Santiago de Chile.   Mié 21-05-2025
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Lucas Bovaglio, DT de Palestino: “El fútbol chileno se puede mejorar aumentando la intensidad de los entrenamientos, que la cabeza del jugador sea más competitiva”

El entrenador del equipo de colonia lucha por devolver al club árabe a copas internacionales. Elogia la capacidad técnica del futbolista nacional, pero también habla de sus carencias: “Ser jugador profesional no es tener piernas depiladas, los brazos tatuados, un perfume importante o un auto de alta gama”. Reclama mayor mentalidad competitiva y habla de la pasión por competir y mejorar. Iván Román, el juego, Maradona, Guardiola también aparecen en el tintero.
Foto: Photosport.
Claudio Herrera de la Fuente19 de octubre, 2024
Advierte que la pasión es la piedra angular del oficio. Lucas Bovaglio, técnico que lleva casi cuatro meses al mando de Palestino, reafirma con largueza durante la entrevista que no miente. El vínculo con Atlético Rafaela, el club de su ciudad natal, retrata la médula de su vida.

“Viví todo lo que puede aspirar un hincha: ir a la cancha de niño, colgarme del alambrado, jugar en todas las categorías menores, debutar en el primer equipo, hacer un gol que valió un campeonato y llegar a ser técnico ahí. Mi papá siempre me inculcó el amor por club, él viajaba miles de kilómetros para ver a su equipo y también para ver a su hijo, él me decía que el círculo se cerraría cuando yo fuese entrenador del club. Y pasa que debuté como DT un viernes en la noche en Jujuy, pero dos horas antes del partido él padece un ACV, tenía 83 años, le faltaron dos horas para verme como entrenador. Ese día ganamos y volvimos a la mañana siguiente a Rafaela, me fui a la clínica, le apretaba la mano y decía ‘ganamos papá’, no hubo caso, partió cuatro días después. De él heredé el amor por el club. Si hasta me casé en las instalaciones de Atlético Rafaela”, precisa.

Tenía siete años cuando el título mundial de Argentina en México 1986 le despertó las ganas desbocadas por ser futbolista y dejó de lado el basquetbol, hasta ahí su deportes de cabecera. Vibró con Maradona y gritó el gol de Jorge Burruchaga en la final con Alemania. La vida quiso que su primera experiencia como técnico fuese como ayudante de “Burru”. “Nunca se lo dije a Jorge”, confiesa.

“Yo soy Maradoniano”, aclara Bovaglio y narra uno de sus días más felices: “El día que lo conocí casi me muero, fue en un hotel en Venezuela, yo jugaba en Maracaibo y Maradona fue a dar el puntapié inicial de un torneo Sub17 (2005). Contacté a las personas que lo llevaron para poder sacarme una foto, me dijeron olvidate, quizás en en el hotel, pero estaba difícil. Comento eso en el club y todo el plantel partió al hotel para ver la posibilidad de saludarlo. Recuerdo que con los compañeros argentinos llegamos a la puerta de su habitación y nadie se animaba a golpear, al rato nos gritan desde adentro ‘pasen cagones’, era Diego, estaba solo, recién operado de un bypass gástrico, él nos conocía a todos por nuestros nombres, fue increíble, se sacó fotos con todos, firmó camisetas, con vergüenza le dijimos que afuera estaba todo el plantel, dijo que pasen todos y nos atendió, un ser humano extraordinario que lamentablemente se enfermó”.

Bovaglio pretendía ser volante central, pero Gustavo Alfaro le advirtió que solo como defensor se podría ganar la vida. Le hizo caso y jugó 17 años como profesional. En México compartió equipo con el “Pony” Ruiz y Nelson Pinto, y en Venezuela con Gamadiel García, además de ser dirigido por Jorge Pellicer.

El entrenador lo tuvo siempre adentro. A los 18 años ya colaboraba con los técnicos de inferiores. Cuando se retiró de jugador activo su primera tarea fue armar el equipo reserva de Talleres de Córdoba y logró un título nacional inédito. También ascendió a Instituto y dirigió en Paraguay (Guaraní). Palestino lo entrevistó hace dos años cuando se marchó Gustavo Costas y ahora se retomó el vínculo para reemplazar a “Vitamina” Sánchez.

-Usted llegó a administrar un equipo que venía con una forma de jugar aprendida, ¿Cuál es su verdadera idea?

“Apenas llegué dije que no íbamos a tocar mucho, conducir el auto como venía. Me gustan los equipos protagonistas, intensos, que proponen, que progresan en el campo con el juego asociado, evitando dividir, pero que tengan la inteligencia para percibir cuando el saltar líneas ante la presión es conveniente. Los equipos que interpretan cuando deben ser asociativos o más directos son los que me identifican, eso requiere trabajo y tiempo, que no hemos tenido”.

-Palestino suma 48 partidos en el año, ¿el desgaste físico es irreversible?

“Lo que tratamos de hacer hoy es cuidarlos (a los jugadores), a veces menos es más, el desgaste que ha tenido este grupo ha sido brutal, hay 7 u 8 jugadores que este año han sumado más partidos que en toda su carrera y todavía no terminó la acumulación, capaz que este volumen sea irrepetible en sus carreras, pero es lo que tocó y no es excusa. Nos encantó competir en los tres frentes, hoy nos queda una competencia y hay que lograr el objetivo de clasificar a un copa internacional”.


-¿Usted cree que le podría darle un plus a este equipo en 2025?

