José Yéber es hincha de Deportes Concepción desde los seis años. “En 1990 hubo temporales muy grandes en la zona, mucha gente perdió la casa. Mi nana Flor fue una. Junto a los afectados, la llevaron a los albergues que estaban en los camarines del estadio de Collao. Un domingo le llevamos alimentos no perecibles. Estaba muy agradecida… De pronto, había un gallo pateando una pelota, tenía guantes. Era Nicolás Villamil. Con mi familia nos íbamos, pero nos dijeron que nos quedáramos, que había un partido. Jugaba el ‘Conce’ con la U. Ganamos 2-1… Puedo decir que he visto al equipo en Primera, en Copa Libertadores y hasta en Quinta División jugando en la cancha más humilde de la ANFA”.

Hoy tiene 41. En su colección de camisetas hay más de 60 modelos. “Si no fuera por Víctor Tornería, el ‘Conce’ estaría muerto”, dice, categórico.

Tornería es una especie de salvador. “En el Club Social nos estábamos reactivando en diciembre de 2015, pero al año siguiente, en abril, viene la desafiliación. En Nonguén, donde entrenábamos, no había nadie. Los jugadores se llevaron sus pertenencias, desapareció la gente. Ni una pelota quedó. La sede estaba muy mal, tenía hoyos en el techo. Más encima hace poco había ocurrido un incendio y todavía estaban los escombros”, relata.

“Vimos papeles, contratos, hasta el carnet fotocopiado de Sergio Jadue encontramos… Correos de gente pidiendo plata al club, pero pidiendo que lo depositaran en otra cuenta”, agrega.

“La dirigencia de esos momentos, los dueños de ‘Fuerza, Garra y Corazón’, la Sociedad Anónima: Raúl Sabando y Nibaldo Jaque. Fueron, oficialmente, $1.440 millones los que la ANFP le prestó a ‘Fuerza, Garra y Corazón’. Se comprobó en la auditoría forense de Deloitte. Se cobraban cheques por 30 o 40 millones de pesos al portador… La ANFP obligó a los nuevos inversores a pagar esa deuda. ¡Y fue plata que nunca llegó al club! Jaque era el vicepresidente de la S.A. y también de la ANFP”.

Si bien el equipo “lila” había sufrido castigos rudos (en 2006 fue sancionado por la ANFP debido a problemas financieros), el golpe de 2016 fue terrorífico: por no pago de deudas el club fue desafiliado. Parecía una sentencia de muerte y revertir ese destino no fue sencillo. “Teníamos que esperar los poderes legales para ir al SII y que la estructura del club social empezara a funcionar”, dice Tornería.

En Concepción dan más detalles con la siguiente anécdota: “Para poner fin a ‘Fuerza, Garra y Corazón’, los que tenían la concesión del club, era necesaria la firma de Raúl Sabando. Y no quería firmar, porque si lo hacía quedaba como representante legal y podía ser perseguido en futuras acciones legales… No firmaba y no firmaba. Hasta que un día se armó un grupo de choque, que le hizo una visita no muy amistosa a su casa. ‘Si no firmas, va a quedar la cagada y no creo que quieras exponerte a esto…’. Al día siguiente llamó a Tornería y firmó”.

“En 2016 éramos un grupo de hinchas que luchaba contra todo. Perdimos juicios en la Corte Suprema, pero nunca nos rendimos. ‘Hagamos algo para no sentirnos mal’, era el pensamiento. Y fue agarrando fuerza. El nueve de octubre organizamos una marcha del estadio, llegaron siete mil personas, después hicimos un documental. Cuando ascendimos a la B, en la ANFP nos dijeron que si no pagábamos la deuda no nos dejarían participar. Matonaje total”, dice Tornería.

En 2018 volvió a la actividad formal, jugando en la quinta categoría del fútbol, la amateur Tercera B. Dirigido por Esteban González, clasificó con lo justo a la fase final, en la que venció sucesivamente a Rodelindo Román y Ferroviarios antes de perder la final con Pilmahue, con 20 mil personas en Collao, aunque igual consiguió el ascenso.

Fue un momento delicado: bingos, lanzamiento de camisetas, documentales, hinchas que prestaban millones para cancelar los sueldos. “Durante la pandemia fue crítico, pero gracias a esos dineros es que teníamos para pagar la luz, pero tenía fe. Un año después de la desafiliación organizamos un amistoso y metimos 15 mil personas, por eso no me sorprende que ante Cobreloa llegaran 30 mil. Nos terminamos de convencer… En 2017 hicimos un hexagonal con Hualqui, Santa Juana, Quillón. Llegaron 3.500 personas. Jugábamos ante Chimarongo con 7.500 personas. Hoy estoy feliz por los utileros, que tienen contrato y cotizaciones al día. Después viene el tema deportivo, si en Calama nos saludaban hinchas de Cobreloa pese a que les habíamos ganado. Eso demuestra que lo que se soñó se instauró. Ver a niños de 10 o 12 años felices… Podemos decir que ‘cumplimos’. Como hincha hicimos lo que teníamos que hacer. Espero que nunca más volvamos a esto. Pero si llegara a pasar, tengo la confianza que el ‘Conce’ se volverá a levantar”, asegura Tornería.

Ya en Tercera A, en 2019, y todavía con el “Chino” al mando, logró su segundo ascenso en línea, merced a un triunfo 3-2 sobre Limache que le dio el subcampeonato y el regreso al profesionalismo para 2020.

Fueron años difíciles en Segunda. En su primer año, se salvó por un punto; en 2021 por cuatro, aunque terminó justo por encima de los dos descendidos, posición que repitió al año siguiente, cuando le sacó dos unidades al relegado Rodelindo Román.

Hoy, el presidente es Diego Livingstone. “Sergio, el ‘Sapito’ es mi tío-abuelo. Mario fundó las cadetes de la UC… Somos un apellido de fútbol”, relata.

“Llegamos en febrero de 2023. Estábamos buscando un club para invertir y nos ofrecieron el ‘Conce’. Evaluamos lo que ha sido, nos encantó. Nos encantó su hinchada, su historia, pese a un pasado completo, porque se lo robaron completo. Cuando llegamos nos encontramos con un club que no tenía instalaciones de un equipo profesional, deudas de las que no estábamos enterados. Hoy la misión es mantenerse en Primera, pero debemos ser cautos con el dinero”, sostiene el nuevo jefe.

En 2023 pasaron cuatro técnicos, pero logró terminar en la mitad de la tabla, mientras que en 2024 sostuvo una pelea palmo a palmo con Melipilla, que los “Potros” ganaron en penales en una tarde en Rancagua. Semanas después, cayó una denuncia sobre los metropolitanos por no pagar las cotizaciones de octubre y, apenas una semana antes de inicio de la temporada 2025, se ratificó el ascenso del club penquista a Primera B.

El resto es historia conocida.

“El Conce no se fue”, rezaba una pancarta en el Ester Roa el día de la final con Cobreloa. No solo no se fue: el “León de Collao” vuelve a rugir con más fuerza que nunca.