Santiago de Chile.   Vie 26-04-2024
22:00

La variante tetra

La historia se encargará de aclarar cuánta irresponsabilidad hubo en el camarín albo para propiciar tantos contagios consecutivos, al punto de flexibilizar los criterios aplicados por la seremi en la última ola, que arrasó también con el cuerpo técnico.
Foto: Photosport
Aldo Rómulo Schiappacasse28 de noviembre, 2021
En Colo Colo se insiste en culpar al covid-19 de la pérdida del campeonato, como un designio de la naturaleza, el resultado del infortunio y de la persecución. Y, en rigor, los albos se derrumbaron futbolística y físicamente después de ganarle a la Universidad Católica por varios factores estrictamente técnicos. Bajaron notablemente su rendimiento Gil, Bolados y Morales; el equipo se olvidó de hacer goles y entró en una espiral desesperada que fue muy clara en los partidos frente a Melipilla, Curicó y Unión Española, en los que dejó ir cinco puntos.

La historia se encargará de aclarar cuánta irresponsabilidad hubo en el camarín albo para propiciar tantos contagios consecutivos, al punto de flexibilizar los criterios aplicados por la seremi en la última ola, que arrasó también con el cuerpo técnico. Para resumirlo, la tarea se le tornó casi imposible por responsabilidades propias, e insistir en lo contrario no solo es majadero, sino también profundamente irresponsable. Los cambios frente a los hispanos parecieron una desesperada búsqueda de un milagro más que una corrección táctica.

La UC se encamina a su cuarto título en línea de manera irreprochable. Sus dirigentes se olvidaron del respeto a los procesos y, a mitad de camino, decidieron desahuciar su apuesta para esta temporada. La salida de Poyet no solo demostró que el primer semestre fue una farra y, corrigiendo a tiempo, lograron enderezar el rumbo. Tragarse el sapo del orgullo y apelar al pragmatismo puede ser muchas veces la solución si, además, tu plantel lo está pidiendo a gritos.

Lo que parecía ser una lucha encarnizada en la parte alta pareció aclararse a falta de 90 minutos, lo que no le resta méritos a un torneo que, a poco del final, mostraba a los albos como amplios favoritos por su nivel de juego y contundencia de ataque.

Si hablamos de errores no forzados, habrá que fijarse en la parte baja. Universidad de Chile llegará a la última fecha absolutamente comprometida con el descenso. Objetivamente, el equipo no funciona ni muestra coraje, y los niveles individuales están muy bajos. En entrevista concedida a este diario, Daniel Schapira, sobreviviente único de las mesas anteriores, desacreditó al plantel para exculpar a la actual dirigencia, que, obviamente, dijo desconocer. O sea, a horas de un partido crucial, culpó a los jugadores para defender a unos desconocidos y para restarles responsabilidad a los propietarios y gerentes anteriores.

Ratificando que siempre puede ser peor, la U se ha inmolado en tantas oportunidades en el último tiempo, que para salvarse requerirá de algo más que de la evidente molestia de Cristián Romero con las críticas o la tensión que se nota en cada gesto de los jugadores, que obviamente tienen responsabilidad en la crisis, pero que hacen lo que pueden en medio del naufragio de la institución.

El final tendrá más drama abajo que arriba, en un medio que se solaza hablando de incentivos y maletines, pero que es poco generoso a la hora de alabar la seriedad con que se lo toman casi todos. Sí, casi todos

Aldo Rómulo Schiappacasse

es, además de columnista de El Mercurio, presentador de televisión, periodista y comentarista deportivo. Actualmente trabaja en el Canal del Fútbol, Chilevisión y Radio ADN.

Relacionadas
A fondo con...