Santiago de Chile.   Sáb 17-05-2025
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Juvenal Olmos: “Ariel Holan debe hacer un mea culpa”

El exfutbolista, exentrenador y actual comentarista dispara con todo. Sobre la UC asegura que “no es un asunto de resultados, es una sensación mía de decir que entiendo a lo que juega Cobresal, lo que quiere Quinteros, o lo que hace Pellegrino. Pero no entiendo qué quiere hacer la Católica, me cuesta”. También recuerda los clásicos universitarios que más lo marcaron, menciona la poca osadía de los entrenadores locales, habla de la “cama” a los DT y de los problemas de la administración de Pablo Milad en la ANFP.
Foto: Macarena Pérez
Raúl Neira29 de abril, 2023
Juvenal Olmos creció siendo hincha de Unión Española. “Era el club de mis amores, porque lo seguí en la Copa Libertadores de 1975. Me encantaba, era el equipo de moda, entonces me fui a probar a Santa Laura. Había saco con medias y camisetas. El equipo estaba bonito, pero las medias hediondas. Pasaron cinco meses y me dicen ‘eres muy chico, no tienes condiciones y no vas a seguir. No perdamos el tiempo”’.

Golpe duro para un niño. “Me iba a la casa, llorando, cuando me encontré con mi papá. Le conté y me dijo ‘¿ya?’. Repetí que me habían echado. Me dice: ‘Ya, poh, ¿qué vas a hacer?’, mientras yo esperaba que me abrazara. Y dijo: ‘Tienes dos opciones, seguir llorando o vas a lustrar tus zapatos porque mañana te llevo a probar a la UC’. Ahí estaban Alberto Fouillioux e Ignacio Prieto. Me dejaron. ‘Tiene crecimiento tardío, por eso es mas chico que todos’, agregaron… Ahí comenzó mi pasión con la Católica”.

A solo horas de una nueva edición del clásico universitario, Olmos cuenta que hay cuatro que han marcado su vida. “En 1978 era capitán de la juvenil. Jugábamos en Independencia, hice un gol y en la celebración las barras se metieron a la cancha. El partido terminó, desaparecimos todos, salimos arrancando, mientras los hinchas se sacaron la cresta”.

—Antiguo estadio de la UC en Independencia, ¿cierto?

“Sí. Me habían dicho que los clásicos eran lo máximo, entonces eso fue vivenciar desde muy chico lo que significaba. Recuerdo al lateral izquierdo de ellos, grandote, y cuando íbamos a trabar le gritaban de la barra ‘dale, métele con todo’. Y uno se pone nervioso, porque en cadetes nadie grita. Había plumeros, serpentinas. Me gustaba el diseño de la camiseta de la Católica, lo encontraba elegante”.

Dos veces fui donde Pellegrini a tocarle la puerta y a pedirle que me explicara sus instrucciones. Una en O’Higgins y otra en la UC. El tema era que yo liberara a un compañero para que fuera en ataque y eso significaba dejar de lado mis convicciones ofensivas. Le dije que era un volante mixto, no uno de contención Olmos y su época de jugador

Luego, salta a 1984. “Cuando nos suben al primer equipo nos decían que la U no nos podía seguir ganando, entonces tomamos la mochila del primer equipo. En cadetes ganábamos, pero en Primera iban no sé cuántos años sin triunfos…”.

—Eran 13.

“Eso. No ganábamos, no ganábamos y no ganábamos. Partidos que se nos daba todo, no hacíamos el gol y nos terminaban ganando. Ese día, cuando ganamos 3 a 2, la gran mayoría eran de cadetes. Gino Valentini entró de atrás y tomó un cabezazo. En todas las juntas es ‘la cabeza de Valentini’. Era romper algo que venía de hace mucho… Luego recuerdo el de 1994 cuando ganamos con dos jugadores menos y finalmente cuando Cristián Álvarez le ataja el penal a Pedro González. Lo grité con todo”.

