Cómo manejar el huerto de paltas en un contexto de alta producción
Para lograr los resultados esperados, es necesario que los productores hagan un manejo adecuado de sus huertos durante todo el otoño. Esto, en la práctica, significa llevar a cabo algunas de las medidas que se detallan a continuación.
Gonzalo Vargas
Gonzalo Vargas es consultor experto en
paltas y cítricos. Crédito: El Mercurio.
Si bien aún falta para dar inicio oficialmente a la temporada 2018-2019, tenemos absoluta certeza de que este año nos enfrentaremos a un escenario de alta producción. Esto, entre otras cosas, llevará a que la industria en su conjunto deba hacer grandes esfuerzos para llegar a los mercados de destino con fruta de calidad.
Pero esto no nos pilló de sorpresa. Los primeros indicios comenzaron a darse durante la primavera del año pasado, la cual fue más fría de lo normal. Esto, a su vez, ocasionó que se retrasara la apertura floral y, con ello, la cuaja de los huertos, la que finalmente se dio de forma bastante expresiva entre noviembre y diciembre. Pero este cuajazo también se repitió en Perú, donde la llegada de La Niña hizo bajar las temperaturas e hizo que los paltos se expresaran menos y florecieran de forma más intensa.
Pero más allá de las causas, ¿qué podría provocar todo esto? La respuesta es mucho. Y es que cuando hay más fruta dando vueltas, ocurren cosas que, a la larga, terminan repercutiendo directamente en el bolsillo de los productores. En este caso, lo más probable es que aumente la presencia de fruta de calibre pequeño y, por ende, disminuya la de mayor tamaño. Esto, en la práctica, significará que la fruta más grande suba considerablemente su precio de venta y la más pequeña tienda a bajarlo o a caer en altibajos.
De hecho, estos temores han hecho que muchos productores, con la idea de aumentar los calibres de las paltas, hayan decidido retrasar al máximo el inicio de la cosecha.
Los trabajos a realizar
Teniendo en cuenta todos estos antecedentes, es de suma importancia que los productores hagan un manejo adecuado de sus huertos durante este otoño. Esto, en la práctica, significa llevar a cabo una serie de medidas que se detallan a continuación:
-Prolongar la aplicación de nitrato de potasio hasta fines de mayo o inicios de junio: Con esto se busca aumentar el crecimiento del fruto.
Así, como el potasio entra por difusión, se recomienda llevar a cabo aplicaciones de entre 500 y 700 gramos de nitrato de potasio / m3, lo que equivale a 30-40 kg/ha de nitrato de potasio concentrado en un riego semanal de 60 m3. La otra opción es aplicar el doble de potasio cada 15 días. La decisión que se tome dependerá del clima, el suelo y la estimación de carga.
-Llevar a cabo una fuerte fertilización. La idea es que las plantas se vayan a dormancia con una excelente reserva. Esto, en la práctica, significa que tenemos que llevar a cabo la fertilización más alta que se haya realizado en la historia.
En ese contexto, hay que concentrarse en darle a la planta principalmente nitrógeno, para lo cual se debe aplicar entre 60 y 80 unidades de este elemento entre mayo y junio. De igual forma, sería bueno realizar ensayos con 100 unidades de nitrógeno por hectárea para comparar el retorno floral. En el caso de que se espere una menor floración, todos los niveles florales debieran estar en el segmento más alto.
-Utilizar anillados y reguladores de crecimiento: Es sumamente importante resguardar la maduración del brote de otoño, con el fin de lograr la acumulación de carbono y asegurar la inducción floral.
En huertos con carga media, el retorno floral se puede asegurar con aplicaciones de reguladores de crecimiento. En el caso de aquellos con carga alta, esto sólo se logrará aplicando reguladores y llevando a cabo el anillado tardío de ramas. Así, además de concentrar carbono, se atrasará la apertura floral hasta noviembre-diciembre y, con ello el amarre de fruta estará garantizado.
-Realizar una nutrición floral completa: Los productores deberían considerar entre dos y tres aplicaciones en el periodo que va desde el estado coliflor hasta cuaja, con el fin de lograr amarrar la menor cantidad de flor.
La hora de pensar
Para este año será especialmente importante que los productores logren dar con paltas que califiquen para ser exportadas a China, debido a que este es el único mercado que paga bien por los calibres pequeños. El problema es que no todos podrán hacerlo, debido a que no cuentan con una buena poscosecha o presentan escama blanca, una plaga calificada como cuarentenaria por el gigante asiático.
En ese contexto, resulta un buen momento para meditar sobre cómo se están haciendo las cosas a nivel de huerto en la industria paltera nacional. Y es que pese a que está demostrado que realizar un manejo intensivo del palto aumenta las opciones de que se produzcan cosechas altas, con buenos calibres y un bajo añerismo, son muchos los productores chilenos los que todavía manejan sus huertos bajo el sistema tradicional, el que se caracteriza por no estimular nuevos reemplazos para las maderas viejas ni realizar podas selectivas. De hecho, problemas como el emboscamiento son totalmente comunes bajo este método.
Hoy, existe total claridad en el sector de que los mejores huertos son aquellos donde se le da prioridad a la luz, se trabaja con multi eje en rotación, existe estimulación de material juvenil para obtener flores de calidad, se hace un seguimiento nutricional para mantener los niveles foliares siempre altos y se lleva a cabo un manejo de follaje con reguladores de crecimientos y anillado de chupones. De igual forma, se sabe que los huertos que se podan, exhiben menos presencia de hongos de la madera, lo que también es un plus para enviar fruta a China.
A mi juicio, deberíamos hacer el esfuerzo por avanzar por este camino.