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Santiago de Chile.   Jue 31-07-2025
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Fernando Vera, una de las mayores glorias del ciclismo chileno de todos los tiempos: “Ahora soy como un hippie”

Aburrido del encierro, lejos de las luces y con ganas de volver a la playa (“me gusta caminar, escuchar música, el aire marino”), el “Lobo”, quien vive solo y trabaja en el CEO, hace una excepción y ofrece una extensa entrevista en la que recorre su vida, habla de su presente y manifiesta su “pena” por el caótico momento del ciclismo nacional.
Héctor Opazo M.18 de septiembre, 2020
“Le cuento la firme. No me gustan las entrevistas. Justo estaba hablando con un amigo y me dijo que me iban a llamar y pensé que era usted. Por eso contesté. No respondo las llamadas de teléfonos que no conozco”, comenta Fernando Vera.

El “Lobo”, como lo apodaban por su afición a correr en solitario en las clásicas ciclistas, dice que está aburrido en la casa después de seis meses en cuarentena, conversa con un tono serio, pero con el paso de los minutos libera la afabilidad que todos sus amigos le reconocen. “¿Cómo se llama usted?”, me pregunta. “¿Héctor? Somos tocayos, pero a mí nunca me gustó ese nombre y usé el segundo, que es Fernando. El problema es cuando tengo que cambiar un cheque”, bromea el expedalero.

Su trayectoria acumuló varios pergaminos: ganó la medalla de oro en persecución por equipos en los Panamericanos de San Juan 1979 junto a Sergio Aliste, Roberto Muñoz y Richard Tormen, además de la plata en la prueba individual. Cuatro años antes capturó bronce en México 1975. Compitió dos veces en los Juegos Olímpicos (Montreal 1976 y Los Angeles 1984) y fue el tercer ciclista nacional en ganar la Vuelta de Chile (1988).

El exdeportista enfrentó un cáncer que derrotó hace unos años, aunque mantiene controles permanentes por precaución: “He estado muy bien de salud, solo el ánimo me tiene mal por todo este tiempo encerrado”, comenta por primera vez la frase que repitió varias veces durante la conversación.
Vera sigue siendo un lobo solitario: “Me separé hace más de 20 años y vivo solo. Me gusta la soledad, pero esto ha sido demasiado. Me gusta arrancarme los fines de semana al litoral para caminar, respirar otro aire, escuchar música y no he podido hacer nada de eso desde hace seis meses. Estoy bajoneado, sin ánimo”, admite.

—¿No ha salido a pedalear ahora que se flexibilizó la cuarentena?

“No. Cuando empezó esto armé mi bicicleta en el rodillo y ahí hago un poco de ejercicio, pero mientras pasaba el tiempo iba perdiendo la motivación. El encierro me tiene muy complicado anímicamente, aunque de salud he estado muy bien”.

—Estaba trabajando en el gimnasio del Centro de Entrenamiento Olímpico del COCh. ¿No ha vuelto en todo este tiempo?

“Está complicado el asunto, aunque no es un recinto deportivo masivo, hay muchos gimnasios juntos. Con un colega estoy a cargo del gimnasio de musculación, que abrirá en un par de semanas de manera limitada y no estoy incluido por ahora. He hablado con varios compañeros y tenemos para rato todavía”.

—¿Le gusta su trabajo como administrador del gimnasio de musculación del CEO?

“La verdad es que sí me tiene estimulado. Estoy rodeado de deportistas, conversamos sobre los entrenamientos, soy amigo de muchos de los técnicos porque éramos compañeros de generación. Cuando se dañan algunas máquinas me gusta arreglarlas, tengo capacidad para eso. Por eso mismo echo de menos…”.

No me gustan las entrevistas, no me gusta hablar de mí... Cuando me preguntan por mis logros, les digo que googleenFernando Veraex ciclista


—¿Lo conocen los deportistas por su carrera? ¿O los jóvenes no valoran mucho la experiencia?

“La mayoría me conoce y me respeta harto. Muchos se dieron cuenta de mi carrera conversando entre ellos. Muchos son muy introvertidos, igual como lo era yo, y se abren conmigo. Al final, todos los deportes son muy parecidos, se complementan. Y cuando sale el tema de mi carrera, les digo que googleen, porque no me gusta mucho hablar de mí. No me creo estrella ni mucho menos”.

“YA PASÉ POR TODO”


Aunque está fuera de la actividad, Vera sigue atento a lo que pasa en el ciclismo mundial. Por las mañanas, aprovechando el encierro, ha visto íntegramente el Tour de Francia por televisión. “Todas las jornadas son duras, pero aún no comienza la peor parte, cuando se trepa a las cumbres más complicadas. Ahí se va a clarificar el asunto”, analiza el “Lobo”.

—¿Y qué opina de lo que está pasando en el ciclismo chileno? Las cosas son muy distintas a la época en la que usted corría.