—¿Qué espera del partido en Concepción?

“Lo que no quisiera es que la ficción le gane a la realidad. En los últimos clásicos se habla de adrenalina, fantasía, ilusión y al final no pasa nada. Uno lo imagina con jugadores agrediendo, con jugadores transgresores, palo a palo, mano a mano, duelos individuales, colectivos y termina siendo un partido como un chicle sin gusto. Es como que no pasó nada. Lo otro, me encantaría que gane el fútbol. Si la propuesta de Pellegrino es mejor que la de Holan que gane la U; si la de Holan es mejor que gane la UC. Mi identificación con la Católica, mi cariño, no me lleva a un gusto extra. Me gustaría que Zampedri tuviera su mejor versión o que Assadi se destapara. Me gustaría que transgredieran, que fuera de ida y vuelta, que los dos arqueros estuvieran en su peak. No me empaña el resultado. No quiero que mi opinión esté teñida en el sentido de que si gana la Católica es bueno y si perdió, es malo. Me gustaría ver jugadores que estén para la selección”.

—Muchos han hablado de técnicos con temor, que piensan más en no perder que en ganar.

“Sí. Las expectativas se han terminado comiendo el fondo de un técnico. ¿Cuántos técnicos juegan libremente por sobre el resultado? Gustavo Huerta en Cobresal. Después, Palestino, Colo Colo, la UC y la U a veces. Ñublense era así el año pasado. Me ha gustado la propuesta de Huachipato, de Magallanes, pero no hay mucho más. El resto lo veo atrapado al resultado, que si pierdo las dos próximas fechas me van a echar. Un ejemplo es lo que paso con el ‘Coto’ Ribera. ¿Lo cuento o nada que ver con el clásico?”.

—Cuente.

“Cuando termina el torneo del año pasado me llama y me dice que quiere conversar conmigo. ‘No entiendo lo que me pasó, no entiendo, quiero que me ayudes, porque no comprendo… Tomo a Audax, un equipo que iba último, lo meto en Sudamericana y no sigo. No entiendo. ¿Será que soy malo?’. El tipo estaba dolido, no sé si con ganas de llorar, pero sí le pegó muy fuerte. ‘Dime qué tengo que hacer’, agregó. Y me quedé en blanco. Porque, ¿quién va a sacar a un técnico que te llevó de último a la Sudamericana? No entendí la visión del empresario, del club, me atoró. No tuve qué decirle al ‘Coto’. Todo lo que le ha pasado al Audax deja sin respuesta, salvo decir que la gente que tiene a cargo el club no tiene idea. Le pregunté al ‘Coto’ si había pedido mucha plata y me respondió: ‘No, ni siquiera me hicieron una propuesta, ni siquiera conversamos. Me echaron. Y no lo entiendo’. Y es primera vez que no tengo una respuesta para alguien que me está pidiendo un acto de comprensión, un apoyo, un ‘explícame por qué pasa esto’. No tuve qué decirle, salvo ‘Coto, esto no es por tu capacidad, pero vuelve a intentarlo, porque sí creo que eres un buen estratega’. Daba esa respuesta y era como un relato que no le servía. Necesitaba una luz que le dijera ‘explícame esto, por favor’. Y yo que tengo respuesta para todo, me quedé en blanco”.

—Volvamos al clásico. No se ven partidos buenos, mucho toque hacia el lado, poco atrevimiento y el fútbol mundial va en otra dirección.

