Fue en el ATP de Córdoba cuando la familia Cerúndolo empezó a sentir el remezón. Durante el segundo día de torneo, Juan Manuel (19 años y menor del clan) ganó el primer partido de su carrera a nivel ATP, y casi tres horas después, en el mismo certamen, su hermano Francisco (22) también estrenaba triunfos en torneos de esa categoría.

Sus padres, Alejandro y María Luz, presentes en el estadio, se emocionaron con la sorprendente coincidencia pero les esperaba una satisfacción mayor: Juan Manuel, que venía escalando desde las clasificaciones del torneo cordobés, metió una marcha fantástica y se quedó con el título causando la mayor sorpresa de la gira sudamericana de torneos sobre arcilla.

Francisco, en tanto, fue eliminado en segunda ronda de Córdoba inmediatamente después de timbrar su inédita victoria ATP. Acostumbrado a derrotar a “Juanma” cada vez que tuvo la oportunidad, “Fran” tuvo que mirar desde la tribuna cómo su hermano menor gritaba campeón. “Peleábamos bastante, pero como cualquier hermano, nada grave. Ya no peleamos tanto”, ha dicho el menor de la familia sobre la relación entre ambos.

Esa competencia interna, habitual entre hermanos, empujó al mayor para intentar igualar la marca. Y no demoró casi nada: en el ATP de Buenos Aires, Francisco imitó el camino de gloria de Juan Manuel en Córdoba y avanzó desde las clasificaciones a la final del certamen porteño.

“Voy a preguntarle a 'Juanma' qué onda su partido en Córdoba, a ver qué tips puede tirarme. Normalmente es al revés: él me pregunta a mí”, confesó Francisco en la antesala del duelo decisivo en la capital argentina. Le faltó un escalón: el título quedó en manos de su compatriota y favorito, Diego Schwartzmann, aunque aquello no opacó la semana de ensueño del hermano mayor.

En la familia Cerúndolo se respira deporte. Alejandro, el padre, ha sido el gran motivador: “Toto”, como le apodan, fue tenista profesional en los años 80 y llegó a ser 309º del mundo. Luego se dedicó a ser entrenador de reconocidos jugadores trasandinos hasta crear su propia academia, que fue donde se formaron Francisco y Juan Manuel.

La madre, María Luz, también jugó tenis de manera semiprofesional, disputando torneos a nivel local. El aporte a sus hijos, sin embargo, fue más allá de la cancha: es sicóloga deportiva y aconseja a la dupla cuando los resultados no son los mejores. “En casa siempre se habla de deporte y a todos nos gusta, eso te incentiva. Pero nos metimos nosotros solos, nuestros padres nos pusieron en el deporte amateur, elegimos nuestras actividades y nos fuimos dedicando profesionalmente”, comenta Francisco.

No todo es tenis en el círculo familiar. Constanza, la hermana del medio, es seleccionada de hockey césped y ha representado a Las Leonas en torneos juveniles. También hay tiempo para los estudios: “Fran” estudia Economía en la Universidad de Buenos Aires, aunque confiesa que “cada vez se me hace más difícil porque voy mejorando el ranking”, confiesa el mayor. A Juan Manuel también le gustan los números, pero aún no entrará a la universidad, menos ahora considerando el despegue que tuvo en el circuito. Constanza estudia ingeniería.

Juan Manuel es zurdo, mientras que Francisco es diestro. El primero basa su juego en la técnica y el segundo apuesta por el físico. Pese a que entrenaron toda su vida juntos, el estilo de “Juanma” y “Fran” es muy diferente.

En carácter también son distintos: el menor es calmado, defensivo y “artesano para jugar”, como dice su padre. En cambio, Francisco es lo opuesto: ofensivo, impulsivo y su principal arma es que tiene una “bazuca en el brazo”, describe el progenitor.

“No sé por qué somos tan distintos. El cambio fue más que nada de mi parte, porque a partir de los 16 o 17 años querían hacerme jugar metiendo la pelota sin arriesgar, pero un día le dije a mi papá que así no me sentía cómodo”, comentó “Fran”, el más impetuoso de la dupla de hermanos.

Con tres años de diferencia de edad, recién ahora empezaron a coincidir en los torneos. “Antes eran muy disímiles los ránking y entonces era imposible coordinar: Ahora que 'Juanma' mejoró muchísimo y ya está alrededor del lugar 180 del ranking y yo estoy cerca del 130, podemos ir planificando algo para el futuro, por lo que seguramente haremos cosas en conjunto”, anticipa Francisco.

“Es una alegría muy grande lo que están haciendo mis hijos”, dice el padre, Alejandro, con el pecho inflado y la voz algo quebrada por la emoción.

Los hermanos Cerúndolo gozan con su presente y ser el apellido de moda en el tenis sudamericano. Por ahora seguirán viajando juntos y la próxima estación para ambos será Santiago, para disputar el Chile Open desde este lunes en San Carlos de Apoquindo.

Este lunes parte el ATP de Santiago y la primera jornada agenda dos tenistas chilenos en la cartelera.

El primero en salir a la cancha será Alejandro Tabilo (165º), que este domingo sorteó con éxito la segunda ronda de las clasificaciones luego de vencer por 7-6 (0) y 6-4 al brasileño Pedro Sakamoto (297º). Este lunes, desde las 11:00 horas, el nacido en Toronto buscará un lugar en el cuadro principal cuando choque con el argentino Agustín Velotti (365º) por la última fase de la qualy.

La programación de la primera ronda destaca el estreno de Nicolás Jarry (745°), quien recibió una wild card. Enfrentará al estadounidense Frances Tiafoe (62º) en horario estelar: no antes de las 19:30 horas.