En busca de la mejor calidad
Llegar a los mercados de destino con arándanos de la más alta calidad, dependerá en gran medida del trabajo que el productor sea capaz de realizar a nivel de huerto. A continuación, diversos expertos ahondan en los factores que más influyen en la consecución de este .
Maricel Vera
Son muchos los factores que inciden en la calidad de los arándanos. Crédito: El Mercurio
La calidad de cualquier frutal, incluido el arándano, se comienza a jugar en el campo. El clima, el suelo y la planta resultan fundamentales para lograr una fruta de buen calibre, color, firmeza, madurez adecuada, bloom y sin daños mecánicos ni cicatrices.
Manejos erróneos en el predio, por su parte, pueden gatillar problemas de calidad y condición que, una vez que se presentan, son imposibles de revertir (deshidratación, pudrición, hongos y partidura, entre otros). El problema es que a partir de un escenario de este tipo, las posibilidades de sufrir rechazos de fruta en destino u obtener menores precios por ella se acrecientan de manera importante.
Multifactores
Son muchos los factores que inciden en la calidad de los arándanos. Entre los más importantes figuran la genética, el ambiente y el manejo del huerto y de la fruta en pre y poscosecha. Todo dependerá de la realidad de cada predio, por lo que no existe una sola receta.
“Es difícil generalizar porque, partiendo por la variedad, la problemática particular de cada huerto y cada productor no es igual. Una misma variedad cultivada bajo distintas condiciones puede cambiar su calidad”, explica Pilar Bañados, académica de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica.
Pese a ello, para la experta existen algunos aspectos que resultan claves para lograr un producto final de alta calidad.
“Mantener una planta bien nutrida, con un buen sistema radical; bien regada y podada, va a permitir lograr una mejor calidad de fruta que en huertos con problemas en algunas de esas áreas. Un huerto de arándano donde las aplicaciones estén al día y las frecuencias de cosecha sean las adecuadas nos asegurará un mejor resultado”, asegura.
Lo importante para no afectar la calidad y productividad será identificar los puntos críticos o problemas particulares de cada huerto y sus causas, y no esperar a que el daño sea evidente.
La variedad
Hay muchos parámetros de calidad que se definen a la hora de elegir la variedad, entre ellos calibre, firmeza, color uniforme, sabor, cicatriz pedicelar y calidad viajera, entre otros.
“Hoy en Chile hay una necesidad de recambiar algunas variedades como O´Neal y Elliott, porque tienen un tamaño, sabor y una condición de poscosecha que ya no gusta en todos los mercados. Hay otras como Bluecrop que ya no se cosechan para el mercado fresco. Son variedades que van de salida”, dice Pilar Bañados.
Agrega que la lista aumentará o disminuirá, dependiendo del mercado de destino de la fruta. Si este es Estados Unidos, por ejemplo, el número de cultivares exportables será mayor si se trata de China, por lo que en ese caso deberían buscarse opciones que puedan resistir envíos por barco (entre 35 y 50 días) y una espera adicional antes de su venta.
Condiciones climáticas
Afectan todo el desarrollo de la planta, en especial en los momentos claves del desarrollo fenológico como la floración, el crecimiento del fruto y la cosecha. A continuación, se listan algunos efectos de las condiciones climáticas sobre el cultivo del arándano, medidas de control y prevención de daños:
a-Altas temperaturas en cosecha: El efecto ocurre con temperaturas superiores a 30ºC.
Deshidratación de la planta.
Acelera la maduración de la fruta.
Puede deshidratar frutos y disminuir la turgencia.
Menor firmeza de la fruta, reduciendo su capacidad de almacenaje en poscosecha.
En época de cosecha, deriva en fruta sobremadura, blanda y favorece el desarrollo de pudriciones.
Medidas a tomar
Ajustar la frecuencia de cosecha para cada variedad, según las temperaturas.
Evitar la recolección de fruta en horas con alta temperatura.
Cosechar preferentemente en las mañanas, cuando las temperaturas son más frescas.
Acelerar el proceso de entrada a frío de la fruta después de la cosecha.
b-Lluvias: El mayor efecto es el aumento de las pudriciones en flores y frutos. La incidencia aumenta mientras haya más precipitación en floración y cosecha.
Durante la floración, afecta el trabajo de las abejas, la liberación del polen y, con ello, la polinización.
