La insurgencia de un solo futbolista es capaz de resquebrajar la quietud de un club gigante como Liverpool. Más si se trata de Mohamed Salah, cuyo registro da cuenta de 420 partidos en los Reds, 250 goles y 116 asistencias. Por eso el arrebato del egipcio, que no soportó perder la titularidad por tres partidos, todavía retumba en Anfield.

“Me siento traicionado”, fue lo más suave que dijo el zurdo, que rompió su relación con Arne Slot, técnico neerlandés que la temporada pasada logró hacer la transición perfecta después de la era de Jürgen Klopp en Merseyside, ganando el título de la Premier League después de cinco años.

El club activó los protocolos de emergencia ante el escandalillo y la primera decisión fue respaldar al coach y dejar a Salah fuera de la delegación que viajó a Italia.

El resto era ganar, porque el millonario equipo (gastó 482 millones de euros en fichajes en el último mercado) apenas logró cuatro triunfos en los últimos 15 partidos. Y Liverpool lo hizo en San Siro, sorteando un partido bien espeso, de poca enjundia, ante un Inter socavado por la lesiones de Hakan Calhanoglu y Francesco Acerbi. Un penal, largo rato revisado y conversado (agarrón de Alessandro Bastoni a Florian Wirtz), sacó a los ingleses del lodo: anotó el húngaro Dominik Szoboszlai (88’) para sellar el 1-0.

“Está siendo un momento difícil y también lo está siendo para los jugadores. Pero lo importante es que se mantengan como un equipo”, valoró Slot, cuyo equipo llegó al 8º lugar, zona que clasificación directa.

Los jugadores no esquivaron la tensión generada por el artillero africano. El capitán Virgil van Dijk fue al frente: “Obviamente, entre ‘Mo’ y el club, hay cosas que están pasando. Hay consecuencias; él no está aquí hoy para ayudarnos a conseguir los tres puntos. Esa es la realidad, pero no creo que nada cambie en cuanto a nuestro enfoque, nuestra determinación de obtener resultados para el club (…) No creo que sea yo quien deba hablar si alguien tiene que disculparse por algo. Creo que es él quien ha expresado sus sentimientos en los últimos días, y eso es algo con lo que el club tiene que lidiar”.

“Es una situación difícil. Para mí, es uno de los mejores jugadores de este club. Ha sido increíble para nosotros. Pase lo que pase, se resuelve internamente. Estamos todos juntos en el vestuario, y eso se ha podido ver hoy”, aseguró el lateral Andrew Robertson.

El entuerto es tema de portada en Inglaterra. Thierry Henry, gloria del Arsenal, soltó: “Entiendo el ego y la frustración de ‘Mo’... Marca 38 goles y acaba en el banquillo, pero llega un punto en el que debes anteponer el equipo a ti mismo. Tuve problemas con Wenger, con Guardiola ¿Alguna vez me has oído hablar de ello públicamente? Nunca. Protegí al club”.

El Barcelona, con dos cabezazos de Jules Koundé, venció 2-1 a Frankfurt, mientras el Bayern aseguró ante un rival que no pateó al arco porque Sporting de Lisboa (3-1) se puso en ventaja con un autogol de Joshua Kimmich.

Incapaz hasta ahora de recomponer la dinámica del Real Madrid, el técnico Xabi Alonso llega al partido de hoy en el Santiago Bernabéu ante Manchester City en una situación límite. Tras la derrota del fin de semana frente a Celta, el estratega vasco ha sido incapaz de remecer los desajustes que ya le costaron el puesto a Carlo Ancelotti. Un equipo con muchos baches, múltiples lesionados, indisciplinado (sufrió tres expulsiones ante los gallegos), sin intensidad y además su distancia con algunos caudillos del vestuario (Vinicius y Federico Valverde), tienen en la mira al excoach del Leverkusen.

Josep Guardiola, DT de los ingleses, entregó un curioso consejo a su colega en apuros. “Que mee con la suya. Y como no meará colonia, le irá bien. Ya verás. Ya tienen el titular”, dijo el catalán ante los periodistas.