Santiago de Chile.   Lun 29-04-2024
14:41

Niemann no logra su meta en Augusta: “Hay que seguir golpeando la puerta”

El chileno terminó 22° en el primer major de la temporada, resultado insuficiente para asegurar su presencia en la edición 2025. “Encontraremos la manera de volver el próximo año”, prometió Niemann. Scottie Scheffler fue el campeón.
Foto: EFE
Raimundo Vergara Arthur14 de abril, 2024
En una cancha repleta, y caminando al lado del ídolo norirlandés Rory McIlroy, terminó su quinta participación en el Masters Joaquín Niemann.

Pero no terminó como hubiese querido. Debía finalizar entre los 12 primeros —una meta que parecía difícil pero posible al inicio de la ronda— para asegurar su presencia el próximo año y para sumar buenos puntos en su objetivo de asegurar su presencia en el US Open, pero ya desde el principio se notó que no iba a ser sencillo.

En greens mojados la noche anterior, para favorecer una mayor cantidad de birdies, Niemann no logró hallar su juego, no se brindó muchas chances de robarle golpes al exigente campo de Augusta. Y tampoco pudo aprovechar las que se generó.

En la primera bandera, un tiro al rough sería el mal augurio para un día difícil. Bogey para partir el día, escenario que repetiría en el hoyo 4.

En el octavo, un par 5 que suele servir para robar golpes, sería una pesadilla: tiro de salida a los árboles, un approach larguísimo que sobrevoló el green y un error en su cuarto tiro configuraron su tercer bogey del día, que corrigió con un birdie en la bandera siguiente, merced a su mejor putt de la jornada.

A esa altura, ya era un hecho que el top 12 quedaba fuera de su alcance, pero quizás sin esa misma presión, logró sacar a relucir sus mejores tiros.

Claro, los nueve hoyos finales sacaron, durante toda la semana, la mejor cara de su juego. Aunque se subió en el 12, recuperó de inmediato en el green siguiente, lo logró de nuevo en el 15 y estuvo a punto de hacerlo en el 16, cuando falló un putt a menos de un metro que algo había mejorado su tarjeta.

Al final, tal como su compañero de recorrido McIlroy, Niemann entregó una tarjeta de 73 palos (+1), que lo dejaron finalmente en el 22º casillero, con 292 (+4), a tres de su objetivo final.

“Obviamente me habría gustado haber llegado al domingo por la tarde con chances de ganar, pero de todas maneras fue una gran semana, la disfruté mucho”, reconoció Niemann al final de su vuelta.

El talagantino viajaba por la noche de vuelta a su casa en Jupiter, en Florida, donde esperaba tener un día de recuperación, que incluiría reposo, esparcimiento con su equipo y algo de pádel, con el fin, según cuentan en su staff, de sacarse la presión de jugar un major.

“No pegué muy bien y esa fue la razón de que no pude concretar un buen score. Hay semanas en que juegas bien y hay otras en las que no te salen las cosas. Creo que esta fue de estas últimas”, reconoció el chileno.

“El año pasado no venía jugando bien y tuve una mejor oportunidad el domningo que este año. Eso te dice que no importa cómo vengas jugando antes del torneo, nunca sabes qué puede pasar hasta que empiezas a jugar”, añadió.

El chileno se reincorporará al LIV a fines de mes, cuando juegue consecutivamente la sexta y séptima fecha del tour en Adelauida y Singapur, respectivamente.

“El objetivo es seguir golpeando la puerta, seguir practicando, seguir aprendiendo y los resultados llegarán”, filosofó “Joaking”.

En el calendario, ya tiene marcados dos majors, el British Open y el PGA Championship, además de los Juegos Olímpicos, cuya ratificación se producirá en junio.

En esos torneos se jugará los puntos necesarios para clasificar al US Open, mientras que, por ahora, está fuera del Masters del próximo año, que solo extiende invitaciones a los mejores 12 del certamen.

“Encontraremos una forma de volver el próximo año”, aseguró, optimista, el chileno.

SCHEFFLER VUELVE A VESTIRSE DE VERDE

Hubo un momento, cuando los líderes llegaban a la mitad de su recorrido, que el tablero marcaba cuatro punteros igualados con -6: los estadounidenses Scottie Scheffler, Collin Morikawa, Max Homa y el noruego Ludvig Aberg.

El dato refleja la emoción que sentían los miles de espectadores que caminaban en los últimos grupos, así como aquellos que seguían la resolución del Masters por televisión. A esa altura, cualquiera de ellos podía vestirse de verde.

Hasta ahí llegaría la paridad. Porque Scheffler, el favorito de medio mundo, acertó dos birdies consecutivos y vio como todos sus rivales se enredaban en el duro paso por los hoyos del llamado Amen Corner, que finiquitó las opciones de sus rivales.

Scheffler tropezó con un bogey en el 11, pero su ventaja era tan amplia que ni siquiera alcanzó a asustarse. Es más, afinó más el pulso y le quitó tres golpes más al campo, para cerrar el día con 68 palos (-4), la segunda mejor ronda de la jornada, como para decir que la presión ni lo roza.

Tres bogeys y siete birdies le dieron forma a la tarjeta final de Scheffler, que gana el Masters por segunda vez. Foto: EFE.

Así, se calza su segunda chaqueta verde, luego de la que ya ganó en 2022 y que tiene colgada en su armario, una señal más del aura de invencibilidad que parece tener.

De hecho, la única manera de que no ganara esta semana era que su esposa hubiese tenido al hijo que esperan. “Si llega la hora del parto, me retiro”, anticipó durante la semana.

“No puedo expresar con palabras lo que significa volver a ganar este torneo y tampoco puedo expresar con palabras lo que será ser padre por primera vez. Estoy deseando llegar a casa”, celebró Scheffler.
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