Mario Salas: “Un Mundial Sub 20 no es parte de un proceso formativo, es un torneo para competir e ir a ganar”
El técnico que dirigió a Chile en el evento juvenil de 2013 en Turquía (cuartos de final) fija su posición respecto de la misión a cumplir en este certamen. “Si después salen jugadores al exterior y pasan a la adulta, mucho mejor, pero el gran objetivo a este nivel es vencer”, remarca. Reconoce que le “encantaría” dirigir la Roja absoluta y asegura que en Chile siguen saliendo buenos jugadores de milagro. Advierte un cambio de paradigma en el fútbol que se viene. “Se está pasando de una marca zonal a una individual muy agresiva, algo que rompe mis esquemas”, enseña.
Acepta la charla porque reconoce que durante este receso obligado, tras dejar Temuco en mayo, le “agrada” conversar con distintos estamentos: colegas, analistas, dirigentes y periodistas. “Así trato de entender lo que piensa su rubro”, justifica Mario Salas a través de una videollamada desde Limache.
—Buena parte del periodismo, cuando su carrera iba en ascenso, pensaba que la selección y usted se cruzarían. ¿Está dentro de sus planes?
“Me encantaría dirigir la selección, ya lo hice a nivel Sub 20 y fue hermoso, creo que es el objetivo de cualquier técnico, pero no depende de uno, Dios sabe dónde nos pone. Creo que siempre debe estar la opción de un técnico chileno, porque la vivencia, el conocimiento del medio, de la cultura del jugador, eso es un plus, no hay nada mejor que un DT de acá. Lógicamente si traes un técnico de afuera como Marcelo Bielsa lo aplaudimos todos. Entrenar al futbolista chileno es muy distinto a hacerlo con uno de otro lado. Como que está instalado que en los grandes desafíos de este país, ya sea selección o clubes grandes, no puede haber un DT chileno, no debe ser así”.
—En algún momento aseguró que el fútbol chileno era de baquelita. ¿Usted ve una crisis estructural o los problemas son los que siempre ha tenido la actividad a través de su historia?
“Lo dije, hablé de un castillo de naipes, lo que pasa es que antes lo tapábamos con la selección; esto tiene que ver con el formato de campeonato, fixture, organización, formación del futbolista chileno... Eso sigue siendo igual que hace 20 años. El fútbol chileno se ha desarrollado por generaciones que han sido buenas, imagínese que hablamos de la ‘generación dorada’, no hubo proceso formativo que impulsó aquello. Nuestro fútbol no responde a un proceso, y obviamente tiene que cambiar, porque por muy bien que le vaya a la selección, ya sea en la Sub 20 u otra, no responde a la realidad de nuestro fútbol. Aquí jugamos 30 partidos en el año, 36 ahora con la Copa Chile, ¡36! Ahora paramos un torneo cuando faltan siete fechas y les damos vacaciones a los jugadores faltando dos meses para tomar las vacaciones reales; aquí pasan cosas de otro planeta y no se toman en cuenta, seguimos teniendo temor a tener un banquillo de 20 jugadores. Un torneo con mayor cantidad de partidos permitiría tener planteles más amplios y con más calidad de jugadores, el Fútbol Joven cada vez se empobrece más y se juega menos, no se hace nada por mejorar las cosas. Muchos equipos en inferiores no tienen nutricionistas y después nos sorprendemos que los chicos llegan con medidas antropométricas malas a la selección”.

Rossel seduce a Mario Salas, lo mismo el arquero Sebastián Mella y Lautaro Millán, entre otros. “El equipo tiene una forma clara de jugar, pero lo vi muy presionado”, dice el estratega. Foto: ANFP.
—Entonces es un milagro que sigan saliendo jugadores.
“Es un milagro, uno ve lo de Lucas Assadi, genial; Darío Osorio lo mismo y en algún momento nos encargábamos de aportillarlo, esos muchachos son fruto de la resiliencia, son ejemplos de vida”.
—¿Qué otro apareció?
“Me encanta (Francisco) Rossel, le va a dar mucho a Universidad Católica, Flavio Moya que lo tuve en Ñublense. Después Agustín Arce, Esteban Matus, (Francisco) Salinas en Coquimbo, (Benjamín) Chandía siempre me ha gustado, (Rodrigo) Godoy de O’Higgins es buenísimo, ahí está (Joaquín) Tapia también; Palestino sacó a (Iván) Román y (Ian) Garguez. Está (Kevin) Contreras en Unión. Siempre van a salir porque somos un país que nos gusta jugar fútbol”.
