Santiago de Chile.   Vie 26-04-2024
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Daniel Schapira, segundo máximo accionista de Azul Azul: “En la U podría estar el mejor dirigente del mundo y no habría sacado al equipo de esta dinámica”

El director dice que no sabe quién compró el club y aborda los temas deportivos sin tapujos. “Lamentablemente el equipo no ha mostrado la jerarquía que esperábamos… Desespera el tema que hoy enfrentamos. A veces me gustaría entrar a la cancha, pero yo no soy jugador”, dice. También se refiere a Michael Clark: “Quizás no sea tan futbolizado, pero al final él no juega”. Y dice que habría hecho las cosas de distinta manera: “Si fuese por mí, por ejemplo, Vargas y Goldberg aún estarían en la U”.
Foto: Photosport
Ramiro Fuenzalida26 de noviembre, 2021
Después del grupo Sartor, que tiene el 63,82% de la propiedad de Azul Azul, Daniel Schapira es el segundo máximo accionista, con un 21,44%. Desde esa posición, sufre con lo que vive su equipo, que este sábado se juega una “final” por la penúltima fecha del torneo ante Cobresal, luchando por no descender. “Ha sido complicado para todos lo que vive el equipo, que no haya podido levantar cabeza”, arranca reflexivo en su diálogo el empresario inmobiliario.

—¿Cómo evalúa el presente de la U?

“Uno mira hacia atrás y ve que ante Palestino nos hicieron el gol al último minuto, con Curicó hicimos el primero y lo celebramos como si fuera la final del mundo, después inexplicablemente el equipo desapareció y nos dieron un baile. Con Ñublense pudimos llevarnos un punto perfectamente sin haber llegado al arco rival, porque llegamos una sola vez y ellos solo dos veces. Estaba clavado el empate, pero el rival no cometió errores y nosotros sí. Entonces cuando pasan estas cosas uno no entiende nada. Se escucha mucho que en la U hay cuestiones dirigenciales que afectan al equipo, pero lo que está pasando en la cancha no se puede creer y no creo que eso tenga que ver con lo que haga o no la dirigencia. Siento que acá podría estar el mejor dirigente del mundo y no habría sacado al equipo de esta dinámica. Desespera el tema que hoy enfrentamos, porque estamos en la U. A veces me gustaría entrar a la cancha, pero yo no soy jugador de fútbol”.

—¿Cómo se explica que un equipo que estuvo cuarto en la tabla se desmorone tan fácilmente?

“Es muy raro y no se entiende. Sé que los jugadores se sacan la mugre, pero se cometen errores infantiles. Nos pasó en el penal con Ñublense, por ejemplo”.

—¿Ve muy complicado salir del pozo en que se encuentra el equipo?

“Confío en que revertirán este escenario. Hay que hacerlo, esta es la U, un equipo demasiado grande para estar pasando por esto”.

—¿Le molesta que se diga que la dirigencia no ha dado la cara en estos duros momentos?

“En la U hay problemas por lo que estamos viviendo, eso es efectivo. Estamos bien complicados y súper afectados como dirigencia por lo que vive el equipo, pero no hay un quiebre o una rotura ni tampoco se da eso que nadie da la cara. Acá estamos los dirigentes, parados, dando lo mejor. Hablo de lo que está pasando puntualmente con el equipo y yo doy la cara como dirigente. No es cierto que no la damos, no nos escondemos. En lo personal trato de estar en todos los partidos. Si hay que ir a Arica, por decir algo, yo voy. Eso de que no estamos, no es así. Ahora, que esté o no Michael Clark en el estadio o en todos los partidos no sé qué tanto afecta en lo que pase o no en la cancha. A él le gusta la U, quizás no sea tan futbolizado, pero es bien hincha del club y es el presidente, pero al final él no juega”.

—¿Se equivocaron al armar este plantel?

“Prefiero no echarle más leña al fuego. Necesitamos que todos —dirigentes, jugadores e hinchas— nos enfoquemos en el único objetivo que debemos tener: sacar esto adelante”.

—Aunque esta situación se arrastra desde hace unos años.

“Acá hay una situación que no es de ahora. El año pasado vivimos una situación angustiante, después por milagro clasificamos a la Libertadores, pero se hizo una diferencia en relación a lo que hoy vivimos. El año pasado además teníamos a Walter Montillo, que ya no está. Lo quisimos reemplazar por el mejor ‘10’ del fútbol chileno en ese momento. Costó y trabajamos mucho para traer a Marcelo Cañete y hoy está lejos de lo que era en Cobresal. Entiendo que no es lo mismo estar en la U, pero no se le puede olvidar jugar al fútbol, esperamos que aparezca toda su calidad. Necesitábamos un extremo, lo buscamos y trajimos a Nahuel Luján. Revisamos 200 partidos suyos y vimos que es un jugador extraordinario. Además, Sergio Vargas y Rodrigo Goldberg no iban a tener tan mal ojo, jugaron toda su vida y eligieron a futbolistas ultra estudiados, entonces esto escapa a lo que esperábamos. Por Pablo Aránguiz luchamos por contratarlo, pero no ha mostrado la jerarquía que lo precedía y eso se ha repetido en otros casos. Pensamos en que íbamos a tener un plantel jerarquizado, quizás no al nivel de Colo Colo o de la Católica, pero sentíamos que íbamos a estar ahí, muy cerca para pelearles, pero no ha sido así. Cuando todo el equipo cae en esta dinámica es bien difícil saber qué va a pasar”.

