La historia del descalabro de la UC en Playa Ancha partió el 21 de agosto. Era una fecha para celebrar. Los cruzados disputaban ante Audax Italiano el último duelo en su estadio, San Carlos de Apoquindo, antes de su remodelación, y los incidentes de sus hinchas —invasión a la cancha— derivó en una sanción: dos partidos sin público.

Pero la Católica apeló a la Segunda Sala del Tribunal de Disciplina, y en una decisión en que no se inhabilitó Stéfano Pirola, tribunicio patrocinado por el club de la franja para ocupar tal cargo, el 25 de septiembre la tienda que encabeza Juan Tagle quedó habilitada para tener hinchas para el duelo ante la U.

Comenzó entonces la pesquisa de estadio. Conocedores del caso, afirman que la UC preguntó en tres recintos: El Teniente de Rancagua, Santa Laura de Santiago y el Elías Figueroa de Valparaíso.

En el primer coliseo dijeron sí, pero sin público. Descartado. En el segundo advirtieron que el recital de Daddy Yankee se llevaba buena parte del personal de Carabineros. Y en el puerto dijeron ok, pero no con el aforo de 14 mil espectadores solicitado por los estudiantiles, sino que con solo 7.000.

La autorización fue visada pese a que la solicitud, para cualquiera de los tres estadios, estaba fuera de plazo.

Llegó el juego con 4.240 asistentes en las gradas y el escándalo cayó desde el cielo: fuegos artificiales y bombas de estruendo, una de ella explotando tan cerca del portero de la U, Martín Parra, que el golero terminó hospitalizado. Con el escándalo desatado, el personal del OS13 de Carabineros realizó el operativo de rigor y su pesquisa quedó reflejada en una minuta oficial visada a las 22:30 de este miércoles, con la falla del club organizador como punto central del reporte, así como también el desglose de los cuatro detenidos, uno por lanzar bengalas, otro por portar una mochila negra con 20 cartuchos, uno más por ingresar al estadio usurpando identidad y el último por agredir a una funcionaria durante la revisión en el ingreso.

De los cuatro detenidos pasados a control de detención de acuerdo a lo decretado por el fiscal de turno, José Miguel Subiabre, dos tenían vigente la prohibición de ingreso a los estadios.

El informe es lapidario con la UC: “Incumplimientos por parte del organizador. Se detectó la poca rigurosidad del personal de seguridad en la revisión de los asistentes, lo que permitió el ingreso e instalación de lienzos sobre lo permitido por norma, así como también permitió el ingreso de fuegos de artificio por parte de hinchas de Universidad Católica”, se lee en el documento.

Más adelante, en el acápite “Otros hechos” se detalla el operativo para capturar a los portadores de los fuegos artificiales, previa revisión de las cámaras de seguridad disponibles que registraron las detonaciones con origen en la galería sur. Fue así como personal de la Prefectura COP Valparaíso detuvo en dicha galería a C.J.C.C.

Cinco minutos más tarde, esto es, a las 18:05 horas, justo cuando era detenido C.J.C.C., se “divisó a otro individuo que, al observar la detención del referido hincha, salió corriendo del lugar lanzando una mochila al piso, situación que fue advertida por este personal, procediendo a dar alcance al sujeto, realizando en primera instancia un control de identidad, y al revisar la mochila que había dejado abandonada, se procede a su detención ya que en su interior mantenía 20 cartuchos de fuegos de artificio sin activar, además de un lienzo con la leyenda ‘SKORIAS’”. El detenido fue identificado como B.N.G.C.

C.J.C.C., chileno de 28 años, individuo que “vestía ropas oscuras” en el sector 55 de la galería sur, fue imputado como autor de la activación de pirotecnia y por infringir la Ley de control de armas. Domiciliado en Paine, no tenía prohibición de ingreso vigente.

B.N.G.C., portador de la mochila, también fue acusado por incumplir la ley de Control de Armas. Chileno, de 23 años y domiciliado en Conchalí, tenía vigente la prohibición de ingreso a los recintos deportivos, por haber falsificado una cédula de identidad para evadir un control de ingreso.

El tercer detenido, J.E.G.A, chileno, de 31 años y domiciliado en Cerro Navia, cayó por usurpación de identidad previa diligencia del OS13. “Mientras (los efectivos policiales) se encontraban fiscalizando el acceso sur, observaron a un individuo el cual es reconocido por personal de este Departamento OS13 por mantener prohibición de ingreso a los estadios, ante lo cual se esperó que ingresara al recinto, y una vez dentro se procedió a su fiscalización, y al consultarle cómo había ingresado, este manifestó que lo había hecho con la cédula de identidad de un amigo”, dice el reporte de Carabineros.

El individuo, por cierto, tenía prohibición de ingreso a los estadios que, al igual que el portador de la mochila con los 20 cartuchos, no fue detectada por el personal contratado por la UC que chequea el ingreso de público.

El cuarto detenido, S.A.F.R., chileno, de 29 años y domiciliado en Vitacura, fue apresado a las 17:30 horas pues, al momento de que el personal de validación le pidió su cédula “se ofuscó, procediendo a agredir a la víctima M.A.C.L. que se desempeñaba como validadora, lanzándola contra una reja”. Fue detenido por agresión. El imputado no tenía prohibición de ingresos a los estadios.

Los pecados de la UC en la organización del espectáculo, apuntan fuentes que manejan antecedentes del caso, tuvo otro episodio que, aunque parece menor, no pasó inadvertido para las autoridades: el jefe de seguridad de los cruzados, que por norma debe estar en la caseta junto al jefe de servicio de carabineros y el control de cámaras, estaba en la cancha.

La magistrada del Juzgado de Garantía de Valparaíso, Nora Bahamondes, decretó arraigo nacional y prohibición de ingreso a los estadios para el agresor de la validadora. El portador de la mochila quedó con arresto domiciliario entre las diez de la noche y las seis de la mañana mientras dure la causa, además de quedar impedido de asistir a espectáculos de fútbol profesional. El percutador de la pirotecnia no podrá entrar a los estadios. La magistrada Sylvia Quintana fijó cien días de plazo para la investigación.