Santiago de Chile.   Vie 23-05-2025
0:45

La historia de película de Cristián Zavala antes de regresar a Colo Colo

El primer fichaje de Colo Colo para la temporada 2022 tiene una historia increible: lo echaron del Monumental, durmió tres meses en un colchón inflable mientras era juvenil de Coquimbo Unido, trabajó en una feria vendiendo ropa, fue Uber e incluso garzón. Después de un feliz año en Melipilla, que incluso le permitió ser nominado a la selección, Zavala regresa al primer club de su vida. Increíble
Foto: Photosport
Raúl Neira21 de diciembre, 2021
La famosa “vuelta larga”.

Con apenas 22 años, Cristián Zavala sabe muy bien de qué se trata el camino rocoso. El andar difícil, con incertidumbre.

El cuento nació como nacen todos los cuentos felices: una pelota y el fútbol. “Toda la vida fuimos hinchas de un solo club: San Vicente de Pirque. Ahí comenzó todo. Era puntero, delantero, la velocidad me caracterizaba. Pase largo y a correr”, recuerda. El siguiente paradero fue un club profesional y eligió Colo Colo. Defendió la camiseta blanca desde la Sub 10 hasta la Sub 14.

“Tuve técnicos buenos y uno malo. El malo fue el que me sacó de Colo Colo un día antes del campeonato, por la estatura. Todos mis compañeros saben que fue injusto”, ha repetido sin mencionar quien timbró su salida de Macul en 2015. “En esa época era Gerente Deportivo, así que no fui”, se defiende Juan Gutiérrez. Y agrega: “Es muy común que un chico le eche la culpa al entrenador. Le está pasando la cuenta, claro, pero éste habrá tenido sus razones. Quizás en ese momento no era el chico que es hoy”.

—¿Pudieron ser Claudio Rojas o Miguel Vargas, ¿verdad, Gutiérrez?
“En esos años dirigían ahí... Pero si Zavala salió fue porque no era titular, ni siquiera alternativa. No se explica que lo hayan echado si era un gran proyecto. Quizás le faltaban algunas cosas. Además, no nos podíamos llenar de jugadores, había que hacerle espacio a los nuevos. Pensábamos en no tener planteles largos para entrenarlos bien y los técnicos tienen que tomar decisiones. Muchos se van porque no han terminado su trabajo formativo ni están completamente maduros. Estas pasadas de cuentas hay que leerlas bien. Quizás está sentido y el técnico en ese momento tenía sus razones; en ese momento el jugador no cumplía con lo que se le pedía. A veces te equivocas, a veces no. ¿Qué se fue por chico? Siempre me preocupé que se dieran argumentos cuando echaban a alguien, pero argumentos técnicos. No si eran chicos, gordos o flacos, porque las desvinculaciones son sensibles”.

Zavala era parte de la generación ’99. Iván Morales y Carlo Villanueva son los únicos sobrevivientes que todavía juegan en Colo Colo.

Si Zavala se fue es porque no era titular, ni siquiera alternativa. No se explica que lo hayan echado si era un gran proyecto. Quizás le faltaban algunas cosas Juan Gutiérrez Director Deportivo de ByN cuando se fue el atacante

Sin más remedio que emigrar, buscó suerte en Magallanes, al que defendió durante cuatro años. Hasta que en 2018 otra vez debió golpear puertas. Y partió a Coquimbo. “Me fui el 3 de enero. No había plata para arrendar casa ni departamento. Hablé con unos tíos de parte de mi papá, ‘Caro’ y ‘Tuto’… No los quería molestar ni sacarlos de sus habitaciones, así que les propuse que me prestaran una parte del patio para instalarme con una carpa y un colchón inflable. Así estuvimos tres meses. Vivíamos en Aníbal Pinto con Argandoña”, precisa Zavala.

La vida era durísima: el atacante llegó como juvenil, es decir, no tenía sueldo. Y debía colaborar con algún ingreso. Se levantaba a las 6:30 para buscar un lugar en la feria en la que sus tíos vendían ropa. Antes de partir al entrenamiento, Zavala pasaba puesto por puesto vendiendo alfajores “para endulzar el día”.

Entrenaba con el equipo pirata y de nuevo a la feria. También fue Uber (“hacía seis viajes entre La Serena y Coquimbo, eran buenas lucas) e incluso trabajó de garzón en el Club de Golf de La Serena.

Al tiempo Patricio Graff lo subió al primer equipo y las cosas empezaron a mejorar, aunque el rendimiento futbolístico era una montaña rusa: semifinalistas de la Copa Sudamericana, pero descenso a la Primera B.


“Quería ser profesional y di todo por lograrlo”, vuelve a reflexionar.

Melipilla fue el año de la explosión, dentro y fuera de la cancha. Las entradas económicas mejoraron al punto que decidió invertir en una mini pyme de ropa. Y si bien terminó cuarto medio y estudió un año educación física, su deseo es retomar los cuadernos, pero en algo relacionado con la administración de empresas.

En eso estaba hasta que Colo Colo tocó su puerta: US$ 400 mil dólares por vestirse de blanco y regresar a los pastos que conoció cuando era niño.

Y mientras descansa en Estados Unidos, en donde disfruta sus vacaciones, nuevamente reflexiona: “Sí, la famosa vuelta larga…

Raúl Neira

es redactor de Deportes El Mercurio y especializado en fútbol. Con más de 25 años de carrera, cubrió la Copa Confederaciones de Rusia 2017, la Copa América de Chile 2015, copas Libertadores, sorteos y partidos clasificatorios a la Copa del Mundo.

Relacionadas
A fondo con...