El Acuerdo por Chile firmado esta semana contempla una nueva elección de constituyentes para abril. A diferencia de la elección de constituyentes anterior, esta vez votaremos en circunscripciones senatoriales, no habrá listas de independientes y el voto será obligatorio. La votación en circunscripciones senatoriales favorecerá a la derecha y centroderecha, porque el voto de los electores de las regiones más populosas, donde ese sector tiene menos adherentes, pesará menos. En cambio, que no haya listas de independientes favorecerá a la izquierda y centroizquierda, ya que los votos que obtuvieron esas listas provenían, principalmente, de ese sector. El impacto del voto obligatorio es menos obvio y, potencialmente, más importante.
La obligatoriedad del voto en el plebiscito de salida hizo que la participación electoral tuviera un aumento impresionante. De 8,3 millones de votantes en la segunda vuelta presidencial pasamos a 12,8 millones en el plebiscito de salida. La pregunta clave es si estos “nuevos votantes” sufragaron parecido o distinto a como lo hicieron los “votantes tradicionales”. Si votaron parecido, es probable que el voto obligatorio importe poco en el futuro. En cambio, si votaron distinto, su impacto será mayor.
Los resultados electorales se conocen a nivel de mesa, donde se mezclan los nuevos electores con los votantes tradicionales, de modo que es imposible determinar directamente cómo votó cada grupo. Determinar estadísticamente cuál fue el resultado del plebiscito en cada grupo es un caso particular de un problema clásico de la ciencia política, conocido como el problema de la inferencia ecológica. No es un problema fácil de resolver, la metodología que se utilizó durante décadas, basada en regresiones lineales, tenía serias deficiencias.
En un trabajo de investigación que estamos desarrollando con Juan Díaz Maureira y Benjamín Peña Sotomayor aplicamos el enfoque más utilizado en la actualidad para resolver problemas de inferencia ecológica, con el fin de determinar cómo votaron en el plebiscito diversos grupos de votantes. Concluimos que entre quienes no votaron en segunda vuelta (los “nuevos votantes” del título de la columna), arrasó el Rechazo con, aproximadamente, un 90% de los votos. En cambio, entre quienes votaron por Boric en segunda vuelta, el Rechazo solo obtuvo un 5% de los votos.
El Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución de noviembre de 2019, estipuló que el voto sería voluntario en el plebiscito de entrada y en la elección de convencionales. Solo sería obligatorio en el plebiscito de salida. Los partidos de derecha y centroderecha creían que el voto voluntario les favorecía; mientras que la izquierda y centroizquierda pensaban que los perjudicaba. La derecha y centroderecha impusieron su criterio para la elección de convencionales, considerada la más importante, y, por eso, el voto fue voluntario. En cambio, transaron en el plebiscito de salida, probablemente, porque esperaban que el texto final se aprobara por amplia mayoría, independiente de si el voto era obligatorio o voluntario.
Los cálculos que hicieron todos los sectores políticos en 2019 resultaron ser errados. El Rechazo ganó en el plebiscito de salida porque la derecha cedió y aceptó que la votación fuera obligatoria. El análisis que realizamos con Díaz y Peña indica que si la derecha hubiese impuesto el voto voluntario, habría ganado el Apruebo con, aproximadamente, un 54% de los votos.
El gran desafío para todas las fuerzas políticas es dilucidar por qué los nuevos votantes optaron por el Rechazo de manera tan abrumadora. ¿Son esa mayoría silenciosa cercana a la derecha que mencionan algunos analistas? ¿O simplemente es un grupo de electores molestos porque los obligaron a ir a votar, y que rechazará lo que les propongan en elecciones futuras? Una tercera posibilidad es que sean ciudadanos que desconfían de la política tradicional y que se terminarán inclinando por los partidos que quedaron fuera del acuerdo firmado esta semana.
Será importante prestar atención a los nuevos votantes, ya que serán decisivos en las futuras elecciones con voto obligatorio. La coalición política que sea capaz de comprender las razones que llevaron a ese grupo a inclinarse mayoritariamente por el Rechazo, quizás logre interpretar lo que quieren, esta vez, para obtener su aprobación.