En días de Mundial Sub 20, Salas admite que el torneo de 2013 en Turquía le trae gratos recuerdos, “desde que clasificamos en el Sudamericano, donde fuimos una de las mejores selecciones. Para el Mundial nos fuimos un mes antes a España y nos preparamos de gran forma, con buena logística, fue algo hermoso”.
—¿En un Mundial Sub 20 el objetivo es competir y obtener resultados o proyectar jugadores a la mayor? ¿Qué es lo prioritario?
“La Sub 20 tiene que ver con algo mucho más competitivo, para mí es ganar, un Mundial Sub 20 es casi un Mundial adulto. Un Mundial Sub 20 no es parte de un proceso formativo, es un torneo para competir e ir a ganar, después si salen jugadores al exterior y pasan a la adulta, mucho mejor, pero el gran objetivo a este nivel es ganar. No puedo pensar que estoy proyectando jugadores, lo ideal es que pase, después la selección adulta es lo mejor que hay en su momento, y si en ese momento hay 15 jugadores de 20 años en gran nivel irán a la selección, y si hay 15 tipos de 40 años en buena forma irán también. La mayor se nutre de los rendimientos superlativos que tienen los jugadores en su momento. Esos momentos cambian de un año a otro, no porque un jugador haya logrado cosas antes debe estar, la selección es actualidad”.
—Se discute de intensidad, porcentajes de grasa, pliegues, masa muscular... ¿Equivocamos el debate?
“Me parece que eso tiene que ser parte del análisis, porque como técnicos nos damos cuenta de que las medidas antropométricas son modificables y tienen que ver con hábitos y formación. No podemos querer que el chileno sea de 1,90 de estatura, pero entiendo a Nicolás (Córdova) cuando lo dice, porque tiene que ver con el nivel formativo. Podemos tener un jugador más rápido si pesa 2 o 3 kilos menos, con más kilos de músculo va a tener respuestas distintas de potencia, evidentemente. El debate va por ahí, pero no hay que centrarse en eso, también debemos entregar una metodología de trabajo que genere jugadores que se adapten a diferentes situaciones del juego y sean capaces de tomar decisiones rápidas y eficientes. Eso tiene que ver con algo táctico y psicológico también, es un trabajo íntegro”.
“EQUIPOS Y JUGADORES FLEXIBLES”
El viñamarino vive la segunda pausa larga de su carrera. “La otra fue cuando salí de Huachipato, pero no recuerdo haber consumido tanto fútbol como ahora, me compré una aplicación y miro todo: liga de Ecuador, Colombia, Brasil, Perú, Argentina, la Champions (…) Estoy siguiendo de modo especial a Bayern y a Flamengo, mirando sobre todo la organización defensiva, el pressing que hacen, cómo se reorganizan después de una pérdida y me han encantado”.
—Vincent Kompany (DT de Bayern) y Filipe Luís (de Flamengo) están marcados por el juego posicional.
“Sí, pero me estoy fijando más en lo defensivo, veo una cierta tendencia, que lo mostró también PSG ante Barcelona, de pasar de una marca zonal a una marca individual muy agresiva, a partir del posicionamiento zonal, es un cambio de paradigma en ello. Pasa por un tema cultural también, que las formas de jugar se respetan a rajatabla: si se sale jugando se insiste, es una convicción, lo que no pasa en nuestro país, porque si nos presionan arriba, ya a la segunda salida jugamos largo. Veo cosas que me gustan y rompen mis esquemas, siempre he sido un admirador y convencido de que la marca zonal es lo mejor, pero lo otro (persecución individual) lo estoy analizando”.
—Vitinha, Zaïre-Emery y Fabián Ruiz perseguían individual a los tres medios del Barcelona, y es el mejor equipo de la actualidad.
“Exacto, y pasa que se cambian las zonas en esos seguimientos, en el Bayern por momentos el lateral izquierdo va como volante por el otro lado persiguiendo, el extremo termina de lateral, el defensa central a veces sobrepasa la línea de volantes sin temor, son cosas muy buenas. Está jugando (Harry) Kane y por detrás suyo (Serge) Gnabry que es otro delantero, el inglés se recoge, enrocan posiciones o los extremos se cierran, es muy seductor”.
—Varios equipos apuestan por el 4-2-4 y se parten.