—Brandon Cortés también llegó y desapareció de las citaciones.

“Lo trajimos como juvenil. La gente piensa que se sumó como un refuerzo, pero era más una apuesta. Ahora, si se compara con lo que ha pasado en Colo Colo (que trajo en un caso similar a Pablo Solari), claro que son caminos distintos. Cuesta hablar, pero de verdad hemos tenido muy mala suerte. No esquivo la responsabilidad ni se la traspaso a nadie, pero todo esto que se dice del directorio, del fondo inversor, son cosas que no tienen que ver con lo que pasa en la cancha. Los que entran a la cancha son los jugadores y sabemos que pueden dar mucho más, tienen todo nuestro respaldo”.

—¿Le falta jerarquía al plantel?

“Este equipo no se armó este año. El año pasado se rejuveneció el plantel, trajimos lo mejor disponible dentro de nuestras posibilidades, sabiendo que la U es deficitaria, y gastamos más de lo presupuestado, porque a mí no me importa gastar en la U con tal que el equipo gane. Incluso sería feliz si la acción valiese cero pesos, pero con el equipo ganando. Lamentablemente el equipo no ha mostrado la jerarquía que esperábamos”.

Daniel Schapira es duro en su evaluación del rendimiento del plantel azul. “Lamentablemente el equipo no ha mostrado la jerarquía que esperábamos”, dice el segundo máximo accionista de Azul Azul.
—¿Cuál es el mea culpa directivo por lo que viven hoy?

“Perdimos demasiado tiempo al no hacer cambios cuando el equipo no respondía, quizás debimos haber cambiado dos o tres partidos antes de técnico y pedirle a Esteban (Valencia) que volviera a las divisiones menores, porque es de la casa y lo valoramos mucho”.

—¿Sabe quién compró la U? ¿Quiénes son los nuevos dueños?

“Lo que yo sé y escucho son los mismos nombres que se mencionan en la prensa, pero si es así o no, sinceramente no tengo ninguna certeza. En cuanto a que pudiese ser Fernando Felicevich, como se especula, él mismo lo descartó. Quizás pudo verse relacionado al haber sumado la U a Junior Fernandes, que es de su corral. Pero si lo suyo es participar con jugadores y son buenos, que los traiga. Uno quiere ser campeón con buenos futbolistas. Ganando, las cosas se arreglan. No tengo certeza de si Felicevich está o no metido en la propiedad de la U, pero si fuera así y trae buenos jugadores, fantástico. La U tiene que marcar presencia en el torneo local y a nivel internacional”.

—¿Quién toma las decisiones en el club?

“Le puedo decir que en la U yo no mando. Somos dos directores en la mesa: yo y mi hijo Eduardo, y por lo tanto no decido, desgraciadamente. Si fuese por mí, por ejemplo, Vargas y Goldberg aún estarían en la U. Me entendía muy bien con ellos, pensaba que estaban haciendo un trabajo relativamente bueno y especialmente Sergio, con el cual me relacionaba muy bien. Los teníamos a ellos que podían conversar con el técnico de turno, sabían lo que era un camarín, no les iban a contar cuentos y eso era positivo, ayudaba. Ahora llegó una nueva administración y optó por un trabajo, como dicen, ‘diferente’. Siempre he creído que hay que tener gente en terreno, con camarín, que entiendan lo que puede pasar en un plantel, en un vestuario. Al final esto se juega en la cancha. Es una industria compleja, pero hay que tener gente relacionada con el fútbol”.

—Luis Roggiero, con Clark a la cabeza, lidera una mesa más ejecutiva.

“Hay una realidad que dice que hoy tenemos un directorio que es mucho menos futbolizado que el anterior, esto es así. Es un modelo distinto, pero el club funciona: nos reunimos, debatimos, discutimos y se decide, más allá de que la actual mesa directiva sea menos futbolizada. Igualmente llevo muchos años en esto y he participado en directorios muy futbolizados y eso tampoco te garantiza buenos resultados, como nos pasó en los últimos años”.

—¿Cómo califica lo que pasó ante Curicó, cuando algunos hinchas apretaron y agredieron a Aránguiz y Rodríguez?

“Todo eso fue lamentable, no puede ocurrir ni permitirse. Todos queremos sacar al club adelante, no ponerle mochilas extras encima”.

—¿Es cierto que pudieron traer a Leonardo Gil en su momento?

“Así fue. Lamentablemente se nos acabó el dinero en ese momento”.

—En el escenario actual, ¿en qué están las renovaciones de Joaquín Larrivey y Ramón Arias?

“Primero hay que pasar este trance que vive el equipo. La U debe y tiene que quedarse en Primera, esa es la primera tarea”.
Ramiro Fuenzalida

es periodista de Deportes El Mercurio, con experiencia de más de 20 años en la materia. Especialista en fútbol, ha cubierto mundiales de la disciplina, adultos y juveniles, clasificatorias y copas América.

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