El rango de edad para un jugador revelación es amplio, al menos en el profesionalismo chileno. La regla Sub21 acreditó a los nacidos a partir de 2004 como futbolistas útiles para cumplir la normativa. Por ejemplo, Maximiliano Gutiérrez tiene 21 años, debutó hace tres campañas, pero esta temporada volvió a ser un resguardo para Huachipato.

“Este chico es de lo mejores, me gusta mucho, desde que jugó ante Estudiantes en la Copa Libertadores (2024) y puso de cabeza a sus rivales, es atrevido, veloz y ataca muy bien los espacios” dice Leonardo Véliz, de larga bitácora en las selecciones menores.

“’Maxi’ hasta los 19 años jugaba de central o lateral derecho, pero yo le veía una personalidad de atacante, era más distraído y creativo, con una velocidad tremenda, genéticamente tiene un perfil de atleta. Cuando estuve en el club hicimos estudios de los requerimientos genéticos, porque hay chicos que pueden jugar muy bien al fútbol, muy técnico, pero genéticamente no van a llegar a la elite, el futbol está cada vez más estudiado y se juega a una velocidad mayor. Y la genética no se trata de estatura, tiene que ver con tipos de fibras, la biomecánica”, enseña Francisco Troncoso, extécnico de Huachipato y ahora coordinador en el fútbol formativo de Atlético Rafaela.

Otro de los atacantes con rédito en el 2025 es Emiliano Ramos, que interrumpió su Mundial Sub 20 por un desgarro. “Ramos mostró cosas interesantes, velocidad, resistencia y cumple tácticamente con lo que le piden los técnicos. Ojalá Everton lo se pa llevar. Me identifica, yo comencé así, piernas y zancada larga, pero él es más moderno, quizás le falta más enganche. A los chicos se les va robotizando en ciertas maniobras, pero alguno se rebelan y se salen del molde. De Mirko Jozic aprendí que si el extremo enfrenta diez veces al lateral, debe encarar siempre y con dos veces que genere peligro, ya es ganancia”, reflexiona Véliz.

El campeón Coquimbo Unido también confió en un extremo de la cantera: Martín Mundaca (2007). “Fue el que más hizo minutos, debutó con el profe ‘Nano’ (Díaz), en la Sub 15 jugaba de enganche, pero se acomoda bien de extremo izquierdo, porque además tiene mucho gol, el profe ‘Chino’ (González) le incorporó la parte defensiva que siempre le costó, Martín define muy bien, con ambos perfiles, él era el mejorcito de su generación. Lo mismo Matías Zepeda (2004), siempre he dicho que por camada llega uno, y él era el capitán, un chico obediente, que todavía puede dar mucho más, porque es fuerte físicamente y tiene gran remate”, ilustra Rafael Celedón, exentrenador de la cantera pirata.

Los sudamericanos y mundiales Sub 20 y Sub 17 de la temporada espolearon a varios proyectos.

Ian Garguez (2005) exprimió la Roja. “Ya el año pasado terminó de titular en Palestino y este año se consolidó, jugó el Mundial, hizo un gol, debutó en la mayor, es un muy buen proyecto. Tiene dos cualidades fundamentales: es rápido y es polifuncional, puede ser lateral en ambas bandas, y jugar de central, y en una línea de tres puede ocupar las tres funciones; tiene gran futuro”, augura el técnico Lucas Bovaglio, que añade la aparición de Francisco Montes (2004), un medio intenso en La Cisterna. “Él estaba encasillado como volante de corte, pero ahora recibe y gira, da pases entrelíneas”, suma el santafesino.

Francisco Marchant apareció en Macul, dejó buenas señales, pero le negaron continuidad. “Lo hablamos con los históricos de Colo Colo en las giras y este chico tiene todo, además de ser encarador, muy técnico, zurdo, le suma personalidad, no le pesa la camiseta para nada, siempre que jugó generó peligro, puede pelear perfectamente una titularidad”, expresa Mario Cáceres, exariete del semillero albo.

El carrilero Martín Jiménez (2008), de Audax Italiano, fue el Sub 17 más precoz en primera, mientras que Kevin Contreras (2004) se ganó la titularidad en Unión Española. El funcional Bastián Silva (2004) fue auxilio en Limache, mientras O’Higgins dio muestras de abundante materia prima en su cantera: el extremo zurdo Rodrigo Godoy (2005) fue clave en la primera rueda y Felipe Faúndez (2006) jamás desentonó. “Él solo sumó casi todos los minutos (1.605), puede ser el sucesor de Mauricio Isla”, dicen en el club celeste.