Francisco Meneghini: “Aprendí que el mensaje al jugador debe ser contundente y simple, como un puñete al mentón”
Inquieto en materias del juego y en el vínculo emocional con el futbolista, el rosarino escarba el ‘estado de flow’ al que aspiran los equipos. El saber identificar al jugador autónomo y al dirigido que necesita de directrices para rendir. “Me he construido como entrenador a través del análisis, el tema es qué hago con eso y cómo hago que impacte en el equipo”, dice. "Paqui" habla de la “imposición” para los gambeteadores, el juvenil Godoy, el cambio de propiedad en O’Higgins, la carta que le generó el vínculo con Bielsa y los mejores jugadores que vio en sus 36 años.
La gestión de Inés, la hija mayor de Marcelo Bielsa, le permitió hace casi dos décadas al adolescente Francisco Meneghini escribirle al técnico rosarino una carta con inquietudes futbolísticas.
“Deben haber sido unas cuatro cosas que puse, le pregunté por la importancia de la pelota parada y ese fue el tema que él más desarrolló en su respuesta, me mostró un plano de los goles anotados en el Mundial 2006, con un porcentaje alto de pelota parada. También consulté sobre sistemas de juego, en ese tiempo prevalecía el 4-2-3-1 o ese 4-4-1-1 con un punta recogido, yo tenía la inquietud de por qué ese jugador (atrás del atacante) y no un ‘10’, las otras dos no me las recuerdo”, cuenta “Paqui”, que se hizo entrenador tras aprender a la sombra del staff de Bielsa.
-Del fútbol que usted ha visto, ¿cuál es el mejor 11?
“(Manuel) Neuer, por el nivel de impacto que logra en sus equipos desde el arco, marcó una época, ahora es común su forma de atajar. Otro que me gustaba era Peter Schmeichel, daba la impresión que era imposible hacerle un gol. Con los laterales soy básico: Cafú y Roberto Carlos, no solo corrían la banda, ya jugaban por dentro también, Cafú con la cinta transmitía eso de jugador serio. Defensores centrales: (Carles) Puyol, esa sensación de jugador de equipo, que amaba defender, también (Virgil) Van Dijk. Volante central: Busquets, cada cierto veo sus highlights, esos amagues sin tocar la pelota que hacían caerse a los rivales, era lento, pero interceptaba todo y ganaba duelos defensivos, es paradigmático, cuando debutó Alfred Canales (en Audax) lo volvía loco con los videos de él. Otro volante (Steven) Gerrard, una pegada increíble, iba todo el tiempo de área a área, recuerdo que en el Mundial 2018 estábamos en una sobremesa con Matías Manna (colaborador de Lionel Scaloni) debatiendo si Gerrard o Xavi y pasó justo (Javier) Mascherano, que jugó con ambos, le preguntamos y creo que dijo Gerrard; el puesto que más me gustó ver desde chico era el ‘8’. Sume a Iniesta y Messi, que hizo cada tres días, durante 15 años, lo que la mayoría de los jugadores sueña hacer al menos una vez en su carrera. Arriba, Luis Suárez, lo que hacía en ese Liverpool que no era tan bueno como el actual, con más dificultades, metía de a tres goles, marcaba tiros libres, rompió el molde de ese jugador de esfuerzo que tendía a ser limitado técnicamente, él no, chocaba al defensor y luego era capaz de picar la pelota. (Karim) Benzemá el otro, una vez declaró que jugaba para los que sabían de fútbol, alguien por ahí dijo que era un mediocampista disfrazado de 9”.
Messi hizo cada tres días, durante 15 años, lo que la mayoría de los jugadores sueña hacer al menos una vez en su carrera
O’Higgins es el quinto equipo en la carrera de Meneghini. Cumplió la primera rueda al mando de los celestes, con siete puntos por delante en relación al mismo tramo del torneo 2024. “Rápidamente el equipo tomó una idea de intensidad, pero después fue sabiendo adaptarse a los momentos del juego”, enseña.
-¿Cómo detectaron al chico Rodrigo Godoy, ahora titular y seleccionado Sub 20?
