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El manifiesto de Erwin Durán, el DT campeón con La Serena: “La suerte no existe en el fútbol”

Dirigió a nivel amateur, en el barrio, en La Legua, en inferiores y en todas las categorías del ascenso. No tiene referentes y se obsesionó con saber más de la psicología del deportista. “El jugador es lo más importante y hay que saber tratarlo”. Cuenta por qué no pega la lista de citados ni la envía por Whatsapp y tampoco les habla de los errores a sus dirigidos. “Un equipo ordenado saca ventajas en la B, porque el rival siempre se desordena”, enseña a los 53 años. Conozca cómo armó La Serena 2024 con tipos desechados en otros clubes y lo llevó a Primera División.
Foto: Diario El Día.
Claudio Herrera de la Fuente06 de octubre, 2024
“Hice todas mis series menores en Naval, desde el 80 hasta el 91, logré mi sueño de debutar ahí como profesional, con Luis Ibarra de técnico. De niño fui navalino. Y cuando el equipo desaparece se pasó a llamar Los Náuticos, estuve medio año ahí también. Después pasé por Everton, Huachipato, Santiago Morning y San Luis. Nací en Concepción, pero a los 8 años llegué a vivir a Talcahuano, mis papás tenían un negocio de frutas y verduras en el mercado, que se cayó para el terremoto de 2010, ahí también perdí todos los recuerdos que tenía se mi época de jugador, lo más valioso era una foto que tenía con Elías Figueroa y Caszely. Lo único que hacía era jugar a la pelota, para el estudio era flojo, hacer las tareas era perder el tiempo, perderse entrenamientos. En Naval, club que me marcó como persona, mis referentes eran el ‘Jurel’ Herrera y Edógimo Venegas, quien después llegó a ser presidente del club. Yo era muy técnico, un ‘10’ clásico, pero me falló mi forma de ser: era muy tímido, me faltó personalidad”.

“En 1988 fui seleccionado Sub 20 con Eugenio Jara, había puros jugadores de Santiago, como ‘Lucho’ Musrri, Rodrigo Barrera, Hernán Peña (hoy DT de Santa Cruz), José Luis Sánchez, el ‘Mono’ Esparza, los únicos de regiones eran el ‘Guatón’ Vega de Atacama, Jaime Silva de Trasandino y yo. Quedé fuera de la lista que fue al Sudamericano de Buenos Aires: llevaron en mi lugar a un jugador enyesado y que volvió con el yeso, jaja”.
“Cuando jugaba, antes de escuchar las charlas de los técnicos yo ya pensaba qué podía suceder, era algo innato. Lo que más me llamaba la atención era la estrategia, cómo engañar al rival, cómo evitar que te neutralizaran, estudiar al rival, conocer cada jugador individualmente. Fui dirigido por Andrés Prieto, un caballero, y por Luis Santibáñez, pero los que más me marcaron fueron los que tuve en la formación, como Alejandro Padilla, quien ha sacado un montón de jugadores en Huachipato. No tuve una carrera relevante como jugador, pero lo que no gané como futbolista estaba convencido que lo podía lograr como entrenador, siempre me movió eso”.


“Cuando me retiré, Iván Contreras, gran preparador de arqueros que había sido mi compañero en el ‘Chago’, me invitó a hacer el curso de técnico. Comencé en el INAF, hice un año y por temas económicos tuve que dejarlo, después terminé los años que me restaban. Entre medio hice hartas cosas, tuve colectivos, yo era chofer, con amigos pusimos una empresa de hormigones en Maipú. Apenas terminé el curso de DT, ‘Arica’ Hurtado me invitó a participar para formar las divisiones inferiores de Magallanes. Antes trabajé en escuelas fútbol en municipalidades, en Puente Ato, San Joaquín, allí tuve las mejores enseñanzas y formé carácter. Trabajé en La Legua Emergencia con los niños en riesgo social, también en la Asociación El Pinar, etapa bonita, ahí empecé a jugar en el Juventud Norambuena, estaban (Francisco) Huaiquipán, ‘Lucho’ Núñez, después terminé dirigiendo ese club, salí campeón de Santiago dirigiendo la selección de El Pinar, hice grandes amistades que hasta hoy conservo. Uno aspira a llegar a lo más alto, porque soy un convencido que los sueños se cumplen, pero jamás tuve prisa, dirigí en todos los niveles y aprendes a tratar con gente de todos los estratos”.
“Tengo un liderazgo muy participativo, muy allegado al jugador, primero la persona y luego el futbolista. Hasta el día de hoy algunos se sorprenden mi forma de dar la citación, no hago como esos que se la pasan al utilero para que la pegue en la pared una vez que él ya no esté, o los que la mandan por WhatsApp en la tarde. Yo digo la citación frente a todos, cara a cara, porque a mi me tocó ir a mirar la lista y es duro cuando no apareces. Yo me preocupo más de los que no juegan, porque los 11 que juegan están contentos, menos contentos están los suplentes y los que están con rabia son los no citados, pero tengo claro que son ellos los que en algún momento me van a levantar el equipo y se los subrayo, por eso debes tenerlos bien preparados, el jugador percibe cuando eres honesto”.

