Santiago de Chile.   Lun 19-05-2025
4:01

La U brinda una cátedra copera y se acerca a los octavos de final

Un 4-0 categórico sobre Carabobo en el Estadio Nacional. Aunque el local logró una diferencia enorme en el juego, los goles llegaron a través de los balones detenidos, convertidos por Matías Sepúlveda, Charles Aránguiz, Matías Zaldivia e Israel Poblete.
Foto: EFE.
Equipo Deportes13 de mayo, 2025
Una noche para clavar banderas y empezar a curtirse en la Copa Libertadores. Una victoria llena de alcurnia, porque Universidad de Chile llegó a tocar las mejores melodías de su repertorio, con acordes difíciles de sacar en esta competencia. Los octavos de final, una meta que el cuadro azul no logra desde 2012, están a la vista.

Para ganar hay que atacar, es la lógica que mueve las entrañas de Gustavo Álvarez. En la noche del martes hubo ataque total, desbocado a ratos, casi un grito otoñal al aspecto más esencial de este juego: ir encima del arco rival.

El local deformó su dibujo de base para llevar al rival a un escenario agobiando, instalando hasta cinco hombres en la ofensiva, un detalle posicional que terminó por oprimir el entramado de la visita.

Fabián Hormazábal en la primera parte casi nunca fue tercer zaguero central, tampoco volante, fue un extremo lanzado que ampliaba la cancha con sus desmarques. Lo mismo hacía Matías Sepúlveda al otro lado. “Maxi” Guerrero jugaba como un “8” adelantado entre zaguero y lateral rival, mientras por el centro fijaban marcas Rodrigo Contreras y Leandro Fernández. Cinco atacantes. Javier Altamirano entre líneas, un eje con dos volantes y dos defensores.


“Desde lo táctico necesitábamos dos centrales porque ellos tenían un punta y nos faltaba un hombre más en el medio y en ataque, esa fue la función de Fabián”, analizó el técnico en la trastienda.

Un volumen difícil de resistir, porque además la U movió la pelota con cordura, encontró a Altamirano cerca del área, mandó en los duelos y le dio velocidad a la circulación. Un Carabobo desbordado. El registró anotó un 78% de posesión, cinco tiros al arco y ninguno del rival.

El conjunto chileno abrió la bóveda con una bomba del “Tucu” Fernández a la media hora. El meta Lucas Bruera, que luce cartón de abogado, pero que ayer mostró su peor versión deportiva, le regaló el poste izquierdo al pateador y confió en una barrera escuálida de dos hombres que además se abrió ante el remate del zurdo. Una sutileza que se gritó a rabiar en Ñuñoa.

El marcador se quedó corto en la primera mitad: Matías Zaldivia lo tuvo de cabeza en un córner y también Altamirano con un zurdazo.
Tras el descanso, el “Chuncho” siguió machacando, con algunos retoques, porque retiró gente de los últimos metros y la fue lanzando por oleadas. Antes de los 5’ ya había tentado la suerte con tres remates de gol.


La jornada era una pesadilla para el conjunto venezolano, porque los azules no soltaron nunca el mando. Fue paliza de principio hasta el final, pero el marcador recién tomó forma en la última media hora, otra vez con balones detenidos, casi un capricho para un colectivo que este martes exploró escenarios de un juego macizo y alentador.

Una mano del Carlos Ramos al barrerse ante una arremetida de Altamirano fue denunciada por el VAR y Charles Aránguiz no falló de penal, en su tercer gol en el certamen. Carabobo no tenía respuestas y se arrastraba esperando el fin del castigo, abultado en dos lanzamientos de esquina sobre el arco norte: Zaldivia acertó tras un pivoteo de Guerrero e Israel Poblete hizo lo propio después de una intervención de Nicolás Guerra.

“Por suerte salieron los goles, logramos una diferencia que pocas veces se da en este tipo de torneo, creo que hicimos un gran partido”, valoró Aránguiz.

Triunfo gigante, salvo por la suspensión de Zaldivia para el juego final ante Botafogo en Río, tan grande como la ovación a Aránguiz cuando fue sustituído, porque la U se acercó a octavos de final, trámite que puede quedar sentenciado si Estudiantes vence hoy a los brasileños, y porque demostró que en la Copa Libertadores también se puede atacar mucho y jugar. Y muy bien.

GUSTAVO ÁLVAREZ: “EL EQUIPO TRANSMITIÓ PASIÓN”


En los túneles del Estadio Nacional hubo cuentas felices. “El equipo hizo lo planificado, mantuvo la intensidad del juego y el orden táctico durante todo el partido, fuimos dominadores ampliamente y tuvimos muchísimas situaciones de gol, contra ninguna del rival, el resultado es un justo premio. Tras la derrota (ante Estudiantes) tenía la certeza de que este grupo se levanta muy rápido, lo que hace el equipo es importante, pero más lo es lo que transmite: el equipo transmitió pasión y determinación, que es lo que más contento me deja”, valoró el técnico Gustavo Álvarez.

“Ahora nos preparamos para una nueva final en Brasil y el resultado de mañana (miércoles entre Botafogo y Estudiantes) ya no depende de nosotros, veremos lo que pasa, pero nos vamos a preparar para ganar en Brasil”, agregó el entrenador, que celebró el nivel de Javier Altamirano. “Me gustó porque lo puede sostener, él necesitaba una actuación así en la Copa Libertadores”.

Matías Sepúlveda también celebró: “Sabíamos que era un partido muy difícil y pude convertir. Teníamos la convicción de que sería para nosotros, vamos a esperar el resultado de Estudiantes, pero estamos enfocados en nosotros”.

Matías Zaldivia lamentó la amonestación que lo priva de la jornada final. “Me quería matar, era una jugada evitable (falta a Edson Tortolero)”, dijo el zaguero.



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