Santiago de Chile.   Lun 22-12-2025
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Al modo de Johan y Telé

Betis manejó más y mejor la pelota, presionó con fiereza, demolió cuando pudo una defensa endeble y que sólo tenía como arma la destrucción a través de faltas. Por fortuna porque no siempre pasa, ganó el sentido del espectáculo. No el simple sentido práctico ni el dogma aquel de que el fútbol “es para los vivos”.
Foto: EFE
Sergio Gilbert22 de diciembre, 2025
Cada cierto tiempo, quizás con menos asiduidad de la que se debiera, se recuerda en alguna crónica futbolera el trato que los entrenadores de Barcelona (Johan Cruyff) y de Sao Paulo (Telé Santana), hicieron un par de noches antes del enfrentamiento de sus equipos en la Copa Intercontinental (Japón, 1992).

Según el árbitro designado para ese encuentro, el argentino Juan Carlos Lostau, único testigo de la charla entre ambos DT, en un momento Santana le dice a Cruyff:“Hagamos un pacto: un jugador que pegue una patada, no dejemos que Loustau lo amoneste o lo eche. Lo sacamos nosotros”. “Trato hecho”, le dijo Cruyff.

Lo bueno no fue que los DT Se dieran la mano solamente. Lo notable en verdad es que esa final, que terminó ganando 2-1 el cuadro brasileño (con dos goles de Raí y descuento de Hristo Stoischkov), estuvo marcada por el fútbol de alto nivel exhibido por los jugadores, la casi nula interrupción del juego y el cero porcentaje de alegatos destemplados y simulaciones.

Fue ese el paradigma de la postura de dos sabios en las bancas que, a pesar de que hoy ya no están, dejaron huella y marca eterna.

La semana pasada, el tema reflotó en el medio español.

A propósito del encuentro que el domingo debían jugar Real Betis y Getafe, por la fecha 17 en La Cartuja, la prensa revivió una polémica entre los entrenadores de ambos equipos —Manuel Pellegrini y José Bordalás— iniciada la temporada pasada, cuando los sevillanos se impusieron 2-1 en un partido en que el DT chileno fustigó a su rival —y a su colega— por su particular forma de plantear el partido. Hubo simulaciones varias, solicitudes constantes para revisiones del VAR, alegatos destemplados al juez de la brega.

“Entre todos, técnicos, jugadores y árbitros tenemos que aportar mucho más. El fútbol es un espéctaculo. Hay 50 mil personas en el estadio y se pagan derechos de televisión carísimos, para que haya fútbol y un entretenimiento y diversión (…) Tenemos que colaborar mucho más para cortar a esos equipos que vienen a buscar resultados. Eso no es el fútbol”, señaló Pellegrini en esa ocasión.

Bordalás, en tanto, optó por la ironía y cuando le preguntaron por los dichos de DT chileno: “Mi máximo respeto a todos los entrenadores que respetan a los demás entrenadores. Al que no lo hace, no tengo que respetarle (…) Lo que (Pellegrini) tenía que haber hecho, si es tan amante del fútbol como dice, es haberle llamado la atención a sus jugadores cuando se demoraban o los balones no aparecían”, señaló el entrenador de Getafe.

Todo eso se realzó previo al encuentro del domingo.

Como se sabe, esta vez la victoria del Real Betis sobre Getafe fue mucho más contundente. Goleó 4-0 a su rival, al que ni siquiera le dio la posibilidad de ser defensivo o de usar subterfugios.

Simplemente el cuadro sevillano manejó más y mejor la pelota, presionó con fiereza, demolió cuando pudo una defensa endeble y que sólo tenía como arma la destrucción a través de faltas, no “canchereó”. Tuvo ventajas en lo físico, lo técnico y lo táctico.

En síntesis, esta vez, por fortuna porque no siempre pasa, ganó el sentido del espectáculo. No el simple sentido práctico ni el dogma aquel de que el fútbol “es para los vivos”.

Gloria infinita para ustedes, Johan y Telé.
Sergio Gilbert

es periodista titulado en la UC, especializado en fútbol. Profesor universitario y redactor en El Mercurio. En Twitter: @segj66

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