Santiago de Chile.   Jue 04-12-2025
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Jesús Goya, expresidente de Unión Española: “El desinterés de los dirigentes por los hinchas no podía llevar a nada bueno”

El responsable del primer descenso y también del ascenso, en 1997 y 1998, respectivamente, vuelve a escena para analizar los motivos de una nueva frustración. “Cuando uno tiene un negocio lo primero es cuidar a los clientes y en Unión Española son los hinchas”, sostiene. Agrega que no es partidario de vender Santa Laura y postula a Gonzalo Villagra como el técnico en Primera B.
Foto: Photosport
Raúl Neira03 de diciembre, 2025
“Sé lo que se siente descender, porque cuando Unión Española bajó por primera vez yo era el presidente”, reflexiona Jesús Goya, gobernante del equipo hispano entre 1996 y 2001.

“No sé si era peor que ahora o no, pero lo que sí está claro es que en esa época Segunda División era Siberia. No había plata de la tele, no había nada”, dice a los 73 años.

“Cuando me hice cargo de Unión le dije a los socios que no pensaba salirme ni un peso del presupuesto. Que incluso estando desesperados, si teníamos que jugar con juveniles, jugábamos con juveniles. Afortunadamente la gente lo entendió. No arremetieron contra mí. Y fue bueno porque conseguimos rearmar la institución en Segunda”, detalla

—¿Por qué bajó la Unión ahora?

“Hay varias situaciones. Sería imprudente por mi parte hablar del manejo del equipo, de las malas decisiones con algunos profesionales que se contrataron, porque no tengo todos los antecedentes. Sí creo que hay un tema que es incluso más grave que todo eso. En mi época la Unión era una institución sin fines de lucro donde lo más importante eran los socios. Hoy es un negocio, producto de transformarse en Sociedad Anónima, pero cuando uno tiene un negocio lo primero que tiene que hacer es cuidar a los clientes. Y en el caso de la Unión Española los principales clientes son los hinchas. El desinterés que hay en los hinchas por la dirigencia y el que hay por parte de los dirigentes de Unión hacia los hinchas no podía llevar a nada bueno”.


—¿Y eso por qué se da? El fue campeón en 2013 y se estancó, nunca dio el salto…

“Tiene que ver con una gestión. Lamentablemente no la viví en primera persona porque estuve 15 años viviendo en España y llegué recién en marzo pasado. Y lo primero que hice fue ir a ver un partido de la Unión en Santa Laura y me di cuenta que las cosas estaban absolutamente rotas: las relaciones rotas entre la hinchada y los dirigentes. Lo dije desde el primer momento: eso no nos iba a llevar a nada bueno. La institución no iba a estar sólida; podría estar sólida la Sociedad Anónima, pero la institución Unión Española estaba resquebrajada. Y si estaba resquebrajada, cada uno iba a tirar para su santo”.

—¿Qué lo hizo darse cuenta que la realidad era esa?

“Una de las cosas de las que siento orgulloso es que la gente me trata con mucho cariño. Los hinchas de Unión, digo. Y muchos se acercan a hablar conmigo cada vez que me ven al estadio. Y me cuentan un montón de cosas: hay muchos hinchas de Unión, del barrio Independencia, que pertenecen a un estrato social con dificultades económicas y nunca los tomaron en cuenta en el precio de las entradas. Nunca les dieron alguna garantía por ser de la barra”

—¿Ha tenido contacto con los dirigentes?

“No”.

—¿Nada de nada?

“Un día fui a Santa Laura, a un almuerzo y homenaje que se hizo por los 50 años del subcampeonato de América. Fue una buena parte del plantel de aquellos años, pero no había un solo dirigente de Unión. Ni uno. Más claro echarle agua…”.

—Critica la frialdad del club.

“Exactamente es lo que veo”.

—Pero cómo Jorge Segovia cómo no va a querer a la Unión…

“No tengo la dicha de conocerlo. Lo conozco solo de referencia porque me fui en 2008 a pasar un año sabático a la Isla de Pascua y en 2010 me fui a España porque mi madre quedó viuda y la acompañé. Y no tuve contacto con él. Conocí a algunas personas que estuvieron ahí, como por ejemplo el ‘Pancho’ Ceresuela… En definitiva, las caras que veo no son las caras que estaban en mis tiempos”.

—¿Cómo encontró el Santa Laura cuando volvió?

“No ha pasado mucho... Tiempo atrás lo vi pintadito, lo vi bien, la cancha en buenas condiciones. Este año ya no fue así, porque pasó todo lo que pasó con la cancha. La gente se queja mucho del estadio, decían que en los water no había agua, que salía excrementos por todos lados… No sé si eso es una señal o no del abandono, pero cuando uno está a cargo de una institución tiene que preocuparse de todas esas cosas, porque la gente tiene derecho a estar de manera decente en el estadio”.

Jesús Goya junto a su hijo Iñaki y sus nietas Alba y Salomé. Foto: Archivo Familiar

—Fallaron las torres de iluminación.

“Sé que ahí hubo un chasco, primero que trajeron luces que eran demasiado pesadas para las bases que había y tenían que construir bases nuevas… No tengo mayor información. Tampoco sé si dieron los permisos o no”.

—Usted, en su gobierno, era partidario de vender el Santa Laura.

