Apuestas deportivas: La cosa
¿Se podría hablar de un vacío legal? En realidad, de las casas de apuestas deportivas on line en Chile, se podría hablar de cualquier cosa, existen y son lo que son: una cosa.
LA COSA
Las casas de apuestas on line existen en el país y las deportivas están por doquier: en las camisetas que se venden, en los auspicios de programas, en la publicidad callejera y hasta media generación dorada pitutea con el rol de rostro.
Es por entretención, por hacer algo en el tiempo libre, por divertirse jugando y es porque es: existen. Es por la plata, por supuesto.
Incluso alguno de sus integrantes, se conoció el caso de Arturo Vidal, mantiene su propio emprendimiento y tiendita de apuestas.
Funcionan dentro del marco legal vigente dentro del territorio, que no es el marco del ciberespacio ni el que existe en otros países y tampoco en los servidores extranjeros, porque eso está en una galaxia lejana y todo es complicado en esos mundos, de hecho, en el Congreso Nacional hace años que estudian un proyecto de ley que regula el mercado de plataformas en línea. Se mantiene en trámite.
Lo vigente es lo que rige en el interior del país donde estamos bien parados o mal parados, según como se mire.
El año pasado 5,4 millones de compatriotas movieron 3.100 millones de dólares en esas plataformas, sea casinos, póker o deportes y eventualmente en lo que aparezca o se les ocurra en el horizonte: elecciones, catástrofes, cónclaves, defunciones.
Aquí nadie paga impuestos, ni las casas que ganan y tampoco los que apuestan y ganan, pero, hay que repetirlo fuerte y claro: operan según el marco legal chileno y lo único que falta es la regulación específica.
No hay recaudación tributaria, no se declaran utilidades y no existen las condiciones básicas y elementales de transparencia.
No hay nada reglado porque no se han redactado disposiciones particulares como, por ejemplo, protección de menores, resguardo de los datos personales, protección de consumidores o el engorroso asunto del lavado de dinero.
No hay artículos vigentes sujetos a preceptos, ordenación o normas, porque no hay legislación efectiva.
Tampoco están estudiados los conflictos de interés, porque como no hay reglas particulares no se pueden exigir estándares mínimos y tampoco máximos, o sea que estándares no se pueden pedir.
Como no existe una legislación efectiva menos va a existir un reglamento específico, por lo tanto, no hay normas particulares, tampoco concretas y menos definiciones exactas, tampoco inexactas.
En otras palabras y para no perdernos en el medio terreno: existe un robusto marco legal, pero aún no existen regulaciones específicas y tampoco las inespecíficas.
¿Se podría hablar de un vacío legal?
En realidad, de las casas de apuestas deportivas on line en Chile, se podría hablar de cualquier cosa, existen y son lo que son: una cosa.

Antonio Martínez
es periodista y crítico de cine; fue editor de Cultura de “La Época”, jefe de redacción de “Hoy” y director editorial de Alfaguara. Fue corresponsal, desde España, de “Estadio”, y columnista de “Don Balón”. Autor de “Soy de Everton, y de Viña del Mar” (2016), y junto a Ascanio Cavallo, de “Cien años claves del Cine” (1995) y “Chile en el cine” (2012).