A la uruguaya, pero a la uruguaya de tiempos lejanos: encarando al árbitro, rodeándolo, insultándolo.

Con la sangre charrúa explotando por las venas de Fernando Muslera, Diego Godín y Edinson Cavani, que impotentes ante un desenlace tan dramático como repentino dirigían su furia contra el alemán Daniel Siebert, pues lo culpaban de no sancionar como penal una entrada de Daniel Amartey sobre Darwin Núñez.

Con Luis Suárez llorando como un niño, tapándose el rostro con la camiseta que defendió con tanto amor, porque sabía que era su última vez en una Copa del Mundo.

Así, en medio de la controversia mundial, con el juez arrancando a los camarines, con Cavani tirando al piso la cabina del VAR y con el “pistolero” derramando lágrimas de impotencia, se escribió el último capítulo de Uruguay en Qatar 2022.

Increíblemente, ante Ghana el equipo de Diego Alonso triunfó y jugó su mejor partido. Sin embargo, no fue suficiente, porque a 22 kilómetros, en Al Rayyan, Corea del Sur celebraba, vaya paradoja, como tantas veces celebraron ellos: con un gol en el epílogo, una importante cuota de gloria y cuantiosa tinta de épica.

“Todo Montevideo está triste. Ni una cucaracha anda por las calles... El pueblo y el país están sufriendo. A veces se pagan las cosas mal hechas del principio. Queda la rabia por dentro, porque no era tan difícil. Estábamos convencidos que pasábamos”, reflexiona Jorge Barrios, capitán de la selección oriental en México 1986.

“En el Mundial que jugué, todo el periodismo, todo el mundo pedía a Rubén Paz como titular. Pero solo entró ante Argentina, desde la suplencia, por los octavos de final y demostró que estaba para jugar, porque levantamos el nivel y casi empatamos. Hay que respetar a los técnicos, pero ahora que soy hincha no sé por qué (Giorgian) De Arrascaeta no jugaba. Es el mismo caso. El técnico Diego Alonso no lo puso antes, lo puso ante Ghana, le respondió con dos goles y como que quedó mal”.

Venancio Ramos, otro que disputó la Copa del Mundo en tierras azteca, sostiene: “Con el corazón y la bronca uno dice cosas que no conducen a ninguna parte… Más calmado, me parece que en los tres cobros más polémicos el árbitro estuvo bien. El que sancionó, el de Sergio Rochet, es porque sale en forma imprudente. Menos mal que después se recuperó y atajó. Y los dos que reclama Uruguay, para mí no fueron penales, aunque me quedaron dudas en el de Núñez”.

Alonso, el entrenador, buscaba culpables. “Nos eliminó el penal que nos cobraron ante Portugal, en el tiempo extra, y que la FIFA dijo que no era… Ante Ghana quisimos buscar el tercer gol para mejorar la diferencia, pero el equipo rival también jugaba, porque estaban quedando eliminado. Igual tuvimos varias oportunidades y estuvimos 80’ minutos clasificados”.

La eliminación de Uruguay tendrá varias consecuencias: una de ellas, el adiós de la celeste de una camada que marcó toda una época. “Escuchaba a Diego Godín decir que es el fin en la selección de varios jugadores… Esta generación, por calidad y fútbol, merecía llegar a una final del mundo. El Mundial de 2018 pudo haber estado ahí. Pero siento que tenemos mejor futuro que presente. Hay una generación importante”, reflexiona Ramos.

“Me duele que esta cantidad de grandes jugadores, que nació con el ‘maestro’ Oscar Tabárez, se despida así. Muslera, Godín, Suárez y Cavani merecían otra despedida. Eso me pone triste, muy triste”, se lamenta Barrios.

En un lamento que recorre el cuerpo de tres millones de uruguayos.