“Sin duda que se hará la trazabilidad a todo esto que pasó con los contagios. El club ha hecho todo para cumplir con los protocolos sanitarios”. Con estas palabras, Rodrigo Goldberg, director deportivo de la U, anunciaba antes del viaje del equipo a Buenos Aires los pasos que seguiría la institución para determinar el origen del brote por coronavirus que dejó a los azules con una docena de jugadores fuera de la revancha con San Lorenzo.

“Esto vino desde el exterior del club. El virus lo propagó el primer caso detectado, eso está claro”, aseguran en la institución, donde tienen la certeza de quién fue el primer futbolista que presentó la enfermedad. En busca de la trazabilidad, una reunión familiar del afectado fuera del Centro Deportivo Azul (CDA) marcaría el inicio del brote.

La diseminación siguió en el camarín con otros compañeros. El protocolo en la U marca que los futbolistas se reparten en distintos vestuarios, con un máximo de cinco personas.

Sin embargo, la propagación fue mayor a cinco. ¿Por qué? En el club estiman un relajo en las medidas sanitarias de un par de contagiados, al compartir una botella de agua y una bombilla de mate. Si bien habían dado negativo en un PCR, estaban incubando la enfermedad.

“El cuerpo médico asume que el primer contagio fue el que origino el brote, luego se tomaron todas las medidas para frenar la escalada de contagiados”, repiten en el club, donde se endurecieron los protocolos. Cuando se supo el primer caso positivo, el cuerpo médico aseguró que se estaba trabajando como si se estuviese en fase 1, pero la realidad muestra que esto no fue suficiente para impedir contagios. En la U ya no hay charlas grupales, los jugadores se bañan en sus hogares y comparten distintos camarines, repartidos en grupos muy reducidos.

El tema llevó a preguntarse si aplicaría alguna sanción a los responsables del contagio. “No es posible, porque si bien la trazabilidad puede indicar que esa reunión familiar, que pudo ser un asado o una comida, llevó al contagio del primer caso del plantel, también pudo recibir el virus en el supermercado o en cualquier lugar público donde haya estado el primer jugador afectado con covid-19”, aclaran en la concesionaria.

En este escenario, el equipo azul regresó este jueves al país, sometiéndose a nuevos PCR, quedando a la espera de los resultados. Así, fueron liberados y tendrán libre este fin de semana.

En lo futbolístico, la eliminación ante San Lorenzo no toca a Rafael Dudamel. Las innumerables bajas por coronavirus le daban margen para que su evaluación sea en el torneo nacional.

En cuanto a los jugadores, en el club aseguran que varios de los juveniles que debutaron “serán potenciados”: Daniel Navarrete (lateral derecho) y Mauricio Morales (volante), por ejemplo, dejaron gratas sensaciones en el cuerpo técnico y la dirigencia.

“Los muchachos asimilaron rápido las instrucciones del cuerpo técnico y respondieron, sin desconocer que igualmente nos dolió esta eliminación. Queríamos clasificar, pero los imprevistos afectaron la planificación”, expuso Fernando de Paul a su llegada a Santiago.

La directiva azul intentará traer un lateral izquierdo, pues Dudamel asume que esa plaza no está cubierta. La presentación universitaria en el Nuevo Gasómetro, además, acelera la búsqueda de club para Jimmy Martínez (Huachipato lo quiere) y Nicolás Guerra (en Ñublense es opción), pues no son prioridad para el campeonato chileno.