sino también cuantitativo, cualitativo, es decir, económico. En la construcción del esqueleto productivo se debe privilegiar la obtención de la mayor superficie fotosintética con el menor esqueleto. Por ello, la copa debe estar bien expuesta a la luz y al mismo tiempo, sostenida por una estructura sólida, capaz de soportar a futuro elevadas cargas de fruta.
Esta labor permite lograr formar el esqueleto adecuado del árbol, en relación a su propia capacidad de desarrollo, mejorar y regular la producción, obteniendo fruta de alta calidad y disminuir la tendencia del avellano al añerismo, mantener la vegetación equilibrada en todas las partes del árbol, conservar un buen equilibrio entre la zona radicular y aérea del árbol, regulando el vigor de la planta, favorecer la formación y desarrollo de las ramas productivas y eliminar aquellas mal ubicadas y enfermas, facilitar la entrada de luz hacia el interior de la copa del árbol, para alcanzar una alta producción y calidad de las avellanas, facilitar la cosecha y otras labores, como tratamientos para prevención de plagas y enfermedades.
Poda de formación
La poda de formación es necesaria para asegurar el equilibrio futuro (vegetativo-productivo) del árbol y además simplificar la poda sucesiva de fructificación o producción, favoreciendo la entrada de luz y aireación al interior de la copa.
Esta poda se realiza durante los primeros años en los diferentes tipos de formación de los árboles mencionados anteriormente.
Poda de producción
En avellano la poda de producción se realiza principalmente en invierno en plantas en estado de reposo vegetativo con pocos cortes de poda, con el objetivo principal de eliminar ramas secas, enfermas, senescentes y mal ubicadas.
En años recientes se ha estudiado el efecto de diversos métodos de poda de producción, basados principalmente en diferentes intensidades de poda, desarrollo vegetativo, penetración de la luz en la copa y superficie del suelo, producción y características tecnológicas y cualitativas de las avellanas. La falta de poda de producción ha evidenciado una progresiva reducción del vigor de los brotes, aumento de ramas secas, escasa penetración de luz al interior de la copa de los árboles, baja en los rendimientos y calidad de las avellanas con la necesidad de intervenir con podas muy fuertes para renovar la madera frutal, lo que facilita la entrada de enfermedades fungosas y bacterianas de la madera.
En árboles adultos, excesivamente envejecidos por falta de poda, se ha observado un menor vigor de los brotes de un año de edad, lo que afecta significativamente la producción y calidad de la fruta. Además, hemos observado correlaciones entre longitud y formación de yemas mixtas: los brotes de un año deberían tener una longitud de al menos 15 a 20 cm de longitud. Una buena disponibilidad de luz en la copa tiene un efecto positivo en una mejor inducción y diferenciación de las yemas a flor.
Se ha observado también que la falta de poda de producción provoca una menor formación de yemas a flor dentro de la copa de los árboles con un desplazamiento de la producción de fruta hacia el exterior, favoreciendo la alternancia de producción y una progresiva disminución productiva, particularmente en la parte basal e interna del árbol.
Cabe señalar que el desarrollo y productividad de los árboles frutales están fuertemente influenciados por la calidad y cantidad de luz que dispone la copa. Se ha determinado también que las limitaciones de la capacidad asimilativa de los árboles puede transformarse en un factor crítico para esta especie, particularmente por su baja potencialidad productiva.
En general, en huertos adultos con el sistema de conducción en multieje y con poca poda se ha producido un fuerte envejecimiento de los árboles con reducciones importantes de la productividad. Estos huertos se pueden rejuvenecer con podas fuertes. Sin embargo, el mejoramiento de los rendimientos ocurre en los años sucesivos a la poda (2-3 años), cayendo fuertemente al primer año después de ella. Por ello, sugerimos llevar podas de producción racionales de mantenimiento de los huertos con el fin de evitar caídas muy bruscas en la producción, evitar alternancia en la producción y evitar a su vez la baja en la calidad de las avellanas.
