Santiago de Chile.   Mié 18-06-2025
1:35

El amateurismo de verdad: así era el fútbol en Chile hace 100 años

No existían los equipos grandes actuales, Santiago carecía de un estadio como la gente, los cracks estaban en regiones, Viña del Mar cobijaba por primera vez un Sudamericano y la selección tomaba un giro radical contratando un entrenador extranjero, mientras una aguda crisis social y política sacudía el país.
Foto: El Mercurio.
Claudio Herrera de la Fuente08 de septiembre, 2020
Retroceder un siglo en el historial del fútbol chileno, hasta 1920, da cuenta de una escena en la que conviven hitos inéditos, decisiones visionarias, pero también desprolijidades internas en una actividad que no escapaba al orden (o desorden) del país.

Todavía no existían los actuales equipos grandes de Santiago ni tampoco un recinto emblemático: Santa Laura, Campos Sports y el Estadio de Carabineros nacieron varios años más tarde; y menos los campeonatos unificados.

“Ya había asociaciones de fútbol, lo que implicaba varios equipos y torneos, en todas las ciudades más grandes: Valparaíso (1895), Coquimbo (1898), Talca (1901), Iquique (1902), Concepción (1906), Antofagasta (1907), Chillán (1908), Talcahuano (1909), Valdivia (1909), entre otras. En Santiago la principal era la Asociación de Fútbol de Santiago (AFS), de 1903; luego, la Liga Metropolitana. También estaban la Liga Santiago y la Asociación Obrera de Fútbol. Magallanes gana invicto la AFS en 1920 y 1921”, esquematiza el académico Eduardo Santa Cruz.

“En 1920 ya hablamos de un fútbol ‘chilenizado’, porque muchos de los británicos que lo practicaban se enrolaron en la 1ª Guerra Mundial. Una época en que el verdadero deporte popular en el país era el boxeo, que tenía una práctica transversal en la sociedad de entonces. La clase alta lo veía como un pasatiempo del verdadero hombre. El nivel de competencia futbolística era superior en provincia, con equipos como Wanderers, La Cruz y Fernández Vial”, apunta el historiador Sebastián Salinas.

En 1920 ya hablamos de un fútbol ‘chilenizado’, porque muchos de los británicos que lo practicaban se enrolaron en la 1ª Guerra Mundial. Una época en que el verdadero deporte popular en el país era el boxeoSebastián Salinashistoriador

Siguiendo la tendencia de Argentina (1916), Uruguay (1917) y Brasil (1919), hace 100 años Chile fue anfitrión por primera vez del Sudamericano de selecciones, que tuvo como sede única las instalaciones del Sporting Club de Viña del Mar. El parlamento aprobó una subvención de 100 mil pesos para los gastos del torneo, pese a que la tesorería fiscal padecía serios aprietos.

La sociedad chilena, con un analfabetismo que bordeaba el 50 por ciento de la población, vivía momentos muy complejos. “El año 1920 fue particularmente difícil. La reñida elección presidencial que enfrentó a Luis Barros Borgoño y Arturo Alessandri Palma se enmarcó en un ambiente de fuerte desasosiego y conmoción social”, explica Consuelo Figueroa, coordinadora académica de la Escuela de Historia de la UDP.

“El descontento tiene sus raíces en los fuertes contrastes producidos entre la prosperidad de una oligarquía que por años se benefició de la economía fundada en la exportación salitrera y las deplorables condiciones de vida en las que se encontraba la mayor parte de la población. La precariedad de las viviendas, el hacinamiento en espacios insalubres, la difusión de epidemias como la peste bubónica o el cólera, la inexistencia de servicios básicos, las malísimas condiciones laborales y las bajas remuneraciones, entre muchos otros aspectos que incrementaron los niveles de pobreza dieron origen a la llamada cuestión social”, explica Figueroa.

El descontento tiene sus raíces en los fuertes contrastes producidos entre la prosperidad de una oligarquía que por años se benefició de la economía fundada en la exportación salitrera y las deplorables condiciones de vida en las que se encontraba la mayor parte de la poblaciónConsuelo Figueroaacadémica de la Escuela de Historia UDP

“Desde fines del siglo XIX se verificaron importantes explosiones sociales —1903 en Valparaíso, 1905 en Santiago, 1906 en Antofagasta, 1907 en Iquique— que pusieron en entredicho el orden social y político. En los años 1918 y 1919 la Asamblea Obrera de la Alimentación convocó a las marchas del hambre en Santiago y en 1920 tuvieron lugar importantes huelgas como la de Magallanes y la de la zona minera del carbón”, completa la académica.

El ambiente local no merma el interés por el equipo nacional, que tendrá esta vez un valor agregado: los dirigentes contratan al entrenador uruguayo Juan Carlos Bertone. “Es el primer intento de proceso a nivel de selección”, apunta Salinas.

El DT charrúa tenía una prosapia particular. Con físico imponente, exseleccionado en su país, también jugó y dirigió en clubes brasileños. “Bertone fue un referente total en los albores del fútbol uruguayo en la década del 10. Fue pionero en la figura que hoy entendemos como entrenador de fútbol, porque jugaba y dirigía. Fue el primer denunciado de amateurismo marrón (profesionalismo encubierto), porque cobraba por jugar en un época que no estaba permitido. A mediados de 1920 lo contrata la federación chilena. Era un adelantado y dejó legado”, expone Ariel Longo, técnico y escritor oriental.

El arquero Guerrero, conocido como el “Maestro”, era uno de los emblemas máximos de la selección en 1920, año en que jugó su cuarto Sudamericano consecutivo por el equipo nacional. Crédito: El Mercurio

Los cracks, un siglo atrás, competían en provincia. La nómina del Sudamericano da cuenta de aquello. De Valparaíso fue reclutado el meta Manuel “Maestro” Guerrero, Ulises Poirier (La Cruz) y Hernando Bolados (S. Wanderers), mientras el resto llega de la región del Biobío: Aurelio Domínguez, Víctor Varas, Blas Parra ("Artillero de Costa"), Humberto Elgueta, Alfredo France (Gold Cross), Horacio Muñoz (Fernández Vial), Víctor Toro (Unión Atlético) y Ramón Unzaga (Estrella del Mar).

Aunque el diario La Nación advertía de la “conveniencia de modificar el calendario” del certamen para favorecer al anfitrión, lo que no ocurrió, Chile termina otra vez último tras perder con Brasil (1-0) y Uruguay (2-1) e igualar con Argentina (1-1), pero mejora ostensiblemente su nivel.

El fervor por acompañar a la selección, que luce por primera vez la tricota roja, se refleja en las asistencias: seis jornadas con más de 15 mil almas cada una. Trenes abarrotados unen a diario la Estación Mapocho con el puerto.

“El sistema de juego (de Chile) es muy distinto al que hasta hoy se había practicado en el país”, se consoló la prensa de la época.
Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

Relacionadas
A fondo con...