“Empezamos el mercado buscando un extremo, queríamos una competencia para Yorman Zapata, teníamos a (Nicolás) Matamoros que había estado en Limache, pero no comenzó la pretemporada por lesión y ese lugar lo ocupó Godoy mientras buscábamos. Sería fácil decir lo vimos y nos gustó a la primera, pero no fue así, mostraba cosas interesantes, pero solo para participar del entrenamiento, y cada semana se veía un poco mejor. Pudo jugar amistosos y eso ya es un mérito, con sus típicas jugadas de desborde y centro, no paró más; en los primeros partidos estábamos como esperando ese bajón natural de los chicos que asoman y no llegó, ha sido muy estable. Fernando Vergara (jefe del área formativa) decía que hasta la Sub 18 había sido importante, pero cuando saltó a la Proyección le había costado, es un caso atípico y habla bien el proceso formativo del club. Tiene una capacidad de desequilibrio muy grande, le agregó la capacidad de intervenir por dentro, buenas recepciones y se entiende muy con (Luis) Pavez”.

Godoy, el zurdo 2005 nacido en Graneros, ganó espacio con Meneghini en el primer equipo. "Instala la sensación de peligro siempre", dice Paqui. Foto: Photosport.
-No es monocorde, tiene más que desborde y centro.
“Es un jugador con muchos recursos, es rápido, freno, gambeta corta, la va llevando (la pelota), el desequilibrio es su esencia, son pocas las veces que hace pausas y busca la calma. En un fútbol actual no abunda eso, ha sido aire puro, es dársela y algo va tratar de inventar, siempre instala la sensación de peligro”.
-Se juntó una buena cantera y un cuerpo técnico que se atreve a ponerlos.
“Mezclamos muy bien, siempre he mirado hacia abajo, el mercado chileno es reducido en cuanto a cantidad, entonces me ha pasado que en otros clubes he fichado jugadores para una segunda línea y no terminan cumpliendo el objetivo, esta vez me di el espacio de ver a los chicos, ese lugar puede ser mejor ocupado por ellos. Aquí hay un plan club de inferiores muy desarrollado: Godoy, (Cristian) Morales, (José) Movillo, llegué a la pretemporada con todos ellos en mi cabeza, después los fui conociendo y apoyándome en Vergara. Ya me pasó con (Lautaro) Pastrán en Everton, que no entrenaba en el primer equipo, con Emiliano Ramos; en La Calera con (Ariel) Cáceres, (Fabrizio) Manzo, siempre miré hacia abajo, pero acá encontré una estructura más potente. Debutó también Joaquín Muñoz (16 años), tenemos parámetros para evaluarlos, no basta ganar duelos en juveniles, lo vemos en duelos ante (Alan) Robledo, ‘Juani’ Díaz, cuando le gana una, dos, tres veces, se empieza a subir la exigencia y se le piden más cosas. Muñoz tiene presencia física, cuando le daban un pase no tan bien dado utilizaba bien el cuerpo para compensar y aguantaba marcajes agresivos”.
-¿Pasa que en O’Higgins la gente aspira a que todos los técnicos jueguen como lo hacía el equipo de Berizzo?
“Sí, puede ser, está en el ambiente, es un club a diferencia de los que estuve que más sentido de pertenencia tiene con toda la región, el equipo del 2013 dejó esa marca de compromiso, dinámica, de ir para delante, en la menores se ve esa cualidad: jugador fuerte físicamente, intenso. El equipo que hemos construido tiene bastante de eso y le tratamos de agregar otras cosas”.
-¿Cómo vive el cambio de propiedad en el club?
“Una situación inesperada, años anteriores yo había conversado con el club y cuando se dio estaba muy contento, confirmé un montón de cosas que pensaba desde afuera. En esta transición todo se ha expuesto con honestidad, Cristian Abumohor me dijo que el proyecto deportivo para este año no se modificaba, estoy también en contacto con la gente que va llegando, esperamos que el cambio sea para bien. Ricardo Abumohor lo ha dicho, se necesitaba una inyección económica para seguir creciendo”.
-¿Qué puede decir de Christian Bragarnik, usted coincidió con él en La Calera y Defensa y Justicia?
“En La Calera mi relación era con Ricardo Pini en la semana, (a Bragarnik) lo conozco de Defensa y Justicia, es un representante de jugadores de mucha experiencia y a diferencia de otros veo que tiene criterio futbolístico para la toma de ciertas decisiones en los clubes donde está involucrado, entiende más de fútbol que el promedio de los representantes, tiene un sentido de decir ‘este jugador en esta idea podría funcionar’. No sé el nivel de participación que tendrá en O’Higgins pero si aporta esa visión que aportó en otros clubes va a ser bueno (…) He estado en contacto con Matías Ahumada, que estará en la parte administrativa en el día a día, la sensación interna es que no va a cambiar mucho en el corto plazo, después los nuevos dueños tendrán su mirada propia para potenciar el club”.