“Si tenemos la chance de continuar le podríamos anexar otras herramientas, nos gustaría tener un equipo más intenso, que pueda sostener la presión, más agresivo, que ante la pérdida se active más rápido, que por momentos no lo podemos hacer, hay partidos que los terminamos padeciendo”.

-¿Qué fotografía tiene del fútbol chileno?

“Es un fútbol que me encanta, la mayoría propone, el jugador chileno técnicamente es muy bueno, hace buenos controles, maneja el pase, hay polifuncionales que manejan las dos piernas con naturalidad, están acostumbrados a arriesgar desde el fondo, defensores que pueden filtrar pases, capaces de resolver con cambios de frente, eso en Argentina se ve en menor medida y eso que el caudal de jugadores es mucho mayor. Los futbolistas de acá que fueron a Argentina dijeron que el cambio más significativo era la intensidad de los entrenamientos. Mire a (Felipe) Loyola, (Rodrigo) Echeverría, (Williams) Alarcón, Paulo Díaz ya más consolidado, todos se transformaron en piezas importante en el fútbol argentino. Al jugador chileno cuando le das una marcha más se vuelve muy bueno e interesante”.

-¿Lo más difícil en el fútbol actual es detectar espacios libres y llevar la pelota por ahí?

“Detectar espacios, también detectar tu hombre libre y la toma de decisiones, en espacios reducidos, eso es fundamental, hacer lo que la jugada pide, eso es jugar bien. Yo prefiero un equipo que juega bien ante uno que juega lindo, si juntas ambas cosas pago una entrada para verlo”.

-¿La velocidad del pase incide en la intensidad del fútbol chileno?

“En algún punto sí, pero creo que donde se puede mejorar es aumentando las intensidades en el entrenamiento, que la cabeza del futbolista chileno sea más competitiva, que realmente en edades menores los chicos tengan más roce, que se acostumbren a salir rápido de la derrota, porque eso va desarrollando el gen de un futbolista competitivo y eso con el paso del tiempo se traduce en generaciones de futbolistas que no les da lo mismo ganar o perder, así se van a cuidar mejor, se van a entrenar mejor, no se queden en el área de confort, es un proceso largo”.

-¿Encontró un vestuario futbolizado?

“Hoy el futbolista cambió, tiene otras inquietudes, el tiempo lo consume en otras cosas, yo soy a la antigua y no me gusta todo lo que se ve en redes sociales, pierdo muy poco tiempo en ellas, me interesa más el cara a cara, la verdadera vida es esa. No me retiré hace mucho, pero el jugador cambió, lo conversé con el plantel hace poco, muchos se sienten futbolistas profesionales porque tienen las piernas depiladas, los brazos tatuados, un perfume importante en su neceser importante, un auto de alta gama que traen el entrenamiento, pero eso no es ser futbolista profesional, es el que quiere mejorar, el que busca potenciarse él y sus compañeros, que cuida su alimentación”.

-Eso es tener pasión…

“Lo hablo siempre con mi esposa, ella no se explica muchas cosas, el estar lejos de mis tres hijas, de mi matrimonio, mi contexto familiar es particular, no estar al lado de mis hijas me hace vivir con culpa, me pierdo un montón de cosas, que es lo esencial de la vida, pero es mi trabajo y lo que toca, yo le digo que es la pasión hace que nos desvivamos cuando vemos una pelota de fútbol; cuando dejas de jugar viene un vacío, yo intenté a través de la dirección técnica estar cerca de la cancha, pero lo que genera jugar un partido oficial no tiene comparación con nada”.

ROMÁN, GUARDIOLA, QUINTEROS


“¿Los más desequilibrantes del torneo? Leandro Fernández es muy importante, tiene muchos recursos por el hecho de pegarle con ambas piernas exactamente igual, sale con la gambeta para ambos lados; y Carlos Palacios tiene una valentía grande, quiere la pelota cuando nadie la quiere, ellos aparecen en los momentos más determinantes”.

“Iván Román es un gran proyecto, un chico con mentalidad de futbolista por sobre la media, una madurez que no parece de 18 años, recursos técnicos que no parecen de un central, buena toma de decisiones, buen primer pase, tiene carácter, marcó jugadores de envergadura en la competencia internacional y estuvo a la altura, tiene voz de mando, inquiero por mejorar y aprender, y con los pies en la tierra”.

Iván Román y Leandro Fernández, parte de las reflexiones del técnico de Palestino. Foto: Photosport.

“Soy un enamorado de los equipos de Guardiola, me gusta Bielsa, Klopp, los entrenadores que intentan ir evolucionando porque Guardiola no es el mismo de Barcelona, donde logró formar el mejor equipo de todos los tiempos, Klopp hizo una revolución en el Dortmund pero en Liverpool no era le mismo, el rival te obliga a evolucionar (…) El Barca de Guardiola marcó una época, parecía que era el camino a futuro, muchos intentaron imitarlo y muchos fracasamos en el intento, porque al no tener los intérpretes no puedes jugar así, pero marcó una forma de vivir el fútbol, que enamoró”.

“Gustavo Quinteros me convoca dos veces para ser su ayudante, primero en Católica y le dije que no porque yo ya estaba decidido ser técnico principal, después me habló para Xolos de Tijuana, le volví a decir que no, pero le recomendé a un amigo: Walter Lemma (actual DT de La Calera) con quien trabajé en la reserva de Talleres, no te vas a decepcionar le dije a Gustavo, y ahí arrancaron juntos”.

Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.

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