Muy temprano comenzó el sufrimiento de Colo Colo ante Boca Juniors: recién se disputaba el primer minuto, cuando Brayan Cortés voló de derecha a izquierda para evitar que el tiro libre de Sebastián Villa se colara en el ángulo.

Los reflejos del arquero impidieron el gol, pero no que los xeneizes mantuvieran el protagonismo. Los argentinos realizaban una presión alta, en todos los rincones. Incomodaban a su rival, no lo dejaban jugar. Con la pelota, además, se movían bastante bien. Las diferencias eran notorias, tantas que a los 9’, Diego González, sin marca, remató desde lejos y anotó el 1-0. Demasiado solo estaba el “Pulpo” para superar la estirada de Cortés.

Apurado y maniatado Gabriel Costa, sin conexiones entre Óscar Opazo y Marcos Bolados por la derecha, ni tampoco de Gabriel Suazo y Pablo Solari, por la izquierda, Colo Colo fue un fantasma en el estadio Uno de La Plata. La extraña decisión de Gustavo Quinteros de ubicar como defensa central a César Fuentes, teniendo dos especialistas en la banca (Daniel Gutiérrez y Matías Zaldivia), le costó caro al Cacique.

Esteban Pavez y Vicente Pizarro, en la línea de la recuperación, no pudieron ante el mediocampo enemigo. Por ahí, Boca pasaba casi sin problemas. Ofensivamente tampoco fueron aporte, al punto que en los primeros 45 los albos no remataron a puerta.

Como era lógico, el DT naturalizado boliviano movió las piezas. Recordando una vieja metáfora futbolística de César Luis Menotti, "el inodoro fue al baño"; Quinteros ordenó el cuento. Así, Fuentes dejó la última línea y Gutiérrez ingresó para acompañar a Maximiliano Falcón.

Mejoró Colo Colo, qué duda cabe. Se posicionó varios metros más adelante, apostó a más duelos individuales en la faceta ofensiva y Juan Lucero no se dedicó solo a luchar. Costa apareció un poco más, lo mismo que Solari. El problema es que en el uno contra uno eran inferiores y jamás pudieron inquietar con peligro al meta Agustín Rossi.

Sobre los 80’, y después de que Nicolás Orsini fallara un cara a cara con Cortés, Exequiel Zeballos se matriculó con una joyita: precioso, angulado y potente pelota parada que superó la barrera para sentenciar la jornada.

Fin de la noche, futbolísticamente hablando, pese a que quedaba largo trecho. Colo Colo ya no tenía piernas para la remontada. El panorama, ahora, es volver a Chile para jugar la Supercopa ante Universidad Católica, en el primero de los grandes objetivos de la temporada.