El 4-3-3, la hegemonía del sistema que abunda en el fútbol chileno y mundial
El formato que impera en el medio local y también en las ligas de vanguardia en Europa. Las ventajas y límites de un plan que entronizó a los últimos monarcas Coquimbo Unido y U. de Concepción. “Es una moda que se impuso con Bielsa”, sugieren algunos. “Es la forma que te da más adaptabilidad al juego”, lo defienden otros. “Es un boceto donde los triángulos están hechos”, refuerzan. "Es un diseño útil para un modelo de juego defensivo y también uno basado en la tenencia y el ataque", ilustran los especialistas.
El 4-3-3. Un número telefónico para algunos, la matriz del juego de ataque para otros. Es el dibujo táctico preferido de los equipos chilenos, cuyos últimos dos campeones de las principales categorías (Coquimbo Unido y U. de Concepción) partieron con ese orden y desde ahí fluyeron en sus planes de juego.
El medio The Athletic publicó una saga de informes sobre los diversos sistemas tácticos que se utilizan en la alta competencia y concluye que, con estadísticas desde 2011 a la fecha, el 4-3-3 es el dibujo con que los equipos de las seis principales ligas del mundo (Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, España y Países Bajos) lograron la mayor cantidad de triunfos: un 42,8%, seguido por el 4-2-3-1 (39,2%) y el 3-4-3 (38,5%).
El 4-3-3, enseña la publicación, está “indeleblemente” vinculado al fútbol total que impulsaron los neerlandeses en los setenta, con Rinus Michels en el banquillo y Johan Cruyff en la cancha. Un sistema que “multiplica opciones de pases”, fomenta “los pases diagonales” evitando las combinaciones horizontales, “crea triángulos en toda la cancha” y que que además distingue cinco líneas, o alturas, en la posesión: el bloque defensivo, el volante central, los dos interiores, los extremos y un centroatacante que puede estar arriba o descender a involucrarse en el circuito.
La cuna del 4-3-3, pocas dudas caben, está en el Eredivisie (Países Bajos), con los cultores más fieles del diseño. De los 20 clubes que más utilizaron este sistema en las recientes 14 temporadas, 11 pertenecen a ese torneo y dos están en el podio: Ajax (465 duelos con el 4-3-3), Feyenoord (419) y Barcelona (387).
“Es el sistema que viene de los holandeses e incluso desde antes, porque con la selección de Hungría ya tuvo esbozos, cuando le gana a Inglaterra en Wembley 1953 (6-3), con (Nándor) Hidegtuki jugando de ‘falso 9’. Y que después tiene el boom con Guardiola en el Barcelona. En la teoría es el sistema que mejor permite cubrir los espacios, te da una ocupación racional de la cancha”, enseña Juan Pablo Ojeda, entrenador y analista que trabajó en varios clubes de país.
“El 4-3-3 ayuda mucho a la adaptabilidad en el juego”, estima Diego Santelices, ayudante técnico de Jaime García en Huachipato, “y es un poco lo que hemos hecho este año, ir modificando y adaptando las características de los jugadores a cierta acciones; partimos con un 4-3-3, pero a veces buscamos meter al contención en la línea de los centreles para soltar a los laterales y cerrar al extremo dependiendo del perfil de cada jugador, no es lo mismo cerrar a ‘Maxi’ Gutiérrez, que va mejor por fuera, que cerrar a Claudio Torres o Cris Martínez que tiene más características de ‘9’. Es un sistema que permite adaptarse mejor a los espacios, puedes pasar rápido al 3-5-2 o al 3-4-3 y vas matizando los tipos de ataque”.
“El 4-3-3 es una moda que se impuso con Bielsa”, es la lectura del DT Víctor Hugo Castañeda.
“No creo que ningún equipo utilice ese orden de forma permanente, quizás como punto de partida, porque la mayoría termina con un 4-4-2 cuando los extremos o wines bajan a la línea de los volantes. Coquimbo 2025 lo hacía muy bien. En definitiva, más allá del sistema lo relevante es cómo cubres y atacas los espacios. Muchos copian las modas, en su momento empezaron todos a jugar con los arqueros, aunque varios tienen los pies cuadrados (…) Los sistemas son cíclicos, en los últimos años se empezó a hablar del ‘falso 9’ y en Palestino de los 80 ya jugábamos con dos punteros, que podían ser el ‘Torpedo’ Núñez y Julio Osorio, más el ‘Coke’ Contreras, después el Leo Montenegro y yo, y ambos llegábamos al área. Después de México 86 se empezó a jugar harto con dos delanteros”, reflexiona VH.
“La España dominante de principios de este siglo (ganó el Mundial 2010 y las Euro 2008 y 2012) utilizó mucho el 4-2-3-1, que es un adaptación del 4-3-3, la bandera de Guardiola; cuando tienes un volante mixto capaz de cumplir varias funciones es muy fácil pasar del 4-3-3 al 4-2-3-1 o al 4-1-4-1. El sistema es importante, pero necesitas los futbolistas adecuados, hoy en Chile vemos muchos extremos, pero muy pocos juegan perfilados, con los dos pies sobre la línea de banda, reciben de espaldas y ahí sus marcadores los matan. Todos los sistemas ofrecen alguna de estas tres debilidades: a espaldas de su línea defensiva; si juegas con un volante central a los costados de ese jugador o si juega un doble contención en la entrelínea entre volantes y defensas (en la Premier los equipos te meten hasta seis tipos buscando la espalda de los volantes); y la pelota cruzada cuando juntas gente por un sector y cambias el juego al lado débil. Ahí depende de la inteligencia que tiene el rival para mover la pelota y como se posiciona, Guardiola le decía a Iniesta que el mejor desmarque muchas veces es quedarse parado en una banda cuando el juego está por el lado opuesto”, razona Ojeda, exayudante de Ronald Fuentes.
La “proximidad” del 4-3-3 y el 4-2-3-1, según la publicación de New York Times, es tan estrecha que en el fútbol actual “más rápido y transicional” dificulta distinguir ambos diseños.
Eduardo Barahona, docente y metodólogo en diversas cuerpos técnicos, profundiza: “Es un sistema que ha perdurado en el tiempo, han cambiado incluso algunas reglas del fútbol, y sigue vigente, porque te permite copar las dimensiones espaciales de la cancha. Da opciones infinitas, te permite jugar con las alturas de presión, fijar posiciones, estirar el campo, te permite formas triángulos, rombos, da la opción de doblar por banda, pero requiere del entendimiento de los intérpretes, movilidad, porque el 1-4-3-3 estructural y posicionalmente puede ser muy rígido y fácil también de marcar por el adversario. Y además es un sistema funcional a diversos modelos de juego, un entrenador puede valorar el orden defensivo, el repliegue y el 4-3-3 le será útil, porque fácilmente se transforma en un 4-5-1, mientras que un modelo basado en la tenencia y que buscar maniobra en espacio reducidos, ante un rival hundido, también le viene perfecto el 4-3-3. Los equipos que mejor lo llevaron a la práctica en 2025 fueron Coquimbo y O’Higgins”.
Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.