GESTIÓN VS. TÁCTICA
Meneghini reconoce que su fallido paso en el “Halcón” de Varela fue “un golpe duro, pero hice el duelo y siento que hoy soy mejor entrenador que el año pasado”.
-Los jugadores hablan de lo fundamental que es la faceta emocional en la competencia, ¿usted ha indagado aquello?
“Totalmente, es un área que desde el 2022 donde más estoy curioseando, probando ciertas cosas, es un área que bien gestionada tiene gran impacto en los jugadores. Hay que salirse de esta dualidad de técnicos gestionador de grupo y manejador de las emociones versus el DT que se enfoca en la táctica, una cosa no va en desmedro de lo otro. Yo busco potenciar ambas facetas, están muy relacionadas las dos, porque una acción de juego siempre tiene un componente emocional. Por ejemplo, un uno a uno de Godoy no es lo mismo si ya le ganó un duelo antes al rival y pasó algo importante, él siente ahí me animo, veo mal al rival y profundizo, colectivamente también los equipos tiene un estado emocional. En los entrenamientos es más difícil de encontrar eso, porque el tono emocional es más plano, como cuerpo técnico estamos buscando como mover ese termómetro emocional, para identificar situaciones y no esperar que el partido nos las muestre”.
-El jugador es especial.
“El día a día de un equipo de fútbol de alto nivel son las características que tenemos todas las personas pero más exacerbadas, por el rendimiento, dinero, repercusión externa, está todo más ampliado, todas las semanas nos evalúan agentes externos, yo también evalúo a los jugadores. Una cosa que he sacado como conclusión es la fuerza del mensaje, debe ser contundente y simple, no entrar en tanta profundidad y desarrollo, el mensaje debe ser como una piña directo al mentón, que quede claro de inmediato lo que estamos buscando”.
-Un técnico español manifestaba que los equipos fallan cuando juegan mal y no al revés, por ese estado de fluidez que se logra, ¿cómo un técnico influye en eso?
“Participación directa para generar ese estado no existe esa posibilidad o lo buscaríamos todos permanentemente, el fluir o ese ‘estado de flow’ se consigue por momentos y después de mucho tiempo de trabajo, horas de entrenamiento juntos, y cuando yo lo percibo en una práctica trato que eso siga e intervenir lo menos posible, tiene que ver con cuando lo que pasa dentro de la cancha no tiene una explicación tan racional. Hay un montón de cosas entrenadas, pero el equipo va a un estado superior que da la sensación que está jugando sin pensar tanto el juego, sino que lo está sintiendo, un proceso de equipo que refleja eso es el PSG. Vitinha decía que la primera temporada con Luis Enrique había un respeto grande por las posiciones y ese juego más estructurado estaba muy presente, él no tenía la libertad de quizás moverse tanto, pero una vez que se consolidó esa base de juego -el así vamos a jugar y estas son nuestras intenciones- el equipo fue dando pasos a lo que vemos ahora, donde es difícil determinar la estructura, Luis Enrique dijo que ahora controla menos, pero para llegar a eso tuvo que controlar bastante al principio. Es un proceso que se alcanza después de mucho tiempo de trabajo, con el mismo entrenador y compañeros, aparece por momentos y el técnico lo que debe hacer es no entorpecerlo”.
Hay un montón de cosas entrenadas, pero el equipo va a un estado superior que da la sensación que está jugando sin pensar tanto el juego, sino que lo está sintiendo, un proceso de equipo que refleja eso es el PSG
-¿El futbolista percibe el estado de flow?
“Sí, quizás no tiene las palabras para explicarlo, capaz que diga ‘estamos jugando bien’, pero uno se da cuenta en el entrenamiento, cuando faltan dos días para el partido, que yo le llamo desarrollo del plan, mostramos cómo creemos que va a jugar el rival, ensayamos nuestra presión, pero después busco que eso se juegue y corra bastante el juego, que el jugador haga cosas distintas a lo que yo les dije que podía pasar. O por ejemplo, un bloque de 10 minutos y conseguir que el rival no pase la mitad de la cancha más de cinco veces, entones el equipo debe resolver, la comunicación entre los jugadares aumenta, el lenguaje corporal es de confianza y el juego no es tan explicable, sale más intuitivo y natural, y se hace más difícil de detener para el contrario”.
