La paliza que Universidad de Chile recibió el domingo pasado ante Colo Colo en el clásico, sin duda, la dejó mareada. Y es que apenas tres días después de ese papelón, el cuadro azul repitió en Valparaíso, ante Santiago Wanderers, varios pecados que mostró ante los albos.

El equipo capitalino volvió a entrar dormido y ya en 25 minutos caía por 2-0. Esta vez el verdugo fue el colista del torneo, uno que pasa por su mejor momento, que ahora presiona, pelea todas las pelotas y despliega un fútbol directo, en velocidad, argumentos suficientes para enrielar su cuarta victoria al hilo y superar a un elenco de mentón débil, que extravió el rumbo.

Un casi perfecto primer tiempo fue aprovechado por los dirigidos por Emiliano Astorga. Al minuto, Fernando de Paul había salvado su arco, lo que no pudo hacer cuando Ronnie Fernández lo batió desde el punto penal a los 11’. Una clara mano de Ramón Arias, tras un cabezazo del mismo ariete “caturro”, fue apuntada por el VAR, dando inicio a la nueva debacle universitaria.

Catorce minutos más tarde, Matías Marín aprovechó un mal despeje de Osvaldo González para anticipar a Sebastián Galani, dejar botado con un amague al mismo “Rocky” y cerrar con un zurdazo su lucida maniobra. De Paul volvía a buscar la pelota al fondo de su arco preocupado, pues su equipo no mostraba nada: ni espíritu ni menos fútbol para revertir una nueva pesadilla que empezaba a tomar forma.

Recién a los 44’ vino la primera chance azul, cuando Mauricio Viana le ganó con su achique a Galani. Poco y nada para un cuadro que parecía groggy y aún “pegado” con el desastre vivido hace unos días en Rancagua. Lento e inconexo en todos sus circuitos, solo Marcelo Cañete intentaba algo, pero no bastaba.

En la segunda parte la U mejoró, pero lo hizo en relación a su propio rendimiento, lo que era muy poco decir. Con los mismos intérpretes se posicionó en campo rival, Franco Lobos empezó a desnivelar por el sector derecho azul, lo que se reflejó en una pared con Yonathan Andía que terminó con un centro del lateral y un hermoso taco de derecha de Joaquín Larrivey, para un descuento que encendió la ilusión. Pero no alcanzó. Impensadamente salió Lobos, el mejor estudiantil, y por ese sector llegó un contragolpe de Gabriel Rojas que terminó con un penal del “Tuto”, que el mismo arquero le atajó a Fernández. Los descuentos vieron varios centros buscando un nuevo milagro de Larrivey, el que tampoco llegó.

Lejos de la pelea por el título, se da por descontado que, salvo milagro, Esteban Valencia no seguirá en el cargo más allá de diciembre, pero ese plazo incluso se podría adelantar: tras la debacle en el puerto, en el club analizaron la situación y no descartan anticipar la llegada de un nuevo entrenador, regresando al “Huevo” a su trabajo en las series menores, borrando la reciente ratificación que le brindó la dirigencia.

“El equipo perdió el rumbo en partidos clave. Hay que explorar todos los escenarios”, reconocieron en la concesionaria, luego de la nueva caída. Hoy la U está en zona de Copa Sudamericana, pero la idea era pelear arriba, buscando entrar a la Libertadores, objetivo prioritario para el club y que corre serio peligro.

La nueva derrota no solo golpeó a la directiva, también al propio Esteban Valencia.

“El equipo no entró bien, de vuelta en este partido tras el clásico y eso en el fútbol se paga caro. En el segundo tiempo mostramos una cara muy distinta, con entrega y mucha disputa, como sabíamos iba a ser este partido por lo que se está jugando Wanderers. Nuestro primer tiempo fue muy flojo, no encontramos conexiones y prefiero quedarme con lo hecho en el segundo, pero no nos alcanzó, porque lo que tu regalaste (el primer tiempo), el rival no te lo va a devolver y eso también lo hemos pagado otras veces. Queríamos sacarnos rápido lo que nos pasó el domingo (ante Colo Colo) y no entramos bien nuevamente”, dijo Valencia.

Luego ahondó en lo que padecen: “La actitud hay que modificarla, lo que quedó demostrado en el segundo tiempo con los mismos jugadores. No podemos empezar a jugar desde el minuto 45. Se nos fueron seis puntos en dos partidos. Caímos en un pozo que no esperábamos y debemos salir rápido, recuperar la memoria. Tenemos que fortalecer la parte psicológica, ser capaces de fortalecer la confianza, asumiendo todo lo malo que estamos viviendo. Tenemos que sacarnos rápido estos malos resultados. No queremos que esto se transforme en una constante. Se nos extravió el espíritu para competir, lo perdimos en estos últimos dos partidos".

Finalmente reforzó sus conceptos: "No quiero poner excusas. El rival aprovechó sus oportunidades en la primera parte, nos presionó, asfixió y sacó ventajas. Ese regalo lo pagamos caro. Tenemos que mejorar, no estamos para regalarle nada a nadie. Tenemos que ser intensos, agresivos, eso debemos recuperar”.

En el camarín porteño todo era alegría. "Sorprendimos a la U con mucha presión y velocidad. Fácilmente pudimos concretar tres goles en el primer tiempo y nadie podría haber dicho nada. Esto pasa por la actitud de nuestros jugadores, superamos a un rival difícil. Ellos se vinieron encima en el segundo tiempo, pero los supimos aguantar. Se nos fue un penal, pero fue un triunfo merecido, que debió ser más holgado", dijo Emiliano Astorga, técnico de los caturros.