Santiago de Chile.   Vie 26-04-2024
18:04

El camino de la Roja a Tokio comenzó hace más de una década y tuvo muchas piedras

En el Mundial Juvenil de 2008 compartieron, entre otras, Christiane Endler, Karen Araya y Daniela Zamora, en el punto de partida de la llamada “generación dorada”, que, claro está, tuvo que enfrentar hasta dos años de inactividad en el camino.
Foto: ANFP
Héctor Opazo M.13 de abril, 2021
No lo ocultan. Quienes están vinculados de una u otra forma al fútbol femenino califican de “generación dorada” a este grupo que tiene a sus espaldas inéditas clasificaciones mundialista y olímpica.

Y el punto de partida se sitúa con la llegada de Marta Tejedor para dirigir al equipo en el Mundial Femenino Sub 20 de 2008, en Chile. Allí estaban Christiane Endler, Karen Araya, Daniela Zamora, María Francisca Mardones y Daniela Pardo, presentes en la gesta turca; además de Geraldine Leyton y Maryorie Hernández, que estuvieron en las nóminas de José Letelier en los últimos años.

Buena parte de ese plantel asomó en la Copa América de 2010, en Ecuador, donde Chile ocupó el tercer lugar. Carla Guerrero y Francisca Lara, entre otras, se sumaron al equipo junto a jugadoras más experimentadas como Alexandra Benado, quien llevaba más de una década con la camiseta de la Roja.

“Era un trabajo macro que se diseñó con la llegada de Marta Tejedor, que dirigió en el Mundial y que se hizo cargo de la selección adulta. Nunca había entrenado de manera tan profesional en la selección como en ese año y medio. Era 24/7 y no había día en el que no tuviéramos pauta de trabajo”, cuenta Benado.

Chile en el Mundial Sub 20 de 2008. Cinco futbolistas de este plantel estuvieron en Turquía en la clasificación olímpica. Foto: Vladimir Bigorra

El equipo fue tercero y no clasificó al Mundial, pero sí a los Juegos Panamericanos del año siguiente. Fue un espejismo, eso sí.

“Ha sido cíclico, con altos y bajos, por eso es aún más valorable lo que han hecho ahora, porque lograron mantenerse en lo más alto pese a que hubo casi dos años sin jugar ningún partido, sin nada. Si bien en 2008 se sientan las bases para un trabajo importante, después se dejó todo botado porque no clasificamos al Mundial. Si lo hubiéramos hecho, quizás todo el proceso se habría adelantado”, piensa Benado.

Algo parecido cree Iona Rothfeld, delantera en los Juegos Odesur de 2014 y hoy jugadora de Audax Italiano y presidenta de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (Anjuff).

“En la Copa América de 2014, Chile no clasificó al Mundial y la selección quedó sin torneos por dos o tres años. Entonces, si la federación no trabaja para tener actividad, las futbolistas quedan botadas por tres años. Quizás cuántas jugadoras se perdieron en ese período, que tuvieron que retirarse para trabajar o estudiar. Si al final este plantel se armó con quienes sobrevivieron a ese período”, afirma Rothfeld.

“Por eso mismo creamos la Anjuff después de los Juegos Sudamericanos, porque las condiciones para entrenar eran muy pobres en los clubes y en la selección. Teníamos que ir al INAF a descansar en una sala… Los resultados que se consiguen no son la realidad del fútbol femenino y seguimos peleando por eso. No pedimos los sueldos obscenos del fútbol masculino, pero sí tener las mejores condiciones para poder representar a nuestros clubes y a la selección de la manera apropiada”, añade la dirigente gremial.

En dos períodos distintos (en 2013 y entre 2016 y 2017), la Roja desapareció del ranking FIFA debido a que completó 18 meses sin partidos oficiales. La mayor inactividad estuvo entre 2014 y 2017, cuando pasaron más de 30 meses sin jugar.

“Con estos resultados y las clasificaciones, nadie se atrevería a cortar el proceso. Pero ahora se trata de diseñar un proyecto a mediano plazo, de unos cinco a diez años, para desarrollar el fútbol femenino en su totalidad, porque estas chicas ya tienen 30 años o más y se necesita recambio para seguir adelante”, estima Benado.

“El trabajo serio empezó recién en 2017 o 2018. Si se hubiera trabajado desde antes, quizás cuánto mejor sería este equipo… No solo por las jugadoras que no pudieron seguir, sino por ellas mismas, que hicieron malabares para poder seguir jugando. ¿Perder lo avanzado? Chile tiene mala memoria y siempre está el temor de volver atrás. Por eso tenemos que aprovechar estos momentos para trabajar con la ANFP, el Ministerio del Deporte, el Ministerio de la Mujer y el Sifup para establecer planes que no borren los directorios siguientes…”, pide Rothfeld.
Héctor Opazo M.

es coordinador de Deportes El Mercurio. Periodista de la Universidad de Chile, participó en la cobertura de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y en los JJ.OO. de Río 2016, entre otros eventos.

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