“Me da pena. Estuve trabajando en la Federación Ciclista entre 1999 y 2002, y nunca había pasado algo tan malo para los ciclistas. como que ni siquiera tengan un ente máximo que los organice. Están en el aire y para peor coincidió con la cuarentena. Los ciclistas quieren correr, buscan competir y hay muy pocas: algunas clásicas en el sur, Pichidegua, Coquimbo y las carreras laborales que maneja Rafael Vargas, quien les da cierta actividad a los federados. Sé que hay muy buenos ciclistas, pero falta competencia”.

Vera se lució tanto en ruta como en pista. En 1988 ganó la Vuelta de Chile y antes fue medallista panamericano en persecución.

—¿Qué marcaba esa diferencia en comparación al mejor momento del ciclismo?

“Había grandes pedaleros entonces. Aliste, Muñoz, Cuevas, Aquea, Aravena… Lo importante era que teníamos un buen calendario anual, que nos favorecía mucho. Igual pasé años de vacas gordas, de vacas flacas, de todo; pero el punto de inflexión lo marcaron las empresas que aparecieron por los buenos resultados. Habían equipos Hilton, Pílsener Cristal, Bata, Goodyear, CTC y más. Con esos dineros empezó el mejor momento del ciclismo”.

—¿Cuál es la solución para salir de la crisis actual?

“Tener una federación nueva, firme, con un directorio que conozca el sistema, un presidente que otorgue cierta seguridad de que habrá vuelta a Chile y un buen calendario de competencias. Seguro que si existe esa certeza, será elegido. Y que se rodee de personas que no tengan lazos extraños, porque por ahí es donde han aparecido los problemas, gente que tiene otros intereses”.
—¿Y no le gustaría participar en eso?

“Nooooo… estoy bien físicamente, solo he sufrido en la parte psicológica debido a la cuarentena. Pero ya pasé por todo lo que tenía que pasar. Fui ciclista, entrenador de clubes en juveniles y en adultos. Me fue muy bien en Español de Curicó, La Cisterna, Isla de Maipo. Después fui técnico nacional. Uno nunca deja de estar vinculado al ciclismo, pero ya no estoy para vivir problemas, lo único que quiero es tranquilidad, seguir en mi trabajo. Mi tiempo es mi tiempo…”.

—…que ocupa en disfrutar paseando.
“Mire, yo trabajo de lunes a viernes y sábado por medio. Cuando llega mi sábado libre, si no puedo estar con mi hija, que ya está grande, me arranco para el litoral. Soy como un hippie, me gusta la música, la vegetación, el aire libre, pero no lo otro (jajajaja). No me gusta que nadie me moleste y no quiero perder eso. He tenido ofertas de algunos grupos para que participe, pero siento que me gané mi tiempo con todo lo que hice, y no voy a perderlo. Además, tengo un trabajo que me alcanza para pagar las cuentas y de repente darme algunos gustitos. No quiero cambiar eso”.

—Está satisfecho con lo que ha vivido…

“La verdad es que sí, dejé los estudios por el ciclismo, pero no me arrepiento de nada. Gracias a la bicicleta recorrí muchas partes del mundo, estuve en el Coliseo Romano, que es algo que no estudié en el colegio, sino que pude vivirlo, conocí muchas culturas, otras formas de vida y aprendí bastante gracias al deporte. Un estilo de vida”.

“TENÍA UNA DEUDA CON MI HIJA”


Aunque vive solo hace rato, Fernando Vera se las ingenia para seguir viendo a su hija y a su exesposa. “Quedamos como amigos, pero no con ventaja, jajajaj”, ríe, ya más suelto en una charla que se va haciendo más personal.

—¿Seguía andando en bicicleta antes de la cuarentena?

“No demasiado, por el trabajo no salía a la ruta y los fines de semana me arrancaba a la costa, como le contaba. Pero el año pasado. mi hija (Natalia, hoy de 35 años) me cobró sentimientos y me preguntó por qué no salíamos a pedalear juntos. Me dolió, así que armé una bicicleta de competencia y cumplimos ese sueño de ambos y nos fuimos en marzo a Coquimbo. Hicimos coincidir las vacaciones, porque a mí me gusta salir en esa fecha, cuando ya no hay nadie, porque hasta para eso soy solitario, jeje..; ella es traductora inglés-español y trabaja en la casa. Tenía una deuda y me encantó salir con mi hija”.

—Linda experiencia para ambos.

“Muy hermosa. Me ofrecieron ir a quedarme a la casa de unos amigos, pero preferí irme a unas cabañas frente a La Herradura y nos íbamos en bicicleta hasta la Pampilla, que es una zona muy rica para pedalear. Fue un sueño cumplido para los dos, que queríamos repetir este año, pero no se pudo por la pandemia. Fui a la Vuelta de Chiloé y de ahí iba a pasar por Santiago a buscar a mi hija para partir a Coquimbo, pero llegó la cuarentena y no pudimos. La verdad es que estoy chato con este encierro”.

Héctor Opazo M.

es coordinador de Deportes El Mercurio. Periodista de la Universidad de Chile, participó en la cobertura de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y en los JJ.OO. de Río 2016, entre otros eventos.

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