Dos datos diferencian la clasificatoria al Mundial de 2022 respecto de las anteriores ediciones todos contra todos en Sudamérica.

El primero: diecisiete empates se han producido, hasta hoy, en el camino al Mundial de Qatar. Apenas cuatro menos de los que hubo durante todo el proceso para Rusia 2018.

A la vez, nunca antes Brasil y Argentina lucieron campañas tan dominantes en un proceso eliminatorio, que a seis fechas del final los tiene, salvo una catástrofe difícil de imaginar, ya con las maletas listas para viajar a Medio Oriente.

¿Cómo afecta esto a Chile? Ambos antecedentes permiten proyectar que la línea de clasificación al Mundial, así como la del repechaje, será algo inferior a la de procesos anteriores. Para Rusia, el quinto finalizó con 26 puntos, mientras que para Sudáfrica 2010 (la ruta a Brasil 2014 solo tuvo nueve equipos, por lo que eran menos unidades en juego), la repesca se situó en 24.

Así, pensar en terminar quinto con 23 puntos parece un escenario realista, por lo que la Roja, que tal como el resto de sus rivales tiene enfrente tres partidos en casa y tres de visitante, precisa de cerca de una decena de puntos para, al menos, llegar a la definición intercontinental.

¿Dónde están esas unidades? Ganarle en casa a Ecuador y Uruguay, rivales directos además, parece una obligación. Y considerando el buen momento de Argentina y Brasil, dos potencias que asoman en el camino de la Roja en las fechas finales, se hace urgente ganar en Asunción o en La Paz. O en ambos, por qué no…

“Son salidas difíciles, sí, son equipos que se hacen fuertes jugando de local, tienen más intensidad que la que exhiben como visitantes y, por ejemplo, Paraguay será mucho más duro que lo que se vio en Santiago. Pero en estos partidos Chile recuperó el espíritu competitivo, le sumó el gol y eso alimenta la ilusión de sacar resultados positivos como visitante”, confía Cristián Basaure, exfutbolista y hoy analista de TNT.

“Mientras estén los jugadores de la generación dorada en su mejor nivel, tengo la esperanza de clasificar. El nivel de (Claudio) Bravo, (Arturo) Vidal, (Gary) Medel, Charles (Aránguiz), (Eduardo) Vargas obliga a los demás a ‘pelarse el lomo’ para rendir a su altura. Esta generación, con la mentalidad que tiene, va a pelear hasta el final”, estima Raúl Toro, entrenador nacional que dirigió, entre otros, a Aránguiz y Vargas en sus inicios en Cobreloa. “La mentalidad que tenían desde pequeños es la que los tiene allí, peleando”, añade.

La penúltima fecha es ante Brasil de visita, que seguramente llegará clasificado. Podría significar un relajo, aunque el último antecedente en un escenario similar no es bueno: el 3-0 en Sao Paulo con que Chile se despidió de Rusia 2018.

“Si ganamos a Paraguay y a Ecuador, queda buena parte de la tarea hecha. Estas eliminatorias van a terminar con fallo fotográfico y por lo mismo es bueno haber recuperado la diferencia de goles. Este equipo debería tener unos siete puntos más por rendimiento: los que nos robaron en Uruguay, los que perdimos ante Bolivia y ese partido ante Brasil que no merecíamos perder”, razona Toro.

Cumplidos los partidos rezagados que forzaron las fechas triples, el calendario vuelve a ser normal: restan tres jornadas dobles y todas las selecciones jugarán un partido en casa y otro afuera en cada una de ellas. Tres de local y tres de visita, en el saldo.

Con Argentina y Brasil escapados y Venezuela rezagado y escasas opciones matemáticas, los otros seis combinados se convierten en “rivales directos” para Chile y habrá que estar pendiente de sus calendarios y resultados.

De ellos, Colombia parece ser el que tiene el fixture más favorable: aún debe jugar en casa con Bolivia, Paraguay y Perú y, si bien debe visitar a Brasil y Argentina, cierra su travesía jugando en Venezuela, seguramente ante una Vinotinto ya eliminada.

Por ello, y considerando los resultados más probables, a la Roja le conviene que los cafetaleros se arranquen en la tabla y no cedan unidades ante bolivianos, paraguayos y peruanos en casa.

Uruguay, que viene a los tropezones luego de la última fecha triple del calendario, aún tiene que recibir a Argentina y enfrenta tres visitas duras (ver infografía). Si bien la lógica lo sitúa en Qatar, cualquier resbalón puede sacarlo de carrera y darle una manito a Chile, a quien enfrenta en Santiago en la última jornada.

Ecuador, hoy tercero en la tabla, asoma con el panorama más complicado en el papel: recibe a Argentina y Brasil y visita a tres rivales directos, por lo que, a primera vista, es hacia donde deben apuntar las esperanzas de la escuadra nacional, pues la proyección basada en los resultados más probables le otorga menos puntos que a las demás selecciones.

Eso sí: termina en casa contra una Albiceleste probablemente clasificada.

Por detrás de Chile en la tabla, pero aún con esperanzas, aparecen Bolivia, Paraguay y Perú. Para todos ellos, eso sí, la obligación pasa por ganar todos sus partidos en casa y también rescatar unidades en el extranjero para soñar con llegar al menos a los 23 puntos.

El combinado que dirige César Farías se hace fuerte en la altura de La Paz y allí tendrá que medirse con Brasil, Chile y Uruguay. Aun ganando todo, necesitará sumar al menos un triunfo en alguna de sus visitas, un hito que no logra desde 1993, cuando derrotó a Venezuela en el camino a Estados Unidos 1994.

A los guaraníes, que cambiarán su mano técnica, también se les abre un panorama relativamente auspicioso, pues sus tres partidos en casa los ponen enfrente de rivales directos; mientras que de visita tendrá que medirse con un Brasil eventualmente clasificado y, en la fecha final, ante un Perú que quizás llegue sin opciones.

Con eso en mente, es más urgente conseguir un buen resultado en Asunción, pues además de sumar como visitante, hiere las aspiraciones del rival que parece tener el calendario más favorable en lo que resta de camino.

Por último, el combinado del Rímac está bastante rezagado y, además, con una paupérrima diferencia de goles, por lo que necesita bastante más que ganar los tres accesibles partidos como local para soñar con la clasificación.