Restan horas para la audiencia de la Comisión Nacional de Arbitraje Deportivo (CNAD) —programada para este viernes a las 16:00 horas— que debiera resolver, cinco meses después, las sanciones luego del escándalo vivido antes de la partida de la posta 4x400 en los Juegos Panamericanos, que terminó con la dirigenta Ximena Restrepo y el entrenador Marcelo Gajardo denunciados ante el tribunal deportivo.

Y en la víspera, Restrepo brindó una entrevista a radio Agricultura, en la que, entre otros temas, reconoció que se dejó llevar por sus emociones. “Estoy dispuesta a pedirles disculpas a las personas que yo pude haber ofendido”, admitió la medallista olímpica, quien aseguró que intervino solo para defender la decisión técnica que había tomado Gajardo.

Además, negó haber influido en la decisión (“cuando bajé, ya estaba hecha la lista”, afirma), así como haber proferido insultos de carácter racista o clasista a las atletas afectadas, Berdine Castillo —que finalmente igual corrió en el relevo— y Poulette Cardoch, que declinó sumarse al equipo afectada por el escándalo.

Castillo decidió no responder. “Hablaré en la audiencia”, justificó, pero quien sí lo hizo fue Juan Pablo Raveau, jefe técnico de la velocidad de la Federación Atlética y entrenador personal de Cardoch.

“No concuerdo con su postura. Esto no es como el fútbol, que es un deporte colectivo y en el que el entrenador puede ver quién está mejor o peor. Aquí, según el cronómetro las cuatro titulares estaban clarísimas. Trató de defender una situación indefendible”, afirma el entrenador.

“Ella trató de imponer un cambio de atleta. Y no habló fuerte, sino que gritó. Ella acostumbra a imponerse, quizás la gente le tiene un poco de temor por su manera de hablar, por su personalidad y por su cargo internacional”, profundiza Raveau.

Por lo mismo, el técnico duda de las declaraciones emitidas por la madre de Martina Weil, sobre todo porque en una primera instancia había rechazado el fallo que la obligaba a ofrecer disculpas por su actuación en el Nacional.

“No sé si valoro su actitud. Ella sabe que en la audiencia habrá declaraciones de gente externa que va a contar que gritó, entonces no tiene más alternativas que reconocer lo que ocurrió. Debió decirlo en un principio, porquie cuando salió la primera sanción, que solo le significaba pedir disculpas, no la aceptó, y ahora está dispuesta a hacerlo. No sé, no le creo mucho, quizás está hablando por miedo a una sanción”, lanza el coach, quien asegura, eso sí, que no oyó frases racistas ni clasistas de parte de la dirigenta.

Algo más mesurado se mostró Felipe de la Fuente, jefe técnico del atletismo que estuvo presente esa noche en el coliseo ñuñoíno y que este viernes está en la lista de testigos de la audiencia.

“Me parece bien que haya reconocido que se pasó de los límites. Estaba muy agitada, tenía razón en que las niñas estaban en un estado complicado para competir, pero fue la forma la que no ayudó a solucionar el tema”, dice.

“Le iba a escribir después de ver la entrevista, pero creo que no viene al caso. Ella es una voz muy autorizada en el atletismo, es medallista olímpica, y efectivamente trabajó con el equipo en el Mundial de Yokohama. Yo armé ese equipo, pero decidimos con el gerente técnico de entonces, Marco Antonio Verni, que ella acompañara al equipo”, añade De la Fuente.

El entrenador, de todos modos, sigue cuestionando la actuación de Restrepo durante el lío, sobre todo porque asegura que quiso hacer pesar sus galones en la discusión.

“Efectivamente ella es vicepresidenta de World Athletics, era la gerenta deportiva de los Juegos, tenía toda la autoridad para estar ahí, pero trató de influir en una decisión técnica, que alguien pude decir que está bien o está mal, pero no le correspondía a ella. Su misión era acompañar a las chicas, no corresponde que dé una directriz técnica”, insiste el jefe técnico, que también niega haber oído insultos racistas o clasistas de su parte.

“No, no escuché nada de eso, pero sí nos enfrascamos en una discusión subida de todo por ambas partes, pero todo desde el punto de vista técnico. Ella insistía que Berdine (Castillo) no debía correr, porque había estado hace poco en los 800 y yo le decía que siempre lo había hecho y había funcionado bien, en todas las competencias anteriores”, rememora De la Fuente.

La próxima estación para el equipo de relevos, ya sin Fernanda Mackenna, que anunció su retiro de las pistas, será el Iberoamericano en Cuiabá, Brasil, en mayo próximo.

“Poulette está dispuesta a correr, también Berdine, ya hablé con ella. Es lo que les gusta, competir por Chile, así que las dos seguramente estarán en el Ibero de Brasil”, anticipa Raveau.