Santiago de Chile.   Vie 05-12-2025
19:26

Los cracks que irrumpen batirán todos los récords, ¿eso los hará mejores que las estrellas que los antecedieron?

Erling Haaland se transformó en el artillero que menos partidos necesitó para alcanzar el centenar de conquistas en la Premier League, mientras Kylian Mbappé llegó a los 400 goles con 26 años, registro donde superó a Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. ¿Los futbolistas de la vanguardia actual son los mejores de la historia o las métricas exageran el legado? El debate entre un fútbol “norteamericanizado por los datos”, ratios y el talento genuino. "El dato deja de ser accesorio y pasa a ser central. Crea la sensación de que estamos viendo historia en tiempo real", vislumbra un experto.
Foto: Associated Press.
Claudio Herrera de la Fuente04 de diciembre, 2025
Nunca nadie demoró menos en llegar a los 100 goles en la Premier League. Erling Haaland, el martes pasado frente a Fulham, alcanzó el centenar de conquistas en 111 jornadas, superando el registro de Alan Shearer, que necesitó 124 cotejos para alcanzar esa cifra de aciertos.

El gol convertido por Lionel Messi a Angola (2-0) en el amistoso disputado en Luanda durante la última fecha FIFA tiene peso propio en la estadística dura. El rosarino estiró a 115 tantos su registro en la selección, 57 de ellos convertidos después de los 30 años, un apartado inédito para jugadores mayores de tres décadas.

En esa misma ventana internacional de selecciones, el francés Kylian Mbappé alcanzó 400 goles con apenas 26 años, tarea que no consiguió Messi ni su némesis, Cristiano Ronaldo. Récord a la vista y al archivo. Suma y sigue.

La era de Messi y del portugués, que entre ambos suman 13 cetros de Balón de Oro, asoma engrosada por la estadística de dos deportistas insaciables, que de no mediar una catástrofe en la Copa del Mundo 2026 serán los primeros en disputar seis mundiales. “Es curioso que al acercarse su fin, nos preguntemos cuál será la próxima rivalidad equivalente a la de Messi y Cristiano. Como si ese tipo de rivalidad fuera algo natural. Pero nunca antes existió otra igual”, manifestó el escritor inglés Jonathan Wilson cuando ambos jugadores no fueron nominados al Balón de Oro después de 21 años.


¿Estamos en la época de los mega cracks o la estadística desmedida se encarga de exagerar la dimensión de éstos?

“Estamos norteamericanizando el fútbol en el sentido de los datos, que ya son excesivos”, explica Jorge Barraza, autor de múltiples publicaciones sobre la bitácora del fútbol sudamericano. “Hay datos que son importantes, que ayudan a entender cosas de un partido, pero muchos otros son irrelevantes, algunos récords también lo son, eso está tapando el juego. Un buen ejemplo es lo de Cristiano Ronaldo y Messi, se los mide por cifras cuando son dos jugadores completamente distintos: Messi es 10 mil veces más que el portugués porque es sensacional en el juego; se les busca enfrentarlos desde la estadística, porque desde el juego mismo es imposible, se exagera un poco”, opina el periodista argentino.

“Veo con distancia el tema de los récords, no me gustan. Jugadores buenos hubo siempre, yo partí con Pelé y me volví loco, después el Brasil 70, ahí Gerson era una locura (…) Después Cruyff, Maradona. Está Elías Figueroa, todo lo que le puedan decir de lo bueno que era Elías es poco. Todavía miro a Ronaldinho en Youtube. El chico Lamine Yamal tiene clase. El caso de Messi es especial, es como un marciano que cayó a la tierra, no parece humano, hace cosas que no son normales: dribbling, definición, sus pausas son increíbles, y me gusta que haga todo eso desde la fragilidad que irradia el jugador bajito”, juzga Roberto Hernández, extécnico de la U y Colo Colo.

El noruego Erling Haaland, que se prepara para jugar su primer mundial, suma 332 goles a los 25 años. Demoledor. Foto: Association Press.

Prosigue el entrenador chileno: “Ahora la diferencia es que los cracks juegan hasta edad avanzada, a los 38 y 40 años están activos; la cantidad de partidos no me gusta, es un exceso que molesta y hace daño, hoy juegan tres veces más que en los años 60. (Erling) Haaland me impresiona, con la fineza que le pega a la pelota, casi con desprecio, es gigante pero se desplaza con una armonía de alguien que pesa 60 kilos. Hoy se juega más rápido, porque hay mejor técnica, mejores canchas y la indumentaria ayuda. Pero pasa que el nombre del nuevo récord se hace más imperioso que la necesidad del juego, ya el problema no es si es mejor o no, el tema es quien suma más récords”.