Aumenta la probabilidad de desarrollo de pudriciones en floración y cosecha.
Durante la cosecha y acompañadas de altas temperaturas (sobre 20ºC), favorece el desarrollo de hongos en el huerto, derivando en pudriciones en poscosecha.
Aumenta el riesgo de partidura de los frutos.
Aumenta la frecuencia de fruta blanda.
Medidas a tomar
Realizar aplicaciones fitosanitarias recomendadas durante el periodo de floración. Esto es al inicio de flor, al 50% y al 80% de floración.
El uso de túneles plásticos protege a las plantas de la lluvia con un efecto ´paraguas`, pero puede también aumentar la humedad relativa y la temperatura al interior del túnel, lo que puede traducirse en mayores riesgos de hongos en el período de floración. Para esto es clave llevar a cabo un estricto programa de control de pudriciones.
c-Heladas: Pueden afectar las yemas, flores, brotes y frutos, dependiendo de su duración e intensidad. La susceptibilidad a las heladas dependerá del estado fenológico de la planta: en yemas hinchadas (-4ºC), inicio de floración y/o plena flor (-2,3ºC) y durante cuaja (-1,1ºC). Los daños o efectos que se pueden producir son:
Caída de flores y frutos recién cuajadas.
Daños tipo russet en frutitos y deformaciones (hendiduras) de las bayas que quedan en la planta.
Daños en brotes tiernos.
Bajas de la producción.
Medidas a tomar
Asegurar el adecuado control de heladas en los períodos de floración y desarrollo de frutos.
d-Granizos: Son cada vez más comunes durante el verano en la zona sur de Chile, donde generalmente no se tienen barreras físicas de protección como mallas antigranizo.
Causan micro-heridas en la fruta, las cuales aparecen durante el desarrollo de los frutos o en poscosecha.
Medidas a tomar
Usar mallas antigranizo o túneles.
e-Radiación solar: El daño ocurre en fruta expuesta a la alta radiación solar con altos índices de radiación UV. Niveles por sobre los 1.000 Watts/m2, a horas de alta temperatura, pueden dañar la fruta y las plantas. Hay variedades más sensibles que otras, sobre todo aquellas con fruta presente durante diciembre y enero, los meses con más alta radiación solar. También se observan daños por radiación luego de varios días nublados seguidos de mucho sol en la mitad del verano. Los síntomas que se observan son:
Impacto directo en las hojas donde se producen coloraciones rojizas y se paraliza la fotosíntesis.
Fruta blanda y deshidratada en la cara expuesta al sol.
Formación de color rojizo oscuro en la baya por golpe de sol.
Bajo potencial de almacenaje de la fruta y menor resistencia a viajes largos.
Medidas a tomar
mallas sombreadoras en zonas o variedades sensibles al golpe de sol.
f-Viento: Vientos permanentes sobre los 10 km/hora o ráfagas de viento fuerte pueden afectar en distintas formas, dependiendo del estado fenológico de la planta. Los efectos que puede generar son:
Deshidratación de la planta.
Dificultad para la polinización.
Caída de fruta madura.
Daño en la baya por golpes (ramaleo).
Disminución de la tasa de crecimiento de la planta.
Medidas a tomar
Usar cortinas cortavientos. Ojalá más mallas que cortinas vivas.
El huerto
Los factores que pueden incidir en la formación del arbusto y en la producción de la fruta son:
Planta
El exceso de madera vieja (tallos de colores más grisáceos) reduce el vigor global de la planta e inhibe su crecimiento nuevo. También genera excesiva carga de fruta, reduce el calibre y peso de la baya y puede causar alternancia de la producción.
En plantas demasiado altas, la fruta se ubica en la parte superior, dificultando su recolección. Las ramas caen hacia la entre hilera, complicando la cosecha y causando pérdidas de fruta.
El abundante follaje al interior de la planta reduce la efectividad de las aplicaciones de pesticidas para el control de plagas y enfermedades.
Medidas a tomar
Podar el huerto desde los primeros años para promover la formación de ramas jóvenes y lograr un buen equilibrio entre hojas y fruta.
Eliminar tallos muy cortos, débiles y aquellos ubicados hacia el centro del arbusto.
Eliminar ramas enfermas o viejas con pérdida de vigor.
