Por años, vóleibol playa era sinónimo de los primos Marco y Esteban Grimalt.

La dupla más exitosa de la historia se llevaba todas las notas, los resultados, las medallas y los logros. Y con justo mérito.

Sin embargo, de a poco el panorama ha ido cambiando. En damas, Francisca Rivas y Chris Vorpahl están mejorando sus resultados y ya aspiran a medallas sudamericanas, un hito que parecía inalcanzable; mientras que en varones, la dupla de los jóvenes Noé Aravena y Vicente Droguett ya mira con atención incluso el sueño olímpico.

“Hoy estamos en el lugar 28 del ranking y creemos que si apretamos un poco más, podemos meternos entre las 18 que clasifican. Y si no es así, tenemos aún la opción en la Continental Cup del próximo año”, lanza Droguett con plena confianza.

Algo parecido esperan Francisca Rivas y Chris Vorpahl, quienes rompieron una larga sequía de medallas a nivel sudamericano y que hasta se ilusionan con unos Juegos Olímpicos.

“Este es el inicio del proceso a París, empezamos bien pero estamos con los pies sobre la tierra y queremos avanzar etapa tras etapa para sacar lo mejor de nosotras y de esta manera poder conseguir la tan anhelada clasificación a los Juegos Olímpicos”, plantea Rivas.

Este fin de semana, seis parejas chilenas disputaron la cuarta fecha del circuito sudamericano en Peñalolén y el saldo no pudo ser mejor: en varones, en una final ciento por ciento local, los Grimalt vencieron por 2-1 a Droguett y Aravena, mientras que en damas, Rivas y Vorpahl volvieron a capturar un bronce superando a Paraguay.

Buena parte del mérito le cabe al head coach de la modalidad, el brasileño Paulao, quien además de guiar a los Grimalt a su mejor momento, también se ha preocupado de la gestión de nuevas figuras en la modalidad.

“Hay un poco de todo, la labor de la federación desde la parte administrativa y organizacional, el trabajo del cuerpo técnico y los deportistas que están cambiando su mentalidad, se dieron cuenta de que necesitaban acercarse un poco más al profesionalismo y todo eso está generando estos buenos resultados”, razona el entrenador.

“‘Fran’ (Rivas) y Chris (Vorpahl) están logrando muy buenos resultados en damas, tenemos un equipo sub 21 que clasificó al Mundial de la categoría. Siento que estamos formando un gran equipo, apoyados también por Felipe Gómez y Adriano Molina reclutando nuevos talentos. Pero no tenemos que quedarnos con eso, sino que debemos seguir trabajando para que continúen los logros y construir nuevos atletas”, añade Paulao.

Sin duda que la presencia en la élite de los primos Grimalt ha servido para motivar la aparición de nuevos valores pero, a la vez, también ha colaborado en mejorar el nivel competitivo de quienes están siguiendo sus pasos.

“Los primos Grimalt son un ejemplo para todos, son esa punta de pirámide de la que se habla. Tenemos voleibolistas como Noé y Vicente que empezaron a entrenar con ellos, entonces, los tienen de ejemplo y a la vez de ayuda”, expone Paulao.

De hecho, el mismo Droguett destaca la relación que se genera con las estrellas de la disciplina cuando se topan en la arena de prácticas en Santiago.

“Somos un grupo muy cariñoso, ellos tienen un trato como de hermano grande. Nos han enseñado harto, nos apoyan mucho y siento que han tenido una labor clave de masificar el vóleibol y han entendido que para todos es beneficioso tener una buena competencia interna”, admite Droguett, también estudiante de Kinesiología.

“En Chile, una de las cosas que hemos entendido es que tenemos que profesionalizarnos cada vez más. Que sea un trabajo, es la única manera de conseguir resultados”, cierra el voleibolista.