“A más del 50% de los técnicos de nuestro torneo se los come el resultado por sobre la propuesta. Veo muy pocos entrenadores que tengan un ideal a perseguir. Está pasando lo mismo que le pasó a los árbitros cuando llegó el VAR: empezaron a desaparecer, todo lo preguntaban. Toda esa pachorra para cobrar un penal, aunque los puteen, desapareció. Todos los árbitros dudaban e iban al VAR. Y un árbitro es un ser humano que tiene la valentía de aceptar que se puede equivocar. Y eso es lo que pasa con los técnicos: hay un escape de la convicción, de los ideales. Uno veía al ‘Guatón’ Santibáñez con una pachorra grandota o Bielsa, quien hizo una carrera en contra de lo establecido: jugar con tres delanteros y dos volantes de creación… Viene el clásico universitario y decir ‘voy con todo, voy a apretar arriba, que los laterales volantes jueguen al límite, estaremos mano a mano, buscaré el gol y si me atacan con dos delanteros me quedo con dos centrales’. Eso hace falta. Por eso que se pierde tan rápido el trabajo el técnico ha ido perdiendo empoderamiento”.


—¿No lo ve en nadie?

“En Nicolás Núñez, un cabro mas joven. Ha sido el técnico más irruptivo en el último tiempo. Ganó títulos en pocos meses. Pero está último y está enfrentado a dos campeonatos, a la vez enfrentado a sí mismo, a dar soluciones. Hemos conversado y dice ‘no voy a cambiar’. Me gusta ese atrevimiento. Me gusta como juega Magallanes, pero a la vez tiene poco plantel, va último y en la Sudamericana. Y concluyo que es barranco o gloria”.

—Hace un tiempo dijo que en la UC le estaban “haciendo la cama” a Ariel Holan.

“Me pasó como entrenador y como jugador. Llegué a algunos planteles y tuve que echar a algunos jugadores. Observé maniobras”.

—¿Cómo se da cuenta?

“Cuando se pierden dos o tres penales seguidos. Cuando no quieren entrenar. Cuando das instrucciones y hacen todo lo contrario. Lo vi en Irapuato, como jugador, cuando descendimos. Estaba el ‘Cabezón’ Espina también y había compañeros que iban para atrás. No jugaban mal, pero salían todas las noches, todas las semanas, había desvinculación con lo que el técnico estaba proponiendo, bajos rendimientos… Si te sacas la cresta y vas al límite, estás dando lo mejor. Pero si alguien no va al límite, te preguntas por qué no. Diego Simeone dijo ‘el esfuerzo no se negocia’. Y me encantó esa frase, porque un tipo que se rompe va hacia el frente. ¿Cuál es la limitancia para que un jugador no pueda salir de la cancha contracturado, entregando lo mejor? Ese tipo está bien, se está moliendo por el técnico. Cuando no sucede eso, mi cabeza dice ‘¿por qué no hace todo?’”.

—Recibió muchas críticas por lo de la “cama”.

“Sí, pero a diferencia de otros momentos de mi vida, lo hice racionalmente, no enojado ni presionado por alguien. Fue en base a lo que aprendí de los periodistas, que siempre dicen ‘esta información la seguí, esta noticia la seguí’. Y yo seguí esa información llegando al club y lo sumé a los últimos partidos: el plantel más generoso del fútbol chileno no tiene respuestas… Va un tercio del campeonato y qué ocurre, no hay una propuesta. Holan, como entrenador, como adulto, sí debe hacer un mea culpa. No es un asunto de resultados, es una sensación mía de decir que entiendo a lo que juega Cobresal, lo que quiere Quinteros, o lo que hace Pellegrino. Pero no entiendo qué quiere hacer la Católica, me cuesta. Si tuviera la suerte de conversar con Holan le diría ‘¿a qué juega?’. ¿Tú sabes qué busca la UC?”.

—Ser un equipo de posesión, por momentos de exagerada posesión.

“Es una cualidad, pero no sé si la Católica juega a tener la pelota, al pivoteo del ‘9’, a insistir por fuera. ¿Juega a presionar alto? A veces. Y encuentro la dicotomía entre el discurso y lo que se ve, porque si el discurso es ‘vamos a presionar alto’ y veo el partido y no están presionando alto... Si dicen ‘vamos a jugar por fuera’ y uno ve que no tiene especialistas por fuera… O sea, no me pueden decir que Di Santo es puntero y nadie se puede enojar si digo que no es, porque es centrodelantero. ¿Qué saco con jugar un 4-2-4 si los jugadores no están convencidos? Se puede un partido, dos, pero al octavo tienes que decir ‘me estoy equivocando, porque esta gente no me está entendiendo’ y hay que cambiar el mensaje”.