Se ha evidenciado la ventaja de realizar podas anuales en avellano, particularmente con acortamientos de las ramas vigorosas de tipo vertical que impiden la penetración de la luz hacia el interior de los árboles.
Estudios realizados con podas manuales en avellano han determinado efectos positivos sobre el rendimiento y calidad de la fruta. Sin embargo, este tipo de poda tiene un mayor costo respecto a la mecanizada, debido a que la primera es más lenta (requiere 30-45 minutos por árbol contra 27 segundos que necesitan las máquinas, dependiendo del desarrollo de los árboles). Los estudios también han demostrado que luego de dos años de realizada la poda mecánica se han recuperado los rendimientos con incrementos significativos respecto a los árboles sin poda (testigo). A la luz de estos resultados, también podemos sugerir que la poda mecanizada se pueda repetir cada 3 años en avellano con el objetivo de mantener producciones adecuadas y calidad de la fruta y evitar la entrada en añerismo de los huertos como anteriormente se señaló.
Debo señalar que es muy importante recurrir a la poda en avellano como en cualquier frutal para renovar la madera frutal. Hay un pensamiento generalizado que esta especie no requiere poda, lo que no es correcto. Lo concreto es que sí requiere, pero en menor medida que otras especies frutales.
Cabe señalar que para esta especie también es posible realizar poda en verde en primavera-verano (en forma alternada cada 3 a 4 años), la cual resulta una buena alternativa particularmente para la zona sur de Chile, debido a que se podrían evitar más eficazmente enfermedades de la madera. Sin embargo, es aún necesario poner a punto esta tecnología para las variedades Barcelona y Giffoni, especialmente para Barcelona, que presenta un elevado vigor. Para ello se debe verificar el ciclo de repetición de los cortes de poda, intensidad, cantidad de masa vegetal a extraer, y estudiar las combinaciones o alternativas de corte. Mayor información se encontrará disponible en el libro “El Avellano Europeo En Chile”, que estará prontamente disponible para los productores.
Los sistemas de conducción
En relación a los sistemas de conducción y distancias de plantación más adecuadas y eficaces desde el punto de vista agronómico y económico, no existen opiniones coincidentes entre productores, técnicos e investigadores.
Las principales formas de conducción utilizadas en los países productores de avellana en el mundo son el multieje o sistema arbustivo, el vaso arbustivo y el monoeje.
El multieje respeta el modo natural de crecimiento de la especie. Una vez establecidas las plantas en invierno se dejan crecer y al año siguiente, durante el receso vegetativo, se rebajan los árboles a nivel del suelo. Los brotes vigorosos que emergen posteriormente se seleccionan, eligiendo 4 a 5 distribuidos de manera adecuada, los que formarán el arbusto, eliminándose aquellos supermumerarios y mal ubicados que nacen a partir del sistema radicular o base de la planta.
También hemos logrado buenos resultados podando a nivel de suelo inmediatamente después de haber establecido las plantas (primer año) pero plantando plantas bien desarrolladas tanto radicularmente como en su parte aérea. Esta última modalidad, tiene la ventaja de anticipar la entrada en producción.
Cabe destacar que para zonas con vientos más frecuentes en primavera-verano, el sistema en multieje ha permitido un desarrollo más equilibrado y uniforme de las plantas respecto al sistema monoeje. En este último, los árboles han visto afectada la verticalidad del eje principal por la presión ejercida por los vientos (sur) que ocurren durante el periodo vegetativo del cultivo, lo que afecta los rendimientos. Por ello, bajo estas condiciones, recomendamos formar los árboles en multieje.
En buenos años, sin problemas climáticos durante polinización y cuaja hemos superado los 3.000 Kg/ha para la variedades Barcelona y alrededor de 3.000 Kg/ha para Tonda di Giffoni. Estudios realizados en diferentes condiciones agroecológicas por nuestro equipo de trabajo han determinado un mejor rendimiento acumulado para el sistema monoeje tanto para la variedad Barcelona chilena como Tonda di Giffoni. Sin embargo, en algunas zonas las diferencias en rendimiento son levemente superiores para el sistema de formación en monoeje. Investigaciones realizadas en la localidad de Imperial (Araucanía) en plantas de 7 años de edad, variedad Barcelona, han determinado un rendimiento total acumulado de 2.273,7 versus 2.162 Kg/ha que presenta el multieje.