Eliminar ramas o brotes dañados por heladas.
Evitar que la planta supere los 2 m de altura.
Disponer de personal capacitado para esta labor.
Sistema radical Las plantas de arándano tienen un sistema radical muy fino —carece de pelos radicales— y superficial. Necesita cuidados y regeneración permanente. La capacidad de absorción de agua y nutrientes para el buen funcionamiento de la planta dependerá de la sanidad de la raíz. Dado que el sistema radical es superficial, necesita protegerse del calor y contar con una humedad adecuada.
Las raíces de mayor actividad son de colores blanquecinos y se ubican en la superficie del suelo, donde hay mayor aireación. Las raíces de color café oscuro o anaranjado indican inactividad.
Evitar la deshidratación de las raíces es clave.
Prevenir que haya plantas descalzadas con raíces al aire libre resulta sumamente importante.
Medidas a tomar
Controlar la humedad y temperatura del suelo, y examinar el volumen/actividad de las raíces, en primavera (inicio de su actividad) y al final de la temporada (otoño). Ante la sospecha de algún problema (por anegamiento o similar), se debe verificar la condición del sistema radical al menos cada dos o tres meses.
Observar la profundidad del sistema radical, escarbando desde la corona de la planta hacia fuera.
Revisar el crecimiento de los tallos y de la fruta en balance con las raíces.
Proteger el sistema radical con mulch, cubiertas vegetales de cortezas o mallas anti-malezas. La idea es resguardarlo del laboreo y del control de malezas.
Nutrición
Excesos y déficit pueden afectar la formación de la estructura de la fruta, reducir el tamaño de la baya y la producción de fruta. Faltas o excesos de nitrógeno pueden incidir en la firmeza de la baya y vida de poscosecha de la fruta.
Medidas a tomar
Evaluar los excesos de aplicaciones de nitrógeno y niveles desbalanceados de potasio y calcio, los cuales pueden afectan el calibre, la firmeza, y la vida de poscosecha y maduración de la fruta.
La nutrición debe ser balanceada y centrarse en lo que la planta necesita. Una forma de saberlo es monitorear muy bien los niveles aplicados y los que contiene la planta para saber si los asimila o no.
Suelo
Terrenos más pesados impiden el crecimiento de las raíces, dificultando la asimilación de agua y nutrientes.
pH bajo del suelo es clave para el éxito del cultivo.
Medidas a tomar
Controlar y ajustar el nivel de pH del suelo para mantenerlo entre 4,5 y 5,4.
Asegurar un buen drenaje y la oxigenación del suelo.
El arándano se beneficia con altos niveles de materia orgánica, pero sin sales.
Asegurar una humedad adecuada de las raíces.
Fuera dl huerto No adoptar resguardos en el predio implica que la fruta cosechada tenga algún defecto que puede derivar en otros daños durante el embalaje o almacenaje. Por eso se sugiere:
Bajar lo más rápido posible la temperatura de campo de la fruta.
Evitar que esta reciba golpes durante la cosecha, selección y embalaje.
Elegir el embalaje adecuado (uso o no de plástico, bolsa de atmósfera modificada o controlada).
En Chile, indica Pilar Bañados, se está trabajando mucho para reducir la altura de los huertos; los más antiguos, sobre todo en la zona sur, no superan los 2 m. Esto mejora el control de plagas y enfermedades y facilita la cosecha. Favorecer los tallos más jóvenes de 1 a 3 años, también produce mayor cantidad y mejor calidad de fruta.
Puntos críticos
¿Cuáles son los factores que inciden en la calidad y condición del arándano en precosecha? Para saberlo, INIA, productores y representantes de la industria, desarrollaron en 2014 el Proyecto Cropcheck en arándanos. Para ello, primero identificaron los manejos que más inciden en la condición de la fruta en precosecha como frecuencia de recolección, la regulación de carga frutal y el riego.
“Estos son determinantes en parámetros como firmeza y deshidratación, por sobre manejos fundamentales como la nutrición nitrogenada y el calcio”, explica Abel González, investigador de la Plataforma Frutícola de INIA Carillanca.
