Clube de Regatas do Flamengo, la nueva casa de Arturo Vidal, siempre fue grande, multitudinario y el más popular de Brasil desde que el fútbol reemplazó a los remos como el deporte central de la escuadra carioca y sus colores cambiaron el amarillo y el azul por el rojo y el negro.

Al club lo hizo grande su gente, sus millones de “torcedores”, que hoy superan el 20% de un país de 220 millones de habitantes, fanáticos por los que, en 2007, el club retiró la camiseta número 12 para honrar a la fervorosa grada que, esgrimen, también juega.

Rodolfo Landim, su actual presidente, festejó los números económicos en 2021 del club cuya propiedad está en manos de los 60.902 socios-hinchas activos, diez mil más que hace dos años. El año pasado, pese a la pandemia, la escuadra rubronegra por primera vez en su historia reportó ingresos que superaron el billón de reales (US$ 200 millones), “una cifra inédita en el mercado brasileño de fútbol”, explicó el directivo.

El último ranking de la consultora BrandFinance, de mayo de 2022, ubica al cuadro rojinegro entre los clubes más valiosos del mundo, con una marca valorizada en US$ 96 millones, más del doble que Palmeiras, otro coloso brasileño. El “Mengao” es el único equipo no europeo en el top 50.

Hace un década, sin embargo, Flamengo mostraba cifras rojas. Deudas y patrimonio negativo que recién logró revertir en 2017 y sostener al alza hasta hoy. ¿Qué pasó? Cambio de directiva y de gestión basada en la enorme clientela de 47,5 millones de hinchas ávida de comprar camisetas, entradas, paquetes de TV de pago y cuanto artículo de merchandising aparezca. También en sus auspiciadores.

Flamengo fue el primer equipo brasileño en tener un sponsor en su camiseta. Fue en 1984, pero con un contrato de 25 años con Petrobras que concluyó en 2009.

Hoy, la vestimenta rubronegra tiene siete auspiciadores, incluyendo a la marca de ropa deportiva que fabrica la indumentaria: Adidas paga anualmente casi US$ 7 millones, más del doble del contrato de la misma firma con la selección chilena, con variables que en el caso del “Fla” pueden llegar a US$ 11,7 millones por logros deportivos.

“En febrero firmó su último auspiciador, Luvix, que aparece en las medias de los futbolistas, por seis 6 millones de reales (unos US$ 2 millones), incrementando el contrato anterior con Moss que era de 3,6 millones de reales”, grafica Fred Gomes, periodista de Globo Esporte.

Por temporada, enseña Gomes, el uniforme de Flamengo rinde un mínimo de US$ 24 millones en auspicios: BRB, el patrocinador principal, paga US$ 5,5 millones por estar en el pecho de la camiseta, Mercado Libre US$ 3,3 por aparecer en la espalda, Pixbet US$ 4,4 millones en el hombro, Havan US$ 2,3 por ver su logo en la manga, entre otros.

“Flamengo es récord en todo: en patrocinios, venta de tickets, camisetas, merchandising oficial y número uno en cantidad de hinchas. Flamengo es el gigante del continente. Se desmarcó, tiene un muy buen trabajo de engagement de hinchas que no dejan de crecer y seguirá al alza. Su plan de marketing es el mejor del continente”, resume Gerardo Molina, CEO de Euromericas Sport Marketing, una consultora con base en Buenos Aires.

En 2021-22, el club lleva 3.680.000 camisetas vendidas, seguido del Chivas de México con 2.745.000, Boca Juniors con 2.145.000, Corinthians con 1.977.000 y América de México con 1.845.000.

“En febrero, Flamengo llegó a vender 350 mil camisetas en un solo día. Tiene 157 locales repartidos por Brasil. Y ya es un club global. En Asia vendió 570 mil camisetas el último año vía web”, agrega Molina.

El “Mengao” cerró 2021 con un superávit de más de US$200 millones, año en que reveló su ambicioso plan de expansión a mediano plazo que consiste, en una primera etapa, en comprar un club en Portugal (negoció con Tondela por unos US$50 millones), para luego ir de compras a Alemania, Francia, España, China y Estados Unidos, según comentó Rodrigo Tostes, su gerente de finanzas.

Con ingresos por derechos de TV de los distintos campeonatos que bordean los US$50 millones, formar planteles estelares con futbolistas “repatriados” desde Europa —con Vidal como último ejemplo— ha sido la tónica de los últimos años en que, pese a su enorme historia, recién en 2019 logró reconquistar la Copa Libertadores de América, trofeo que no ganaba desde 1981. En el Brasileirao, que ganó por última vez en 2020, marcha noveno, a nueve puntos del líder (Palmeiras). Además, está en cuartos de final de la Libertadores y de la Copa de Brasil.

El último ranking de Globo Esporte de público en los estadios sitúa a Flamengo en la cima con un promedio de 36.896 espectadores por partido de local. Este año el club proyecta ganar US$24 millones en ticketing.

El legendario Maracaná, sin embargo, no sería el escenario en que debutaría Vidal, quien ayer tuvo su primer entrenamiento a las órdenes del DT Dorival Junior. El chileno será presentado oficialmente el lunes y, según ha deslizado el vicepresidente de fútbol del club, Marcos Braz, podría debutar dos días después ante Juventude en Brasilia, por el Brasileirao.

Si no logra estar a punto físicamente para ese día, las apuestas trasladan su estreno al domingo contra Avai, o el miércoles siguiente frente a Goianense en el Maracaná, antesala del duelo realmente relevante para los cariocas: el 2 de agosto contra Corinthians —otro gigante de Brasil—, por cuartos de final de la Libertadores.