—No hay especialistas para ese esquema.

“Eso es un análisis suyo y mío… La UC está pegada para jugar con dos delanteros. Zampedri siempre juega, siempre está, y el otro sería Di Santo. Hay que potenciar las bandas para que vayan a cabecear al medio, porque son dos grandes cabeceadores y dudo que tengas tantos planteles con dos defensas tan altos. Sí sería un registro muy positivo. Liberas a los laterales, buscas punteros para desequilibrar. Seis desbordes por un lado, seis por otro, algo van a cazar”.

—¿Y a Alexander Aravena dónde lo deja?

“Para mí, con Zampedri es la mejor dupla. Un cabro joven, muy bueno a ras de piso. Haces el mix de uno que va al espacio, como Zampedri, y otro como Aravena que se echa atrás, que puede girar, dar pase gol, define muy bien. Pero difiero con el técnico en querer jugar con cuatro cuando tienes plantel para dos”.



—¿Y de la involución de Saavedra qué dice?

“A Saavedra la cancha le queda grande. En Cobresal, Camargo, que tiene muchos años más, la divide con Sepúlveda, o Mesías o Munder cuando baja por ese lado. Entonces, ¿cómo no se dan cuenta que la cancha le queda grande? Le queda grande: es correr para todos lados y no llegar nunca a presionar. Y eso significa que para el lado derecho tiene 20 metros, que para el izquierdo tiene otros 15 metros, para atrás están los centrales y para apretar arriba hay 20 más. Saavedra mira y dice ‘¿para dónde voy?’. Y yo digo que este cabro está enredado. Pero parece ser que si no dices lo que el club quiere escuchar, estás en contra. Por qué me quieren hacer creer que Di Santo es puntero si no hace la banda como puntero y su zancada es muy amplia, entonces necesitas superficies de contacto rápidas… Entonces está como oscuro el entorno, como que el tipo que no tiene la misma opinión está haciendo algo malo, ensucia. Y no hay nada que ensuciar, porque mi opinión está basada en 11 fechas, en un rendimiento de poco compromiso. Está lo de Isla”.

—¿A propósito del compromiso?

“Isla es campeón de América, Generación Dorada, lateral transgresor. ¿Y qué pasa? No digo que juega mal, digo que este gallo no está comprometido porque no corre, porque no está entero. Me puede decir ‘tengo derecho a estar mal’. Y sí, hay jugadores que pasan por eso. Pero si tu equipo pierde y a las horas estás subiendo fotos en otro lugar, cagándote de la risa, ves que este caballero no está comprometido. Porque el compromiso no es solo para cobrar o ponerse la camiseta. El compromiso es total. Viví el fútbol como que si hoy pierdo, estoy mal. Me peleaba con mi mujer. No iba a cumpleaños, a matrimonios”.

—El empate ante Colina fue papelón.

“Muchos dijeron ‘quizás miramos por encima del hombro’. Y sí, lo hiciste. Pero no es ese partido, estás entrando a una vorágine donde en muchos partidos estás mirando por sobre el hombro… Fue un análisis frío, que duele; de hecho, después del partido con Colo Colo hubo varios jugadores que no me saludaron. Pero no vivo de que el jugador me salude o no, vivo de lo que hago, de mi pasado. Y no tiré un comentario al voleo. He visto cosas. Es problemático lo que ocurre en la UC”.