La influencia de la variedad también es clave. Las antiguas —como las blues y Elliott— presentan menores índices de firmeza pero, al ser comparadas con variedades como Duke, Brigitta y Legacy, se muestran en general más firmes después de 45 días de almacenaje. Sin embargo, pese a ese dominio varietal, se observó que manejos adecuados de precosecha afectan significativamente la condición de la fruta. Por ejemplo, la cosecha de Elliott, con una frecuencia adecuada (no mayor a 7 días), una carga frutal equilibrada, riego balanceado y un programa de nutrición racional, puede mostrar una excelente condición de fruta luego de un largo periodo de almacenaje.
Manejos claves
¿Qué manejos puede hacer el productor? Abel González destaca tres: controlar los niveles de nutrientes específicos —según las variedades y la zona en que esté el predio—, realizar una poda precisa de la planta en las fechas correctas, y controlar la cantidad y frecuencia de riego, según las características de suelo.
“Para obtener fruta de alta calidad y condición, el productor debe poner atención en los detalles y fijarse en cada uno de los manejos a lo largo del proceso de producción”, dice.
Poda y regulación de la carga
La condición de la fruta está relacionada con manejos de precosecha estructurales como la regulación de carga frutal, agrega González. Por eso, antes de la poda, es crucial estimar el número de yemas por unidad de superficie, con el fin de definir el rendimiento potencial (ver recuadro 1) y sus componentes (frutos por rama, ramillas y peso promedio del fruto).
“En base a esa información, el productor debe tomar la decisión más importante de la temporada: cuánta fruta dejar, cuántas yemas totales por hectáreas nutrir, regar y cosechar”, precisa.
En los huertos estudiados por INIA para desarrollar el Proyecto Cropcheck en arándanos, por ejemplo, se detectaron prácticas incorrectas que se encuentran generalizadas, entre ellas, podas débiles que deterioran la condición de la fruta y podas fuertes que comprometen normalmente el rendimiento. Sin embargo, cuando se requieren estas últimas, los beneficios son múltiples: se favorece el vigor de los huertos y su trascendencia en el tiempo; aumenta el calibre y el peso de la fruta.
“En general, ayudan a producir menos frutos por unidad de volumen, de mayor firmeza, más sanos y de buena condición en destino”, dice González.
Rendimiento potencial de un huerto
La estimación correcta del rendimiento potencial de un huerto considera seis elementos:
-Variedad
-Densidad de plantación
-Régimen productivo
-Mortalidad de plantas del huerto
-Componentes del rendimiento
-Zona edafoclimática
Tener en cuenta estos aspectos permite:
-Construir programas de nutrición específicos, responder a la demanda concreta de nutrientes y su distribución de acuerdo a los estados fenológicos del cultivo.
-Determinar los momentos de aplicación de los nutrientes, así como estrategias complementarias al suelo y suplementarias de nutrición a nivel foliar. El estudio realizado para concretar el Cropcheck en arándanos contempló una zona con suelos volcánicos, que tenía limitaciones de alta fijación de fósforo y bajos niveles de calcio. “Las aplicaciones de dichos nutrientes al suelo, mostraron respuestas en favor de la firmeza de los frutos, particularmente en aquellas variedades menos firmes”, explica Abel González.
-Establecer la demanda de agua del cultivo sumado a los parámetros de clima y suelo. El estudio realizado por INIA determinó que más del 50% de los huertos aplicaron más agua (sobre-riego) de la recomendada y de la que necesita el cultivo. Esa condición tiene una relación directa y significativa con la firmeza de fruta. “Es decir, el exceso de riego tiene relación con el ablandamiento de fruta en arándano”, indica Abel González.
Calidad y Condición
En la producción de arándanos también se han establecido diferencias entre calidad y condición de la fruta.
-Calidad: Incluye parámetros que no evolucionan en el tiempo (frutos inmaduros, restos florales, cicatrices o russet y restos de pedicelos). “La mayoría se relacionan con una buena selección de fruta por parte de los cosecheros”, dice Abel González.
-Condición: Considera parámetros que sí evolucionan en el tiempo (ablandamiento, deshidratación, Botrytis, daño mecánico) y definen la capacidad de la fruta para llegar a su destino. En los últimos años, las investigaciones en arándanos se han centrado en la condición. No sólo por el aumento de los envíos a Asia, cuyo tiempo de almacenaje superan los 40 días, sino también porque el consumidor está descubriendo los beneficios de este berry y exigiendo fruta en óptimas condiciones.