“En la B más que jugar al pelotazo o las transiciones, el equipo que es ordenado saca ventaja, porque la gente en esta división te empuja para adelante, siempre en algún momento el equipo rival se desordena y ahí le debes hacer daño. En La Serena nos han hecho 12 goles en 25 partidos. Siempre le recalco al equipo: orden y creatividad, ahí está la base, les doy opciones en la fase ofensiva, pero los dejo ser con el balón, que esa esencia no la pierdan, jamás habrá un reproche por atreverse y perderla. En las charlas nunca les hablo de los errores o cosas negativas, con mi cuerpo técnico vemos en lo que nos equivocamos y fijamos tareas para corregir, pero no les digo a los jugadores los errores, que ellos se vayan dando cuenta, la idea es levantar siempre la confianza. ¿Si esta campaña me dará prestigio? Veo que los que ascienden son mejor vistos, mejor evaluados, el objetivo es salir campeón y lograr una campaña histórica en la B. Si eso pasa obvio que va la llamar la atención, van a aparecer posibilidades, pero mi foco está en cerrar bien este año y dejar la vara bien alta. El trabajo a uno lo posiciona, porque la suerte y el azar no existen en el fútbol, trato de meterles eso en la cabeza a los jugadores, todo es disciplina, perseverancia y sacrificio, si pega en el palo es porque no le pegaste bien, la diferencia que llevamos este torneo no es suerte”.

“Como entrenador no tengo ningún modelo ni guía. Sí leo y escucho mucho de varios técnicos y hay cosas que me llaman la atención, me gusta como lidera el entrenador del Real Madrid (Carlo Ancelotti), incluso tengo fotocopiada una declaración suya donde dice que nunca trataría mal a un jugador; me fijo en cómo se defienden en el fútbol italiano, te dan una clase, defender es un arte; miro la posesión de algunos equipos ingleses como el City, después está lo que dijo Gorosito: ‘Me gustaría ver a Guardiola en Instituto de Córdoba’ (…) De acá me gusta lo que hace el ‘profe’ (Gustavo) Álvarez, transmite tranquilidad cuando se expresa”.

“Me gusta mucho la psicología, he hecho un montón de cursos, de coaching también, pero antes de empezar a estudiar esa área un psicólogo me dijo que tenía que hacer un curso de autoconocimiento para conocerme yo primero y lo hice. Me llama la atención el liderazgo, la neurociencia. ¿Libros? De Phil Jackson, ‘Jugar con el Corazón’ de Xesco Espar, escucho a la psicóloga (Sandra Rossi) que trabaja con Gallardo en River, a Julio Velasco —del vóleibol—, a Fernando Trueba (…) Todo eso trato de aplicarlo al frente de un plantel, porque el futbolista es especial y hay que saber gestionar las emociones de 30 personas, haber jugado sirve para saber lo que siente perder un penal, no ser citado; algunos son más histriónicos, otros que no se quejan por nada, otros se quejan por todo, pero el jugador en esto es lo más importante de eso y hay que saber tratarlo”.


“El plantel 2024 lo armé a partir del conocimiento de la categoría. A Eryin Sanhueza lo conozco desde que salió de Audax, y siempre me gustó, excepto su exceso de peso. El primer día el dije que tenía un mes y medio para bajar 12 kilos, tiene una capacidad tremenda; al Diego Sanhueza lo conocí chico en el Vial y es el mejor lateral derecho de la división; Lucas Alarcón había jugado un Mundial (Sub 17) y me preguntaba por qué no estaba jugando, ahora ha sido un puntal; Enzo Guerrero ha estado siempre en Primera y dije ‘en la B será un líder innato’. A (Raúl) Osorio no sé por qué no lo querían, puede ser central, pero él es lateral, juega lindo; a ‘Seba’ Díaz lo conozco desde que dirigía a Naval Sub 17 y fuimos a jugar a Temuco, nos metieron seis y él nos volvió loco, siempre lo quise dirigir; ‘Seba’ Gallegos fue de los primeros nombres que entregué y se dio; Ethan (Espinoza) estaba acá, pero lo conocía de Colo Colo. A (Lionel) Altamirano lo conocíamos todos y lo pedí sin ninguna fe, pensé que era carísimo, pero también el club lo tenía en la lista, se demoró y llegó. (Juan Ignacio) Figueroa nunca había jugado fútbol profesional, le pregunté a (Alejandro) Padilla, me dijo es un jugadorazo, lo traje a ojos cerrados. Cuando se lesionó (Deian) Verón, que es volante, elegí traer un extremo, pregunté por (Sebastián) Molina pero sin fe, cómo me lo iban a pasar de la U. de Conce y lo pasaron, ha tenido un tremendo año”.

“Tengo un gran cuerpo técnico. Jonathan Viveros para mi es el mejor ayudante en el torneo, sumamos a Arturo Sanhueza, con él tengo una amistad, respeto, cariño, le dije 'necesito tu experiencia', el cómo se relaciona con los jugadores, les da da confianza, respeta a todos, un crack, intachable en su vida, entrena más que lo jugadores, y además un PF (Cristóbal Rivas) que tiene una trayectoria tremenda”.


Claudio Herrera De La Fuente

es redactor de Deportes El Mercurio, especializado en fútbol y en atletismo de fondo, especialmente en maratón y pruebas de ultradistancia, con más de 20 años de experiencia en periodismo escrito.