Cabe destacar que estos rendimientos acumulados pudiesen ser mayores ya que la temporada recién pasada los rendimientos cayeron fuertemente debido a las malas condiciones climáticas que afectaron tanto la polinización como una mayor disposición de flores femeninas producto del año anterior (ocurrencia de heladas, que afectó la inducción floral).
Respecto a la variedad Tonda di Giffoni, se ha logrado un mayor rendimiento total acumulado (Kg/ha) para el sistema de conducción en monoeje respecto al sistema multieje (1.831,5 kg versus 1552,5 Kg/ha, respectivamente). Cabe señalar que también los rendimientos esperados para esta variedad eran sobre los 2.200-2.500 kg/ha, pero problemas climáticos de la temporada pasada afectaron significativamente los rendimientos en la zona sur de Chile, después de una temporada de alta carga (temporada 2013-2014) en la mayoría de los huertos. La baja en los rendimientos fue generalizada en la zona sur tanto en huertos con alta y mediana tecnología. Cabe señalar, que estos huertos aún no alcanzan su máximo nivel productivo, ya que todavía no se encuentran en pleno régimen. De hecho, recién al año 9, 10 o más alcanzarán su máximo potencial, dependiendo del nivel tecnológico y variedad.
Respecto al sistema monoeje, lo recomendamos principalmente para cultivares más vigorosos como ocurre con Barcelona. La planta a plantar debe tener un año o más (dos años) y ser vigorosa, es decir, tener preferentemente 1 m o más de altura, buen desarrollo radicular y estar libre de enfermedades y plagas, en particular bacteriosis como Xanthomonas campestris e insectos que ataquen el sistema radicular de las plantas como cabritos o los denominados burritos (Aegorhinus superciliosus y A. nodipennis), cabrito del maitén y del coigüe. No recomendamos utilizar árboles con escaso desarrollo, poco vigor y débiles. Lo anterior retrasa la entrada en producción del huerto y además conduce a que las plantas estén más propensas a ataques de enfermedades, particularmente bacteriosis. Esta forma de conducción se caracteriza por presentar un tronco único del cual nacen 4-5 ramas, insertas a una altura de 80-90 cm, desde el nivel del suelo. Nuestros estudios realizados durante 7 años en campos experimentales propios y en huertos de productores, señalan un mayor rendimiento total acumulado a favor del sistema monoeje en la variedad Barcelona chilena.
Este sistema facilita las labores mecánicas ejecutadas en el huerto, particularmente cosecha, realizada del suelo con máquinas aspiradoras.
¿Monoje o multieje?: La visión de Agrichile
Para Gabriel Aguilar, responsable de la coordinación con los productores y de investigación y desarrollo de Agrichile, se debe tener en cuenta que las variedades que se utilizan en Chile permiten que una planta en monoeje o multieje funcione bien. De hecho, dice, el avellano es naturalmente un arbusto en multieje, que se puede llevar en monoeje. “En mi caso, he visto ambas alternativas con muy buenos resultados”, asegura.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que existen algunas variedades italianas polinizantes que no pueden ser manejadas como monoeje, debido a que no cuentan con el vigor necesario.
Más allá de esto, dice el especialista, es importante despejar algunas dudas y destruir algunos mitos. “A menudo se dice que el monoeje facilita la cosecha debido a la forma de las plantas, lo que en la práctica es bien relativo. Nosotros en Agrichile, por ejemplo, tenemos 3.000 hectáreas en multieje, las cuales se manejan mecánicamente y no tienen ningún problema. Esto, tal vez, podría ser realidad en el caso de que se haya hecho un diseño de huerto para cosechadoras mecánicas americanas, las cuales tienen una conformación grande y deben realizar tres tramos de trabajo. En ese caso, tal vez, usar un monoeje pueda marcar una diferencia positiva”, explica.