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Goles que nublan

Imposible quejarse, porque los goles son la esencia de este deporte. El problema es que cuando estas conquistas son muy fáciles algo no funciona y después, en la exigencia de la alta competencia, no se encuentran las mismas facilidades y espacios.
Foto: Photosport
Danilo Díaz17 de septiembre, 2021
Se inició la fase de grupos de la Champions League y el dato es duro: solo dos chilenos en el principal torneo de clubes del mundo. Y no cualquiera. Son Alexis Sánchez y Arturo Vidal, los dos mejores futbolistas nacionales en el ciclo que llevó a la selección a los mundiales de Sudáfrica y Brasil, además de los títulos en las Copa América 2015 y Centenario 2016. El antecedente es más crudo. Ninguno es titular en el Inter de Milán. Vidal por ahora tiene mayor continuidad y Sánchez se incorpora de forma paulatina, después de la lesión que padeció en el final de la temporada anterior y que recrudeció por la impertinencia de jugar ante Brasil en la reciente Copa América.

Ambos se mantienen en la élite, pero con un rol distinto al que vivieron en el cenit de sus carreras. En Europa cada vez hay menos jugadores criollos. Un barómetro que refleja la situación de nuestro fútbol a nivel internacional. Cuesta competir y los actores más relevantes del campeonato 2019 y 2020 —César Pinares y Carlos Palacios— no lograron afirmarse en el Brasileirao. En el caso del formado en Unión Española, aún mantiene crédito en el Inter de Porto Alegre. La figura anterior, Ángelo Araos, transita en la suplencia de Corinthians, con escasas ráfagas en la titularidad. Por ahora, solo Tomás Alarcón tiene un buen inicio en el Cádiz de la primera división española.

Todo esto a raíz del duro momento de Chile en las eliminatorias y la discreta actuación en la Copa América. La lógica es que el campeonato local abastezca, pero eso no sucede. El aterrizaje de la caída en Barranquilla no tuvo la amargura presupuestada en las canchas del torneo. Con gente en las gradas, los partidos fueron entretenidos, con equipos que dieron vuelta marcadores, a veces lapidarios, como el 3-2 de La Calera sobre Audax o el 2-2 de Ñublense con Huachipato. Nadie se aburrió en La Granja en el 4-2 de Universidad Católica ante Curicó Unido ni en el 3-2 de Universidad de Chile a Unión Española en Santa Laura. En total hubo 31 anotaciones en ocho cotejos.

Imposible quejarse, porque los goles son la esencia de este deporte. El problema es que cuando estas conquistas son muy fáciles algo no funciona y después, en la exigencia de la alta competencia, no se encuentran las mismas facilidades y espacios. Marcelo Morales subió muy bien en el primer gol de la U a los hispanos (cabezazo de Joaquín Larrivey), pero cerró mal en los dos tantos de Cristian Palacios. Una característica que observamos es que muchas veces los volantes centrales o de contención no paran a nadie. En el pleito entre Antofagasta y Curicó Unido, en el segundo tiempo la mitad del campo fue una autopista. No se marcaba y los mediocampistas disponían de 40 metros para avanzar sin pausas.

Los espectadores disfrutan y quizás nos sirve para engañarnos. La efectividad ofensiva y la displicencia defensiva en esta ocasión son primas hermanas. Si la aspiración es recobrar el protagonismo en el continente se requiere apretar los dientes. De lo contrario, el fútbol chileno será como esos alumnos que ven infladas sus notas por trabajos de grupo, pero cuando llegan las evaluaciones individuales sufren el impacto de la cruel realidad.
Danilo Díaz

es un comentarista, periodista deportivo y escritor chileno. En 2009 obtuvo el premio de Premio Nacional de Periodismo Deportivo de Chile.

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