“Se presentó una oportunidad que me parecía buenísima. Cuando empezaron los rumores se generó controversia en la colonia española, el Estadio Español y la gente de la Sociedad Española Socorros Mutuo, que dirigía Salvador Calera. Todos decían ‘no, no hay que tocar el estadio’. La oportunidad que tenía era al lado de Espacio Riesco, en un terreno importante que era de Horst Paulmann. Y a él le interesaba el Santa Laura para construir un mall, un centro comercial. Pedí presupuestos para construir un estadio para 15 mil personas y presenté el proyecto a un grupo de pro-hombres de la colonia española: canjeábamos el estadio Santa Laura por ese terreno en Espacio Riesco, más el 80% de la plata que costaba construir el nuevo estadio”.

—El Santa Laura lo vendían en 10,5 millones de dólares de 2001.

“Era lo que costaba construir el estadio… Hoy sería más plata. Pero pasó que cuando presenté el proyecto llegaron de mala gana a escucharlo y no prendió. La Unión tenía situación de debilidad, la encontré con unas deudas inmensas. Me embarcaban las recaudaciones en todos los partidos… Y no insistí en el proyecto, porque no podíamos abrir ningún frente más de conflicto, porque en algún momento había que pedirle ayuda a la gente de la colonia”.

—Se negaron derechamente a vender el Santa Laura.

“Sí, claro”.

Goya dice que salió por la puerta ancha de Santa Laura. “Me fui bien; renuncié cuando Salvador Calera, en una asamblea o en más de una, dijo que la Sociedad Española de Socorros Mutuos tenía $800 millones de pesos para ayudar a fortalecer a Unión Española, pero que quería manejar la institución y esas platas… Entonces pensé en irme. Ya cuando me iba, en una asamblea le pregunté a Salvador Calera en que iban a invertir los $800 millones. Su respuesta fue que el Ministerio de Justicia no había dado autorización para que ellos pudieran hacer uso de esos fondos por las características de la sociedad. Me tomé la molestia de enviarle un escrito al Ministerio de Justicia preguntando por qué había ocurrido eso y en el ministerio me dijeron que ellos no tenían atribuciones para meterse en esa historia. Que nunca habían contestado nada al respecto y que nunca, nadie, les había preguntado nada. O sea, mintieron. Después, Calera me lo negó en una asamblea, por supuesto”.

—Usted bajó y subió con Unión. ¿Qué haría ahora?

“Lo primero, y es responsabilidad de los dirigentes, es establecer un camino de diálogo con la hinchada. Hay gente que puede representar a la hinchada, puede ser portavoz del hincha y también escuchar los planteamientos de la directiva. Hay que establecer un vínculo entre los dirigentes, los dueños de Unión Española, y la hinchada. Un negocio no funciona si los clientes no están contentos”.

—¿Y con el equipo?

“Se puede financiar uno con posibilidades de competir con las platas que van a llegar, que entiendo son del orden de los $1.500 millones a la Primera B. Nosotros lo hicimos con juveniles y algunos jugadores que decían venir de vuelta, pero que nos sirvieron mucho. La ‘vieja’ (Gerardo) Reinoso, por ejemplo, fue un baluarte ese año. Formamos un equipo con juveniles, gente que sentía mucho la camiseta, y con algunos jugadores que consideramos tenían clase. Buscamos un entrenador con el que hicimos una apuesta arriesgada”.


—Juvenal Olmos venía de las series menores de la UC.

“Le creímos o no tuvimos más remedio que creerle. Y afortunadamente la cosa salió bien”.

—¿Le gustaría, por ejemplo, que siguiera Gonzalo Villagra como DT?

“Me gusta; es una persona de la casa, conoce a los hinchas, los hinchas lo quieren. Me parece súper atractivo para este momento tan difícil. De todas maneras, tengo la esperanza de que pese al dramático escenario que he descrito, es una oportunidad. Tener a gente como Villagra, ver qué hay en las divisiones inferiores. Hay que jugársela con la personalidad que tiene la hinchada de Unión, o sea, la gente quiere que el equipo corra, que el equipo pelee, que tranque con la cabeza. Si a eso le agregamos un acercamiento entre dirigentes e hinchas se puede conseguir algo pronto, porque hay que conseguirlo pronto”.

—¿Es partidario de vender Santa Laura?

“No, porque no tenemos ninguna opción de reemplazo; cuando estuve de acuerdo, y propicié esa idea, era porque había un terreno y tenía lucas para construir un estadio nuevo”.

—Ahora no hay terreno y menos lucas.

“Ahora no hay nada. Tampoco sabemos quién se va a llevar la plata, o si alguna vez vamos a volver a tener cancha. Es cosa de mirar a nuestros principales arrendatarios, la U, que lleva como 40 años tratando de construir un estadio. Y si con los ingresos que tiene, que no se comparan en nada con los de Unión Española, la U no ha podido, imagínate nosotros sin terreno y sin plata. Difícil. Además, si se vende Santa Laura, nunca han hablado qué hacer con esa plata. ¿Gastársela en arrendar otra cancha o qué?”.

—¿Si lo llaman, volvería?

“No, yo estoy retirado de la primera línea del fútbol. Fui inmensamente feliz como presidente de la Unión Española, era un sueño cumplido, pero también lo pasé mal. Ahora estoy más viejo, de abuelo, voy a buscar a mis nietas al colegio. Quiero vivir la vida de otra manera. Actuar como un puente entre los hinchas y la directiva, encantado”.

Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

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