Terminó un capítulo. Pero Sammis Reyes siente que su historia en la NFL todavía tiene más párrafos por escribir.

El primer chileno en haber disputado un partido de la competencia de fútbol americano ya no es jugador de Washington Commanders, el equipo que apostó por él hace poco más de un año después de su pasado como basquetbolista.

“Quiere jugar y está convencido de que puede lograrlo”, cuentan quienes conocen al oriundo de Talcahuano. Para conseguirlo, eso sí, deberá esperar varias semanas y ceñirse al estricto protocolo contractual que tiene la liga.

Reyes firmó un “injury settlement”, lo que se traduciría como una “acuerdo de lesiones”. Esto es, llegar a un arreglo para no estar más en la lista de reserva de lesionados en la que fue puesto el martes pasado, la que haría imposible que jugara un partido en la temporada que arranca en septiembre.

Con este arreglo, el nacional fue sacado de esa lista, y quedó en los “waivers”, concepto que define a los jugadores descartados por un club y que tienen menos de cuatro años de experiencia en la NFL. En este caso, hay un plazo de 24 horas para que cualquier otro equipo se haga cargo del contrato del chileno en los mismos términos que había firmado con Washington. A Reyes le quedaban dos temporadas a cambio de 1 millón 765 mil dólares.

¿Qué pasa si este miércoles nadie ha mostrado interés en el nacional? Se convierte en un “agente libre”, por lo que tendría que negociar un nuevo contrato para jugar. Si eso sucede, Reyes viajará a un centro de entrenamiento en Florida a continuar de forma personal su recuperación y preparación mientras busca un club para estar de vuelta en la NFL.

Por las condiciones del arreglo que cerró su vínculo con Washington, de todos modos, Reyes no podrá jugar durante las cuatro primeras semanas de la temporada regular. “La expectativa es estar en las canchas en la quinta fecha. Sammis quiere recuperarse bien de la lesión para estar al 100% para volver. Hay hartos equipos interesados”, aseguran desde su entorno.

Ahora, es tiempo de esperar.