“Es que el sistema de juego se pierde. Entiendo lo que me dices, pero los grandes equipos hacen que las distancias se acorten mucho, los bloques casi no se separan, en Europa defienden todos y el ‘9’ está cerca del área propia en la fase defensiva, son 25 metros o menos entre el zaguero y el ‘9’, un bloque defensivo muy estrecho; en el fútbol nuestro el ‘9’ no baja tanto para ser parte de esa organización defensiva, queda descolgado”.
—¿En esa densidad el espacio entre líneas casi no existe?
“Pero siempre está, está en la inteligencia de los jugadores el ocupar esos espacios diminutos en zonas intermedias. Miraba a Manchester City y (Jeremy) Doku, que hasta el año pasado iba siempre por las bandas, ahora veo que aparece en posiciones intermedias, entre líneas, imagino que ahí hay algo táctico, y como son tipos capaces de controlar en muy pocos metros generan cosas; hay una serie de movimientos para ocupar esos espacios, con meter a los laterales por los carriles internos”.
—El City ante Arsenal se defendió sin asco, y promedió 33% de posesión. ¿Hacia dónde va el fútbol?
“Imagino que Guardiola entiende que el City no es el mismo de antes, hay un proceso de reinvención del equipo, se debe adaptar a situaciones distintas ante rivales que ahora lo superan en el juego, pero no tiene que ver con una renuncia a algo, más lo veo con sumar herramientas. Estas flexibilidades tácticas son entretenidas, es rico ser dominador, pero también hay que adaptarse al juego, eso tiene que ver con toma de decisiones, tener la lectura de lo que requiere el partido, eso se logra con jugadores pensantes y técnicos que los estimulen. El fútbol va hacia equipos y jugadores más flexibles y adaptables a lo que va sucediendo en el juego, se pide capacidad de improvisación al futbolista”.
—¿El modelo de juego lo es todo?
“Es que el modelo es mucho más amplio, tiene que ver con objetivos, ideas, hay una columna vertebral que es intransable y tiene que ver con tu visión, tu esencia, lo que buscas de tu equipo y en base a eso viene lo demás, esa capacidad de adaptar. Yo pregono la posesión e ir hacia delante, es una idea firme, un principio intransable, pero en algún momento puede que sea más directo por una situación del juego, me puedo defender más atrás, pero la idea de tener la pelota e ir al frente está siempre, yo preparo al equipo para eso”.
—¿En el torneo chileno ve cosas buenas?
“Aprendo mucho de Coquimbo, es espectacular lo de Esteban (González), es un equipo que hace todas las cosas bien, juega construido, juega directo, es bueno en las transiciones, su táctica fija es poderosa, es un equipo completo. Y sigo a Universidad de Chile, me considero un seguidor de Gustavo Álvarez, esa línea de tres con (Fabián) Hormazábal, los principios ofensivos para generar juego, tiene volumen por dentro y por fuera, aprendo mucho”.
“Al final los equipos son detectables”, profundiza Salas, “nombré a los dos mejores equipos del torneo, que no tienen una sola fórmula, pero por sobre todo está el rendimiento de los jugadores, que es la gran virtud que tiene un técnico, porque todos los entrenadores tenemos casi las mismas ideas, la diferencia es cómo plasmas lo que quieres en el campo de juego, ahí está en cómo convences y le llegas al jugador. El DT que le saca el mejor rendimiento a los jugadores de turno es el que tiene una capacidad distinta. Uno sabe cómo juega la U. Dices ‘hay que taparle a (Marcelo) Díaz, (Charles) Aránguiz y (Javier) Altamirano’, armas un dispositivo para eso, pero lo que después hace la diferencia es el talento, si Altamirano juega de primera y resuelve, te inclina la balanza, eso tiene relación con el talento”.
—El “Chino” González dice que aprendió a jugar fútbol ya grande cuando lo dirigió usted y que ahí le despertó sus ganas de ser DT.
“Es algo hermoso que lo diga, yo tengo una vocación de profesor adentro y además soy cristiano, me gusta servir, provocar y transformar, eso tiene que ver con el crecimiento de las personas que dirijo, es como una misión cumplida. No tiene un valor económico, es un valor espiritual, es sentir para lo que yo me dedico, lograr que el jugador se apasione y pueda rendir a grandes alturas. Y cuando no lo logro me genera decepción, siento que no fui capaz de llegarle a la persona”.

Claudio Herrera De La Fuente
es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.