-El futbolista en definitiva juega, no está pensando en cada momento la idea o procesando conceptos.
“Es el ‘estado de flow’ que no se alcanza solo en el deporte, también en la música y otras actividades, es una sensación placentera, se ve cuando el jugador disfruta dentro de la cancha, encuentra complicidad en el compañero y se logra rendimiento, porque no es un placer en el aire, es un placer en relación al objetivo. Está bueno que aparezca, pero los grandes equipos son los que saben competir cuando ese ‘estado de flow’ no aparece, porque no estás en ese estado 100 minutos, cuando no está y las cosas no se dan es el momento de la verdad, ahí hay que mostrar carácter, que se construye cuando el pase sale mal, el rival nos supera, en eso siento que O’Higgins en los últimos cinco partidos dio un paso adelante”.
-Usted decía que al automatizar se pierde la riqueza de la individualidad, ¿qué pasa cuando esa riqueza no está?
“Ahí influye más el automatizar o la mecanización entre comillas, porque no creo en mecanizar, pero he aprendido que esa idea que tengo en mi cabeza -de creer en el empoderamiento del futbolista, en su interpretación, que el juego es mío y y lo juego, y que por más que me digan una cosa yo ve otra y la hago- es válida, pero también entender que no todos tienen la personalidad y capacidad para hacer eso, hay momentos en que eso cuesta más y al jugador le conviene más que le den dos o tres parámetros básicos de organización para que resuelva. En otros momentos de mi carrera yo buscaba que todo el equipo tuviese ese rol autónomo, ahora intento identificar de quiénes pueden tener ese rol y potenciarlos al máximo, y quiénes necesitan directrices y orden para ser efectivos”.
-¿Está convencido que el sobreanálisis del juego va mermando la creatividad o son compatibles?
“Claramente sí, no voy en contra del análisis, yo me he construido como entrenador a través del análisis y lo utilizamos permanentemente, el tema es qué hago con lo que analicé y como hago que eso impacte en el equipo. Podemos estar dos horas en la oficina con el cuerpo técnico analizando al rival y quizás al equipo nuestro le digo dos cosas o bien no digo nada del rival porque son muchas variantes que tenemos en la cabeza y no lo puedo traducir en un mensaje claro, y prefiero impactar a través de la alineación. Se trata del uso que le damos a la info y al análisis, y cómo lo bajamos a tierra para que ayude al jugador”.
-En la lógica bielsista, los equipos siempre utilizaban un defensa más que la cantidad de atacantes que presentaba el rival. Ahora muchos equipos dominantes inician el juego con tres defensores, sin importar el diseño del oponente…
“Sí, se utiliza mucho este tercer central que puede ser un lateral, un mediocampista que se mete o directamente tres centrales nominales por una utilización racional del espacio, algo que me hace mucho ruido, porque qué es lo racional en el juego (…) Prevalecen tres iniciadores de juego, luego dos por delante y cinco arriba, es la estructura que más se utiliza, da mucho orden y tres centrales se cubren mejor la hora de la pérdida. Nosotros la utilizamos mucho, pero busco que esa estructura nos de un orden básico y después pasen otras cosas y esa estructura se rompa para hacer daño y dominar el juego”.
-¿Cuál es el matiz que ese tercer defensor sea un medio o un lateral?
“La característica de esos jugadores, para mi meter a un mediocampista entre los centrales que de verdad es bueno es desperdiciarlo como líbero, pero si ese mediocampista tiene ciertas dificultades para recibir perfilado en el mediocampo, donde te caen de todos lados, se le pueden resolver ciertas situaciones al retrocederlo y que juegue más de frente; un lateral ahí debe tener un dominio técnico que no todos tienen, (Luis) Pavez lo tiene, Moisés González también lo ha hecho, que es muy bueno en los duelos defensivos a campo a abierto. ¿Qué me gustaría a mí? Que todos los jugadores cuando la jugada les pida ganar una altura superior para intervenir en un situación ofensiva sean capaces de hacerlo”.
-Cual es el sentido de meter un lateral a pasillos interiores la zona media, muchos lo tratan de hacer y todos lo replican.
