"El borrador que rechazamos los chilenos hace un año era, en el fondo, el octubrismo puesto por escrito, su consumación. El viejo sueño de Allende de realizar una transformación radical del país amparado en la Carta Fundamental se habría hecho realidad".

''Algunos piensan que solo Bachelet podría salvar al país de una amenaza ultraderechista. Antes de eso habría que preguntarse muy en serio si el Partido Republicano puede ser calificado como una agrupación de extrema derecha''.

La pregunta, a propósito de los 50 años del 11 de septiembre de 1973 es: ¿cuándo se agotó la democracia chilena? En otras palabras: ¿el gobierno de la UP era rigurosamente democrático?

''Esta es una comisión “contra” la desinformación y no “sobre” ella, como cabría esperar de una instancia encargada de la investigación científica. Si interviene ese Ministerio, debería ser para financiar proyectos concursables impulsados por el afán de saber y no por comisiones establecidas por La Moneda''.

"En 1973, los socialistas eran los exaltados y fueron desleales con Allende, mientras los comunistas eran el partido del orden. Ahora, en cambio, se han invertido los papeles. En el Gobierno actual, los socialistas ponen la moderación y muestran una fidelidad al Presidente Boric que contrasta con la actitud de los comunistas".

"Los escándalos de corrupción de este Gobierno resultan especialmente chocantes porque se dan en el mundo de los altísimos, de los seres impolutos, y eso hace que su caída sea más estrepitosa".

"Aparentemente, no había en la sala dos personas más distintas que el socialista Miguel Littin y la republicana Beatriz Hevia. Sin embargo, en sus discursos hubo muchos puntos en común. De partida, no exhibieron la más mínima arrogancia, aires de superioridad moral o desprecio al pasado".

"Es muy probable que los republicanos no sean un grupo tan monolítico como se imagina la izquierda. En ellos conviven dos almas, que se expresan en las distintas actitudes ante el proceso constitucional".

"Aparentemente, la admisión del Estado social de Derecho y la cuestión del aborto representan dos problemas insolubles para los republicanos. Sin embargo, se trata de dos nudos que pueden desatarse".

"La derecha funciona mejor con miedo, pero eso no constituye un destino ineluctable. Es necesario saber funcionar con normalidad, lo que significa, entre otras cosas, no pasar por fases bipolares y ser un interlocutor confiable capaz de establecer acuerdos de largo plazo con las fuerzas de la centroizquierda".

''Si a uno no le gusta el Gobierno, debe armarse de paciencia y esperar tres años. Mientras tanto, hay que partir por cuidar a los ministros más sensatos, que ya suficientes problemas tienen con la izquierda más dura''.