Según los expertos y los fanáticos de las apuestas, Francia y Bélgica asoman entre las selecciones con mayor favoritismo para ganar el Mundial de Qatar. Los galos, actuales monarcas del mundo, tienen un plantel lleno de luces, en el que Kylian Mbappé aparece como su estrella más encandilante. Los “Diablos Rojos”, por otra banda, suman años de buen rendimiento —2º en el ranking FIFA— y han pellizcado la finalen varios Mundiales.

A solo dos meses de Qatar, ambos equipos desviaron su mirada hacia la Nations League.

En Francia, el técnico Didier Deschamps armó una estructura pensando en Austria, pero también en el futuro, pues cuidó las energías de Karim Benzemá, Paul Pogba, N’Golo Kanté, Hugo Lloris, Theo y Lucas Hernández. Se presentó en el Stade de France con una oncena que mezcló a los debutantes Benoit Badiashile y Youssouf Fofana con los clásicos Raphael Varane, Antoine Griezmann, Olivier Giroud y Mbappé.

No fue el mejor partido, pero sí la constatación de un plantel muy generoso.

La necesidad del triunfo —otro marcador la dejaba al borde del precipicio del Grupo 1, es decir, con riesgo de caer a la zona B de la competición— encendió el ánimo y los motores de un inspiradísimo “Donatello”. El atacante de PSG realizó preciosas asociaciones con Giroud, quien como pivot lo dejó un par de veces en posición de gol.

Si los festejos no llegaron fue gracias a los reflejos del meta Patrick Pentz. Pero Mbappé no estaba para irse en blanco. Y tras recibir de Giroud enfiló hacia el pórtico, eludió obstáculos y anotó el 1-0. Poco después, el atacante de AC Milan aprovechó un centro de Griezmann y 2-0.

La mala noticia para Francia fue la lesión de Jules Koundé cuando recién se disputaban 20’. “Es algo muscular”, comentó Deschamps.

Tranquila, también, fue la jornada para Bélgica. El juego ante Gales estaba en la etapa de estudio cuando Kevin de Bruyne anotó con un remate bajo de izquierda. Al rato, el volante de Manchester City asistió a Michy Batshuayi para el 2-0. Suficiente para que el centrocampista impusiera su ley en el estadio Rey Balduino y para que Bélgica dejara en la lona a su rival.

El descuento de Kieffer Moore (49’) no asustó a los belgas, seguros de su nivel y con una plantilla que perfectamente podría ser la del debut en Qatar, ante Canadá.

El equipo dirigido por Kasper Hjulmand tenía en sus manos el privilegio de ubicarse como uno de los cuatro mejores, pero perdió por 2 a 1 en su desplazamiento a Croacia.

La historia en Zagreb fue rocosa, trabada. Con pocas emociones en los arcos y mucho juego en la zona central. El trámite se desniveló con el tanto de Borna Sosa (49’) a favor de los subcampeones del mundo.

Dinamarca, que llegó a la cita con nueve puntos, dos más que su rival, igualó con un golazo de Christian Eriksen, el mismo que en la última Eurocopa casi pierde la vida producto de una falla cardíaca. Los festejos no habían terminado cuando Lovro Majer anotó para los anfitriones.

El ganador de la llave se conocerá en la última fecha.

Hoy se disputará uno de los grandes clásicos del fútbol mundial: Inglaterra-Italia, los últimos finalistas de la Euro, por el Grupo C. Si los “Tres Leones” pierden, lamentarán el descenso. En esa zona, la líder Hungría visita a Alemania: de ganar, pondrá un pie en las semifinales.