Después de días tormentosos, en los que el bloque mayoritario de Blanco y Negro (ByN) aprobó despedir al técnico Jorge Almirón —que no se ejecutó por falta de dinero—, poco a poco vuelve la calma a Macul.

Con la cómoda victoria sobre Cobresal, el equipo albo enrieló una saga de tres victorias y dos empates, que le permites escalar en la clasificación, aun con dos partidos pendientes.

Ayer, el Cacique no tuvo oposición. Fue amo y señor del trámite desde el arranque. Convirtió dos goles, se creó varias más para aumentar y Brayan Cortés apenas ensució los guantes ante lanzamientos de Félix Triñañes y Jorge Henríquez cuando estaba todo resuelto.

En la zona de volantes estuvo la diferencia, sobre todo por el buen trabajo de Vicente Pizarro. Ni siquiera la salida de Claudio Aquino, por lesión muscular, afectó el orden. Arturo Vidal adelantó posiciones y Tomás Alarcón, el ingresado, se metió en la zona de refriega. Cobresal no fue capaz de igualar ese poderío y terminó enseñando su peor presentación del torneo.

“Jugamos muy mal, fallamos en todo. Dejamos una mala imagen”, admitió el técnico Gustavo Huerta.

Sebastián Vegas abrió los fuegos tras un centro de Pizarro y después vino el show de Javier Correa: primero dejó en el camino a Aaron Astudillo con una finta (preciosa asistencia de Vidal) y enseguida con un toque suave que congeló al meta Jorge Pinos (un lujo la habilitación de Lucas Cepeda).

Con el libro escrito, el mismo Cepeda anotó el cuarto mediante lanzamiento penal y celebró besándose el escudo, casi como si fuera una despedida. Udinese italiano asoma como su virtual paradero.

Lo mejor para los blancos es que Almirón encontró el equipo. Envió a la papelera del computador el formato de tres zagueros que tan malos resultados le dio en la Copa Libertadores y está apostando por la clásica línea de cuatro. A eso suma dos volantes defensivos que auxilian bastante y que explican la mejor organización defensiva del equipo.

“En cualquier institución es importante ganar, más en Colo Colo. En las derrotas puse la cara. Tuvimos accidentes deportivos fuertes, pero los asumimos. La suma de partidos ganando es buena. No siempre se gana. ¿Por qué no podía perder yo?”, expresó el DT popular.

Después de la tormenta siempre sale el sol, es la reflexión que recorre los pasillos del Monumental. Pese a un sinfín de contratiempos en la temporada —problemas con los premios, jugadores rebeldes ante ceremonias institucionales y discusiones internas— Colo Colo avisa que está vivo y de pie en la pelea por el título.

Lo dijo ayer en Macul y lo sufrió Cobresal.