“Es la intención de sumar un jugador más al mediocampo, la mayoría de los sistemas tiene tres mediocampistas: el 4-2-3-1 con dos pivotes y un mediapunta, el 4-3-3, el 3-5-2 por más que haya carrileros los medios son los tres de adentro. El lateral adentro suma un cuarto mediocampista y para el rival es difícil de defender, porque a los ‘6’ del equipo rival se les mete gente por detrás y por delante, si sale le van a ganar la espalda y si retrocede mucho desprotege el medio y el rival gana en panorama para mover la pelota. Otra situación que se busca es que lateral y extremo no jueguen en la misma línea para incentivar pase diagonales y no rectos”.
-¿En la lógica quién debe seguir a ese lateral, el extremo?
“No, ahí intentamos defender compactos y en bloque, ante esa situación se prioriza la pelota y se trata que ese jugador extra que meten al medio no esté en buenas condiciones de recibir, o que el espacio entre línea sea muy pequeño para saltar a la presión, porque si el pasador rival tiene tiempo estamos jodidos, si el pasador no tiene pase interior es mejor para que el pase vaya a una banda y ahí es más fácil encerrar. Siempre pienso la defensa como una situación más colectiva”.
"LOS JUGADORES BUENOS ESTÁN"
-El gambeteador sigue haciendo la diferencia en todo nivel, ¿cómo se encuentra, se puede fomentar ese tipo de futbolista?
“Entrenar (esa condición) es muy difícil, se trae desde chico, lo que a antes se adquiría en el potrero, ahora los niños que quieren jugar van desde los 6 años a una academia y allí es difícil que le digan gambetee, porque es una educación más formal que la del juego en la calle, donde todos se intentaban pasar al otro. Es importante cuidar al gambeteador y potenciarlo, no creo que se pueda formar, cuando aparece ese jugador rapidito, con freno, hábil, es importante cuidarlo y entenderlo, no meterlo en la dinámica del control, pase, control, pase, está bien que el juego pida eso a veces, pero no siempre. Tenemos a Godoy y (Joaquín) Tapia, ambos tienen ese uno contra uno, cuando la pelota llega a tres cuartos no solo les permitimos que encaren, es casi una imposición”.

Juan Leiva en acción. Los celestes, que desde 2017 que no participan en torneos internacionales, empiezan la segunda rueda ante Huachipato y luego reciben a Colo Colo. Foto: El Mercurio.
-¿Se juega bien en el campeonato?
“Chile, más allá de la crisis que claramente está viviendo el fútbol chileno a nivel estructural y organizacional, se mantiene como una liga donde se pueden ver cosas que en otras ligas no se ven, hay más espacio, más tiempo e intención de los futbolistas en general a jugar. Esta temporada se da variabilidad de ideas que está buena: Coquimbo es muy difícil de enfrentar, duro, difícil de atacarlo, te ataca muy rápido, (Matías) Palavecino le da creatividad, un equipo rocoso; el Audax de (Juan José) Ribera tiene un sello versátil, agresivo defensivamente, cambia constantemente, ha jugado con defensa de cinco, de cuatro, con un ‘9’, dos ‘9’, reconvirtió a ‘Nico’ Orellana, lo entrené en dos equipos y jamás imaginé que iba a jugar de ‘doble 6’ y lo hace muy bien; la U es el equipo más completo y dominante a la hora de atacar; Palestino tiene oficio y sabe interpretar los momentos y eso es muy difícil; Limache es jodido, que ha roto ciertos moldes, tiene dos extremos que vienen de la B y han hecho muchos goles. Calera es muy intenso, con muchos mecanismos de salida y ‘Sacha’ Sáez en una linda versión… El campeonato está entretenido, siempre quizás en un ritmo más bajo que en otras ligas, que cuesta cuando toca a nivel internacional, pero hay espacios para que se vean estas ideas que en otros lados se ven menos. Nosotros también nos sentimos bien en ese lote de arriba y queremos seguir compitiendo”.
-¿Existe crisis de jugadores también?
“Puede ser que haya crisis de futbolistas, pero es producto claramente de lo que está pasando fuera de la cancha. Lo veo en O’Higgins: los jugadores buenos están, el potencial y el talento está, y hay que desarrollarlo. Si la competencia del fútbol joven es pobre, por más talento que haya el jugador a los 15 años no se va desarrollar, pero Chile tiene buenos futbolistas, una característica de jugador definida: técnico, dinámico, que se anima a jugar, hay que ayudarlo a que se desarrolle”.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.