“Complejo”, le brota decir a Luca Marcogiuseppe (43 años) cuando se le interroga sobre materias del juego, gestión técnica y conducción, porque no se cubre con respuestas de manual, trata siempre de darle una vuelta a cada reflexión, desprendido de cualquier postura de erudito. “Me siento más un entrenador formador que un director técnico, trabajé muchos años en inferiores, me identifica más el entrenador de campo, porque el técnico titular es un rol más amplio, debe atender y gestionar un todo, las energías se deben dividir. Me apasiona el proceso de mejora del futbolista, por sobre el del equipo. Me identifica esa faceta pedagógica”, reconoce el técnico de Audax Italiano, un bisnieto de siciliano, que sacó al equipo del fondo y lo ubicó a tres unidades de la zona de copas internacionales, al mismo tiempo que lo encauzó en la Copa Sudamericana, venciendo a Santos.

“El equipo tenía funcionamiento, pero no se le dieron los resultados y por eso se cambió entrenador. Los resultados son positivos pero no responden solo al cambio de técnico, responde a un trabajo en equipo en que los jugadores tienen su impronta, más allá del plan estratégico del entrenador, ambas son importantes. Queríamos resolver tres aspectos que venían afectando: la cantidad de expulsiones, las acciones a balón parado porque éramos de los equipos que más goles recibían por esa vía, y el cierre de los partidos, en los últimos minutos muchas veces no podíamos sostener el resultado. En ese sentido el equipo dio un paso adelante. Hemos mejorado notablemente, incluso hemos ganado partidos en los últimos minutos, no sufrimos ninguna expulsión, salvo la de (Osvaldo) Bosso por reclamar una vez terminado con Colo Colo”.

“Es complejo, el técnico junto con el staff actúa en función del contexto de competencia, tomamos un proceso con urgencias, sin tiempos de preparación ni de selección de jugadores, nos apoyamos en el proceso anterior, y en función de eso vamos preparando cada encuentro. Hacemos algunas rotaciones en puestos para que el estado de forma no sea solo de un 11, sino de un equipo que tenga relevo y que esas alternativas puedan cerrar el juego. Por ejemplo, (Roberto) Cereceda nos da oficio y liderazgo, y (Esteban) Matus dinámica en la misma posición, ambos con sus recursos le aportan al equipo (…) Al venir me tomé del perfil técnico de los jugadores que había, muy similar a lo que tomé la temporada anterior, un equipo (Gimnasia y Esgrima de Mendoza) en zona de descenso de la B Nacional, con 37 equipos y terminamos 4° en el regular y a un paso del ascender en la semifinal del Reducido; es similar a lo que percibo ahora, había con qué, aunque es otro contexto”.

“Desde los valores, mostrarse un entrenador sincero, directo, siendo el responsable de llevar a cabo una idea, pero no como una autoridad absoluta y única, el estado de forma lo conseguimos con el plan estratégico pero también con la impronta de los jugadores, todos los futbolistas tienen recursos, incluso aun sin un plan el jugador puede resolver. Obvio que soy de la idea de tener un plan para que haya mayor organización y el jugador tenga libertades para decidir, pero hay veces que el plan no resulta y es importante que el jugador resuelva con su impronta, así como también el plan debe proteger al jugador cuando no tiene su mejor versión”.

“Siempre estoy por potenciar o más bien no desnaturalizar al futbolista en base a la idea. Tengo un imaginario del perfil de jugadores que elegiría, pero cuando llegas a un equipo que ya inició un proceso, creo conveniente desde mi lugar poder adaptarme, sin desviarme de ideales, a las característica de los jugadores (…) Esa adaptabilidad intento trasmitirla para competir cada partido, no atarnos a un esquema rígido y no forzar a un futbolista a jugar en posiciones donde no siente que pueda competir, y si llega a suceder siempre será consensuado con el jugador”.

“No fue por un tema de tiempo, fue una experiencia de mucho aprendizaje, en un contexto de pandemia, los 6 partidos de la Copa —ante Flamengo, Vélez y LDU— los jugamos en un mes y medio, con todo lo que conlleva; hubo una serie de condiciones que se las he manifestado a la gente que maneja mi carrera en el sentido que yo no era el adecuado para ese perfil de proyecto, no me sentí cómodo, más allá que en el torneo estábamos segundos con un partido menos (…) Situaciones que nunca hice públicas, no me hicieron sentir cómodo, pero no es justificación, me hice responsable. A partir de eso me propuse no aceptar otro proyecto donde no pudiese ser yo, con mis errores y virtudes”.

“Me identifican los equipos que compiten con intensidad, que resuelven las diferentes fases del juego, en Audax hemos enfrentado a dos líderes: Cobresal y Huachipato, y con ambos jugamos distinto (...) Quisiera tener siempre el dominio pero el rival a veces te pone en situaciones no deseadas y hay que resolverlo, para mi es tan importante atacar como defender, ninguna es más importante que otra, no hay un partido donde no tengas que defender y ninguno donde no tengas que atacar. Después, hay formas, momento de hacer ataque más posicional, más pacientes, encontrar ese hombre libre como contra Santos, a veces esa fase ofensiva pide una transición con pocos pases. Me identifican los equipos que interpretan los momentos del juego, los resuelven y superan al rival, porque esto se compite por victorias”.

“Creo que sí, es relevante en función de las características de los jugadores y en relación al sistema del rival. Pero no me ato a un único sistema. Ante Colo Colo, por ejemplo, tuvimos que cambiar en el entretiempo y estuvimos a una jugada de igualar”.

“Me parece una reflexión muy sabia, cuando hablamos de sistema hablamos de esquema rígidos y en el fútbol incluso cuando presiono un saque del rival descompongo el sistema, en cualquier fase del juego tengo que hacer una adaptación y no se parece al sistema incial. El sistema es simplemente una posición de base y a partir de ahí los espacios son los que juegan en función del equipo y del rival”.

“¿Qué equipos me marcan? La selección argentina de Bielsa, la de Chile con Marcelo, la selección chilena de Sampaoli, el River de Gallardo, pude ser parte del staff en el Athletic con Bielsa; tengo cierta identificación con el Borussia Dortmund, me gusta por el contexto de club, por su afición, recluta jugadores jóvenes con cambio de ritmo, me gusta ese perfil. El City mismo juega bien, pero también me gusta cómo juega Huachipato, a Gustavo (Álvarez) lo conozco bien, trabajamos en las inferiores de Gimnasia”, detalla.

“Como ya le dije soy más un entrenador formador que un director técnico, en formativas siempre utilicé 4-3-3 con extremos; ya como entrenador principal he podido intervenir en otros sistemas, la forma de competir está por encima del sistema, aunque sí hay sistemas que se adaptan mejor a determinados estilos. Con Marcelo estaré eternamente agradecido, con él fue todo aprendizaje, sigo a sus equipos, pero no intento replicar ni copiar, porque todos tenemos recursos en un contexto, no sé copiar y si lo hago me estaría desnaturalizando, hacer algo que no siento, sería un error mostrarme de una manera que no siento”.