El brasileño Leonardo Miranda, analista de rendimiento de la CBF, desgrana la interrogante: “Cuando pienso en la era Messi–Cristiano, veo que coincide con un momento en el que el deporte entero dio un salto tecnológico. Preparación física, análisis de datos, entrenamiento mental, biomecánica y recuperación avanzaron tanto que los atletas de élite, en todas las modalidades, empezaron a batir récords con frecuencia. Lo que antes era privilegio de fenómenos se volvió rutina en Juegos Olímpicos y Copas del Mundo. Ese escenario cambia la narrativa. En el fútbol, el dato deja de ser accesorio y pasa a ser central. Gol, sprint, presión, expected goal, todo entra en el espectáculo y crea la sensación de que estamos viendo historia en tiempo real. El mito se construye por acumulación numérica y por la claridad estadística de lo extraordinario”.

“Una persona sabia una vez me dijo ¿por qué Messi y Cristiano son tan buenos? yo recurrí a lugares comunes, respondí ‘hacen muchos goles’, me dijo 'no'. Definen bien, no; gambetean, no; esta persona me respondió ‘son buenos porque juegan todos los partidos’”, detalla Marcelo Raya, técnico y kinesiólogo que trabajó en el área metodológica de Audax, San Luis y La Calera, enseñando una mirada que abre el prisma.


“Es eso, ahí está lo sustancial, además de ser muy buenos técnicamente, tienen hábitos para vivir en la alta competencia, y logran extender sus carreras a edades que hace una década era impensado. Y pasa con la gente de a pie, personas de la tercera edad que siguen hábitos saludables, gimnasio, cuidan la alimentación, los ultraprocesados, el azúcar y el incentivo que logran en la calidad de vida es exponencial. Los jugadores top hacen todo eso y lo acentúan, con ayunos intermitentes, gimnasio preventivo, dormir las horas justas, evitar la exposición excesiva pantallas, el tema de la luz blanca, también del grounding y pies sobre la tierra, hay evidencia científica sobre ello. Marcos Llorente hace poco contó sus cuidados y lleva 40 partidos ininterrumpidos, una barbaridad. Cuando esa mentalidad se junta con talento pasan cosas extraordinarias. Trabajé como director metodológico en Newell’s y estoy convencido que el corte de los que llegan arriba no lo propone el talento, el corte está en esa consistencia del hábito, cuidarse todo el tiempo. Eso es Messi, Cristiano, pero hay cien más así: Modric, Rodri, Valverde, Casemiro, (Matty) Cash, el lateral del Aston Villa que hace todo bien”, enseña Raya desde España.

Aunque el fútbol moderno convive con “plataformas que convierten cada gesto en un número”, según Gabriel Calderón Pellegrino, director de la Escuela Universitaria Real Madrid, “existe un riesgo: reducir a estos jugadores a una interpretación puramente estadística puede empobrecer la lectura completa de su rendimiento. Ni Messi ni Cristiano, y tampoco Haaland, son únicamente la suma de goles, ratios o récords. Hay un impacto emocional, estético y competitivo que trasciende cualquier métrica y que explica por qué se convierten en figuras de época. La esencia del juego, el cómo y no solo el cuánto, sigue siendo determinante para entender su legado”.


“Por otro lado”, prosigue Barraza, “los récord están y son reales, Haaland acaba de hacer 16 goles en ocho partidos de la eliminatoria europea, que bien sabemos es una competencia desigual, te ponen en el grupo un rival fuerte y cuatro débiles, te toca Luxemburgo, San Marino y Gibraltar, y un tipo como el noruego les hace cinco de local y cuatro de visita, así suma mucho. Pero el formato siempre fue así y récords no se rompían antes. Los jugadores actuales tienen un gran mérito porque el fútbol es mucho más rápido, y se enfrentan a dos conceptos que antes casi no estaban: la presión y la intensidad, y los tipos siguen haciendo un montón de goles. Haaland es extraordinario, puede definir de 50 maneras diferentes: de cabeza, corriendo, con los dos pies, con un toque suave o reventando el arco, pincha la pelota, tiene una solución para cada jugada que se le plantea”.

Miranda, columnista de Globo Esporte, remata con lucidez: “Mbappé y Haaland ya nacen en este contexto. Para ellos, romper marcas no es una consecuencia natural del juego, es parte del entorno. Son atletas formados en un tiempo en el que la performance extrema es norma y el récord casi se vuelve un producto del sistema”.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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