100 minutos con 55 segundos.

Damián Pizarro pica al primer palo, impacta con el hombro la pelota quieta de Leonardo Gil y anota el 2-1 de Colo Colo sobre Universidad Católica. El delirio es en Pedrero, pero también sacude a todo Chile: cantan todos, desde Arica a Magallanes, porque el equipo blanco ganó con el formato que más disfruta, con el coraje de la sangre araucana y con la tinta que ha escrito buena parte de su historia.

Y su leyenda.

De atrás picó el indio para saborear un triunfo que con seguridad tendrá el rótulo de inolvidable, pues ingredientes no faltaron: la opción en la mesa de soñar con el bicampeonato (aunque el triunfo de Cobresal sobre Palestino le permitió mantener las distancias), pero también doblegar a un clásico rival, con un arbitraje polémico y por si fuera poco con el gol del triunfo a los 100 minutos con 55 segundos.

Da igual, ¿qué le podría importar a Colo Colo que, de acuerdo a la Comisión Arbitral, lo correcto eran 10’ de descuento y no 11’? Sin embargo, el réferi Felipe González estimó otra cosa, generosidad que el Cacique aprovechó desde el rincón.

Atrás habían quedado momentos determinantes y que marcaron a fuego la batalla en Macul.

Ganaban los cruzados 1-0 con el tanto de Alexander Aravena: recuperación de Daniel González, el “Monito” jugó hacia Cristián Cuevas, este alargó a Clemente Montes y por el carril derecho el ‘18’ apareció para terminar la jugada.

¿Premio desmedido? Absolutamente, porque el actual campeón merecía hace largo rato la ventaja. A poco de andar, Damián Pizarro —indomable por su irreverencia y potencia— eliminó la débil custodia de Guillermo Burdisso, pero el centro rasante no encontró receptores y luego Nicolás Peranic se fue convirtiendo en clave en el personal duelo que tuvo con Jordhy Thompson, quien probó su eficiencia desde todos los ángulos.

El mejor juego de los albos era consecuencia de una presión asfixiante, de laterales ofensivos, de volantes que rompían líneas y de infatigables diagonales de Pizarro.

Pero el marcador decía otra cosa.

Instantes después del grito estudiantil, el juez expulsó a Gary Kagelmacher por hacer tiempo. “En ningún caso la comparto, no hay silbato para jugar. El árbitro estuvo predispuesto a buscar la situación, él la fuerza un poco”, fue como explicó la jugada el técnico de los cruzados, Nicolás Núñez.

A partir de ahí, Colo Colo movió varias veces la fórmula de ataque; fue sumando agentes ofensivos (Leandro Benegas, Agustín Bouzat y Matías Moya) y quedó permeable a las transiciones rápidas del rival. En una de esas, otra situación conflictiva: Montes encaró a Óscar Opazo y el lateral lo detiene con dos golpes, uno fuera del área y el segundo bien, pero bien al límite.

El VAR dictaminó que las faltas no merecían la pena máxima. Y tampoco expulsión para el “Torta”.

Los albos siguieron empujando y machacando, cada vez con más vehemencia. Y la UC cada vez más atrás, sosteniendo la ventaja con una línea de cinco defensores, porque ya había entrado Byron Nieto a cubrir la banda derecha.

Llegó el empate, y cerca de los 100’, Ignacio Saavedra desperdició una jugada de oro. Con Colo Colo lanzado al ataque, el volante se encontró en campo enemigo con múltiples opciones de pase: Cuevas por la izquierda, Rovira y Fernando Zampedri por la derecha.

Incluso pudo hacer lo que hace casi siempre, quitarle velocidad al juego, retroceder y asegurar.

Pero no: buscó un pase al frente y falló muy feo.

Segundos después vendría la locura popular. “Sueños de niñez, convertir alguna vez un gol a estadio lleno…”, cantan Los Miserables, letra que calza de maravillas para describir la sensación del adolescente nacido en La Pintana y quien mantiene encendida la ilusión de una nueva corona que si bien no está exclusivamente en sus manos, con Colo Colo todo puede suceder.

Es el equipo que ha sabido ser campeón…

En el camarín de los cruzados hervía la sangre con el juez Felipe González. “Hay frustración, porque este mismo árbitro no nos cobró un penal contra Audax, en que su jefe (Roberto Tobar) lo salió a criticar… Es evidente que hay algo personal, quizás frustración y resentimiento por el hecho de haber pertenecido a este club (N. de la R: hizo inferiores) y no seguir. No doy certezas, pero es evidente… Además, está su actitud de soberbia”, declaró el DT Nicolás Núñez.

Ante posibles sanciones por parte del Tribunal de Disciplina, señaló: “No creo, he sido súper respetuoso. Si los jueces no se dan cuenta, es porque tampoco están haciendo bien su trabajo, porque acá hubo un árbitro que no lo hizo bien y que no midió con la misma vara a los dos equipos… Si no somos capaces de decir nuestras palabras, y el comité va a amenazar con sanciones, vamos por mal camino. También tiene que haber una autocrítica de ellos, y hago el énfasis en un árbitro que ha tenido errores. Espero que nos dirija nunca más”.

Colo Colo era felicidad: “Sacamos adelante el partido con garra, corazón y huevos”, enseñó el goleador Pizarro, en tanto Alan Saldivia se aventuró: “Estamos convencidos de que las 8 finales que quedan las vamos a ganar”.

“Tendríamos que haber ganado en el primer tiempo, porque fue muy bueno y de hecho los felicité. Hicimos bien las jugadas preparadas, eso me puso muy contento. Después ellos llegaron una vez y se nos complicó. El árbitro permitió la lentitud. En el futuro, el fútbol tiene que ser como en el básquetbol, o algo parecido. Hay que parar el reloj. Y jugar el tiempo siempre dentro del campo”, pidió Gustavo Quinteros.

Tal como viene sucediendo desde que fue operado de los meniscos de la rodilla derecha, el “King” apareció en el Estadio Monumental. El volante continúa recuperándose y la semana pasada recibió la visita de los médicos del Athletico Paranaense para certificar que todo esté marchando según los plazos establecidos.

A los 18’, una moneda impactó el cuello de Alfonso Parot (fue arrojada desde la tribuna Cordillera) y sobre los 25’ una seguidilla de objetos cayó en el área que defendía el portero cruzado Nicolás Peranic (lanzados por la Garra Blanca). El tema se fue calmando conforme avanzaba el reloj.

De acuerdo a lo informado por el coronel Gonzalo Urbina, prefecto de Santiago Rinconada, cerca de 300 barristas albos que viajaban por la Ruta 78 rumbo a Pedrero para ver el choque ante la UC fueron interceptados y sometidos a un operativo preventivo por Carabineros. El resultado fue la incautación de armas de fuego, cuchillos, drogas y fuegos artificiales. Pese al procedimiento, no hubo detenidos.