LAS SELECCIONES Y LA ANFP: “FALTA LIDERAZGO DE MILAD”


Como ex-DT de la Roja, Olmos también opina del presente de las selecciones. “Falta liderazgo, que no ha llegado, de mi amigo, porque es mi amigo, Pablo Milad. Le ha faltado visión. Se jugó entero por Francis Cagigao y no le fue bien en esa apuesta. Luego, cometieron un segundo error de ubicar a una persona que no sé si es gerente de selecciones, coordinador, pero lo conozco como una persona de oficina”.

—¿Se refiere a Rodrigo Robles?

“Sí. Y ahí se necesita a un técnico. ¿Con quién conversa Hernán Caputto ahora? ¿Con quién va, se sienta y conversan de los errores? Con nadie. ¿Con quién conversó el ‘Pato’ Ormazábal después de la Sub 20? Con nadie. Falta una persona, un tipo que te haga ver que esto sí, que esto no. No puede ser que cada entrenador que llega a las selecciones sea completamente autónomo, porque las selecciones menores no son autónomas. Son para un trabajo de equipo que lidere alguien. Cuando me tocó ser DT de las inferiores de la UC estaban Osvaldo Hurtado, Pablo Hewstone, ‘Nano’ Díaz y el ‘Negro’ Pinto. Una vez a la semana poníamos sobre la mesa las dificultades que estábamos teniendo. ¿Dónde está esa mesa ahora? ¿Dónde está la unión con la selección mayor? ¿Participa el técnico? A mí me han dicho que Berizzo no participa… Se perdió en nuestra selección el norte de trabajar en equipo. Que Caputto entrene es una cosa, que forme parte de un cuerpo analítico es otra”.

—Pero no todo se va a solucionar con la llegada de una persona…

“Hay varios temas. Chile perdió el tranco. Los técnicos deben tener un paraguas que los cuide por lo que va a realizar y no la sensación de que si gano sigo y si pierdo me tengo que ir. Así liquidas a un técnico de las inferiores. No se puede trabajar así”.

No tengo compromisos con un club. Sí me gusta la UC, le agradezco todo, pero todo lo que hizo por mí, pero eso no significa que diga que Holan tiene la razón o que puede jugar con tres arriba. Con los años vas teniendo libertad y entendiendo que lo que dije, que mi opinión, fue pesada. Pero no que me arrepentí o no tenga argumentos. Los tengo Olmos y el tema de la famosa “cama” al entrenador

—¿Qué más falta, entonces?

“Faltan los técnicos formadores, se nos fueron de las canchas. ‘Nacho’ Prieto era uno. ¿Quién lleva tanto tiempo en la U, en Audax, si los echan a cada rato? ¿Quién es el que sigue la continuidad de los futbolistas? Lo que pasa con Jordhy Thompson no es solo problema de él. Es responsable, pero además es problema de su familia, de su pareja, de las inferiores de Colo Colo. ¿Qué pasó con los entrenadores de la Sub 15 o de la Sub 17 cuando estaba ahí? ¿No visualizaron el problema? Tengo una suerte de desilusión del trabajo de las inferiores. ¿Me sirve el trabajo de cadetes solo para poner el Sub 21? ¿Está torpedeado porque los clubes se dieron cuenta que es más barato comprar jugadores a los 16 años? Porque así te evitas el proceso de una nutricionista, un entrenador de arqueros, un psicólogo, todas esas personas que están en el entorno de un talento”.

—Habló de Milad. Está el viejo tema de separar la ANFP de la Federación.

“Falta convencer a Milad de que no resiste más tener unidas a la Asociación con la Federación. ¿Por qué los clubes van a recibir plata si la selección ganó la Copa América? No, esa plata tiene que ir para un nuevo complejo, para entrenadores, para indumentaria, para implementación, no para los clubes, porque los clubes reciben plata, y mucha, de la televisión. La única forma de separar esto, porque los presidentes no quieren y Milad tampoco, quizás sea Jaime Pizarro. Estoy ilusionado con que lo haga como ministro. Que diseñe un proyecto de ley y lo proponga, que vaya al Senado y los motive a cambiar”.
Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

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