Sin duda que Shai Gilgeous-Alexander ha llevado sobre sus espaldas la responsabilidad de Oklahoma City Thunder durante toda la campaña. Y se ganó ese derecho como MVP de la temporada regular, como principal arma ofensiva del mejor equipo de la temporada.

Sin embargo, en la noche del lunes, pese a que sus números igual destacaron (31 puntos y 10 asistencias), los focos recayeron en Jalen Williams, que sumó 40 canastas, su mejor rendimiento en postemporada. Entre ambos fueron decisivos para solventar un triunfo por 120-109, que desnivela la serie y que deja al quinteto a un triunfo de conseguir su primer anillo (en 1979, cuando se llamaba Supersonic, estaba radicado en Seattle y tenía hasta otra hinchada, la franquicia ganó la liga), hito que podría timbrar mañana, en Indianápolis, o el domingo en casa propia.

“Mentiría si dijera que me había imaginado haciendo lo que hice. No pensé que sucedería tan rápido”, admitió Williams, que con 93 puntos en los últimos tres partidos presenta su candidatura para ser el MVP de las Finales.

Indiana, además, tiene otro problema, pues su gran figura, Tyrese Haliburton, sufrió una lesión luego de una caída en el primer cuarto del partido y terminó con apenas cuatro puntos. Hoy se someterá a exámenes para determinar la cuantía de su lesión y si podrá estar presente en el sexto duelo, en casa.

“Si puedo caminar, estaré”, prometió el alero.

De todos modos, los Pacers, que no tienen ninguna corona y que la olieron en la final de 2000, que perdieron ante los Lakers, pretenden mantener la tendencia, que no los tenía como favoritos en sus llaves de playoffs y fueron deshaciéndose sucesivamente de Milwaukee, de Cavaliers —el mejor equipo de la temporada regular— y de los Knicks.

“Es un equipo con una defensa muy intensa, muy agresiva en el buen sentido de la palabra. Por eso tienen transiciones rápidas, no usan tanto el reloj de posesión y funciona”, analiza el periodista especializado Víctor Flores.

“Muchas veces Haliburton no ha estado en plena forma, pero aparecen Pascal Siakam u otros, porque es un equipo que tiene muchas armas, no solo una. Por eso, es tan normal que haya remontado tantos partidos que perdía por 12 o 15 puntos, porque mantiene la intensidad y tiene muchas armas”, sostiene el analista.

Oklahoma City, en tanto, aunque tiene al mejor jugador de la liga, también sostiene un estilo más colectivo, diferente al que LeBron James (en Cleveland, Miami o Lakers) o Stephen Curry (Golden State) guiaron en los últimos años.

“Es el mejor jugador de la liga, sin duda, pero no es un Michael Jordan que arrastra a un equipo a ser campeón. Necesita un equipo sólido, un plantel largo, con variantes. Y Shai cuenta con ese juego colectivo”, describe Flores, que alaba la conformación del Thunder.

“Es un equipo que se reconstruyó luego de la partida de (Russell) Westbrook, (James) Harden y (Kevin) Durant, que llegaron a las finales pero no fueron campeones. Ahora, hicieron grandes picks en el Draft y así crearon un cuadro nuevo. Más allá de lo que pase en el sexto o séptimo partido, Oklahoma tiene un equipo para llegar a las próximas cinco finales de conferencia, porque es muy joven”, dice.

Y aunque en Estados Unidos se busque la figura con mayúsculas, en esta liga, al menos, se coronará el mejor equipo.

“Es una final para quienes nos gusta el básquetbol colectivo. Es la definición más FIBA que podría haber”, sintetiza Flores.