Para Carola (42 años), Carmen (40) y Raúl Mohr (38) es imposible no emocionarse cuando hablan de su hermano Juan Pablo, montañista que falleció en febrero pasado a los 34 años cuando intentaba llegar a la cima del K2 en Pakistán, la segunda montaña más alta del mundo. La pena y el dolor del trío de hermanos ante una tragedia tan reciente es difícil de disimular. Así y todo, el amor y orgullo por el menor del clan hizo que la conversación –que sostuvieron vía Zoom con "El Mercurio"– fluya sin detenciones: si alguno se quiebra, rápidamente un hermano sale a su auxilio y continúa con la idea. Así como Juan Pablo en la montaña, Carola, Carmen y Raúl se comportan como una cordada inseparable. De todas formas, lo saben: hace tres meses que falta uno.

Raúl: “El primer mes fue muy duro poder asumir la desaparición de mi hermano. Éramos muy unidos y se fue un brazo aliado muy importante. Pero de ahí en adelante tomé la decisión de ver la muerte de otra manera, y en cierta forma aprendí de cómo lo viven los pakistaníes. La muerte no debe ser un sufrimiento, si no que todo lo contrario: ver esto como un paso más, vivir eso con alegría y despedir a Juan Pablo de la mejor manera. Eso me ha dado tranquilidad, pese a que lo echo mucho de menos”.

Carola: "A veces tengo días buenos, tranquilos, mirando lo bien que estaba, y otros días de mucha pena, nostalgia y dolor. La familia está viviendo dos duelos muy fuertes, porque hace dos años falleció nuestro papá. Soy profesora de yoga y me aferro a eso, a la meditación. Estoy intentando mirar todo de una manera positiva. La pena va a estar en el corazón siempre".

Carmen: “A mí lo que me mantiene en pie es seguir su legado, con su fundación Deporte Libre, que busca acercar la montaña a la ciudad. Sabemos que falta cultura de montaña en Chile y la idea es seguir desarrollando eso. ¿Dolor? hay que aprender a vivir con él”.

Raúl: "Juan Pablo era una máquina, y todos sabíamos que era demasiado talentoso en lo que hacía. Obviamente yo sabía que había un riesgo, pero lo sentía capaz y responsable. Te juro que la primera vez que sentí miedo por él fue cuando se fue al K2 en diciembre. Le dije que tuviera cuidado. En otras expediciones nunca miraba su ubicación en tiempo real, pero en este ascenso estuve todo el rato viendo dónde estaba”.

Carmen: “Sí, me pasó lo mismo. Le escribía todo el rato, más que en otros ascensos. Lo que pasa es que Juan Pablo siempre le bajaba el perfil al tema. Nosotros teníamos que buscar en internet para saber qué tan peligroso era lo que hacía Juan Pablo. Siento que nunca encontró su cordada perfecta para subir estas montañas tan altas, un grupo que estuviese a su mismo nivel. Él siempre estaba más adelante que el resto".

Carola: "Me acuerdo que le dije ‘tienes que hacer lo que te gusta y darle para adelante’. Confiaba plenamente en sus capacidades y en su intelectualidad. Eso me dejaba tranquila. Disfrutamos sus logros. Con el K2 nunca nos imaginamos la magnitud de lo que era hasta hoy día. Hace poco leí un libro sobre esta montaña, y entendí que era muy técnica y vertical".

Carmen: "Juan Pablo estuvo incomunicado por unos cinco días después de contarnos lo de Sergi Mingote. Estuvo meditando si subía o no. Nos mandó un mensaje diciendo ‘voy a subir en honor a Sergi’. Confiamos en su decisión. No había mucho que hacer en ese sentido".

Raúl: "Sí, primero nos dice que lo va a pensar, pero Juan Pablo era muy determinado para sus cosas y no importaba mucho lo que uno podía decir. A mí me hizo mucho ruido cuando nos confirma que va a subir nuevamente y que lo va a hacer en honor a Sergi, y quizás no por estar con un convencimiento real de que podía hacerlo. Eso me pareció un poco raro, pero de todas formas le tenía una fe enorme".

Carola: "Juan Pablo nunca fue superficial en sus relaciones, y eso se refleja hoy que no está. Queremos que su mensaje de acercar la montaña a la gente continúe y su hermosa obra no se pierda".

Carmen: "El otro día hicieron un skate park en un colegio y eso va a motivar a que los niños no faltan a clases. Son cosas que ayudan a la sociedad. He estado muy metida en la fundación y vamos a seguir con ese tipo de intervenciones y proyectos".

Raúl: "Todo lo que pasó tiene un sentido. La forma en que se perdió Juan Pablo, que haya generado tanto ruido en Chile y en el mundo, es algo que se debe aprovechar para seguir enalteciendo su legado. Él estaría feliz que así fuese".

Carmen: “Es un estreno a nivel mundial y un documental en el que aparecen imágenes inéditas de Juan Pablo. Está muy bonito. Es recomendable para toda la familia”.

Raúl: "Es súper potente porque te muestra gráficamente lo crudo que son ese tipo de montañas. Demuestra la valentía que hay que tener para subir un ochomil. Es impactante ver en primera persona un logro de esa magnitud".

Carola: "Te mueve las emociones a full. Ver el documental es vivir lo que Juan Pablo siente arriba de la montaña. Te traslada a la cumbre del Everest".

Carmen: “Era atómica”.

Carola. “Sí, es que era un gran papá. En general los niños están bien, con un poco de negación, pero es normal. El más chico piensa que su papá sigue en la montaña, pero es un proceso”.

Raúl: “El mayor legado de Juan Pablo son sus hijos. Ellos eran su gran motivación. Más allá de subir montañas era su pasión, también era su profesión y le servía para alimentar a su familia. Y un poco el sentido de este documental es mantener esa estabilidad económica de sus hijos también. Ojalá mucha gente pueda comprar entradas”.

Carola: “Además, por ser un deporte extremo no hubo seguros de por medio en el accidente de Juan Pablo, entenderás”.

Carmen: “Vamos a ir parte de la familia. La idea es saber qué pasó, sobre todo para una tranquilidad mental. Es cerrar un ciclo. Quedó mucha incertidumbre luego del accidente y queremos resolver un poco eso. Ver esa gran montaña donde está él”.

Carola: “Qué difícil, uf. Yo creo que me quedaría enlazada a él. Lo abrazaría y no lo soltaría más. Le agradecería todo lo que nos dejó, su cariño, su alegría, sus risas, tantos momentos juntos que vivimos desde chicos. Era mi guagua, teníamos diez años de diferencia”.

Raúl: “Le diría que es un orgullo ser su hermano. Juan Pablo es el más chico de los hermanos pero creo que es el que más me ha enseñado: a vivir la vida con todo, que la vida es corta. Y nada, decirle que lo echo mucho de menos, que quiero abrazarlo y decirle cuánto lo admiro”.

Carmen: “Sí, yo también, me encantaría abrazarlo y decirle que gracias por todo”.