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Desde Platko a Jozic: los campeones que huyeron de la guerra

Las increíbles historias de una media docena de recordados entrenadores que conquistaron fama, títulos y el recuerdo eterno en Chile tras haber llegado al país escapando de los rigores de los conflictos bélicos que azotaron a Europa en el siglo pasado.
france presse
Aldo Rómulo Schiappacasse27 de octubre, 2020
Esta es la media docena de reputados entrenadores que dirigieron en Chile después de haber participado en los conflictos armados que desangraron Europa en el Siglo XX.

FRANCISCO PLATKO (COLO COLO 1939, 1941 y 1953)


El húngaro combatió en la Primera Guerra Mundial, interrumpiendo su incipiente carrera en el Vasas. Una vez terminado el conflicto, el arquero fue contratado por el Barcelona, que buscaba un sustituto para el Divino Zamora. Militó con los catalanes durante más de una década, en que no solo se ganó el afecto de los hinchas, sino que también los inspirados versos del poeta Rafael Alberti para destacar su talento.

Francisco Platko debió abandonar su promisoria carrera en el Vasas húngaro para enrolarse en la Primera Guerra Mundial. Foto: El Mercurio

Pero la inminencia de la Guerra Civil española lo hizo abandonar Cataluña para iniciar su labor como técnico en varios equipos, hasta que la Guerra Mundial lo obligó a emigrar a América, donde dirigió a River Plate, Boca Juniors y a Colo Colo en dos épocas distintas, consagrando no solo una revolución táctica para el fútbol chileno, con dos títulos brillantes en su palmarés, sino que también una identificación total con el club. Platko volvió a España para dirigir al Barcelona, pero Chile se había convertido en su lugar en el mundo. Falleció en 1982, en Santiago.

ISIDRO LÁNGARA (UNIÓN ESPAÑOLA 1951)


Fue el máximo goleador de la Liga española entre 1933 y 1936 defendiendo al Oviedo, en el que jugó 220 partidos para marcar 281 tantos. Al comenzar la Guerra Civil fue detenido y juzgado, pero libró de cargos y se incorporó al Ejército republicano, que lo destinó a… jugar en la selección de Euzkadi para recaudar fondos en Europa. Tras caer Bilbao en manos de Franco, el equipo viajó a América.


Cuando el español Lángara llega a Chile escapando de la Guerra Civil venía precedido de una gran fama en su país: había sido un goleador de fuste defediendo a Oviedo. Foto: Marca

Lángara decidió jugar en Argentina, convirtiéndose en ídolo de San Lorenzo de Almagro, club en el que anotó 110 goles en 121 partidos. Tras retirarse y un paso por México, recaló en la Unión Española, cuadro al que consagró campeón en 1951 tras haber perdido la final de 1950. En 1970, otro integrante de la exiliada selección de Euzkadi, Pedro Areso, estuvo a punto de ganar otro título con los rojos, pero perdió la final con Colo Colo, tras liderar todo el año.


WILLIAM BURNIKELL (UNIVERSIDAD CATÓLICA 1954)


Famoso por su mal genio, o al menos eso creían los jugadores de la UC. Tenía un estilo marcial, seco, como el instructor de guerra que en realidad fue. Su carrera como futbolista quedó tempranamente truncada tras el inicio del conflicto bélico, en el que Burnikell se convirtió en instructor de la Tactical Air Force, en la que instruía a los paracaidistas británicos.

Sirvió en Birmania y al final de la contienda volvió al fútbol con el propósito de convertirse en entrenador. Así fue contactado por la Universidad Católica para hacerse cargo de un plantel de lujo, pero con malos resultados. Con Sergio Livingstone, Miguel Angel Montuori, Raimundo Infante y otros se clasifica campeón, pero el mal genio le pasaría la cuenta. Al año siguiente se iría al descenso con los mismos jugadores.

MIODRAG STEFANOVIC (PALESTINO 1955)


Nacido en Serbia en 1923, pronto se convirtió en delantero en el torneo local, en el que llegó a destacar justo antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Tratando de evitar el enlistamiento, viaja a Francia para enrolarse en el Estrasburgo, pero la invasión nazi lo lleva a abandonar el juego. Tras la guerra se va a Italia, donde entrena equipos menores y, convencido de que en Europa los problemas son muchos y las oportunidades escasas, se embarca rumbo a Chile, donde pese a no dominar el idioma consigue una oportunidad inmediata en Palestino, que termina la temporada 1954 en posiciones secundarias.

Stefanovic junto a su unidad militar. Luego maracaría época en el inolvidable Palestino de mediados de los años cincuenta, con Roberto Coll a la cabeza. Foto: Palestino Histórico

Al año siguiente, con un traductor llamado Milan Stefanovic, también serbio y con quien se le confundió, se corona campeón. Se quedó en Chile para siempre y su historia fue rescatada por el historiador Carlos Medina en el centenario del club tricolor.

LADISLAO PAKOSDY (AUDAX ITALIANO 1957)


El húngaro alcanzó a disputar diez partidos por la selección de su país antes de la invasión nazi, y aunque al llegar a Chile dijo que había integrado la selección subcampeona del mundo en 1938, lo cual no fue correcto. Como a muchos, la guerra le truncó la carrera en el mejor momento. Y obligado a emigrar, fue primero a Bélgica, pero el conflicto lo perseguía. Volvió a la actividad en Brasil, y luego se afincó como futbolista en Chile para jugar por la UC.

Se puso el buzo en 1950, y luego de varias experiencias firmó en el Audax Italiano de 1957, un equipo que tuvo una particularidad: todos sus integrantes eran chilenos. Fue tanta la diferencia que obtuvieron los itálicos en ese certamen, que Pakosdy fue nombrado seleccionador nacional en un equipo donde sus jugadores hacían la fuerza. Tras consagrarse campeón, se quedó en el país para siempre.


MIRKO JOZIC (COLO COLO 1990-1993)


Para los que lo conocieron bien, el carácter y el genio de Jozic comenzó a cambiar en 1992, el año en que la Guerra de los Balcanes alcanzó su expresión más cruel y su Croacia natal se convirtió en un campo de batalla con miles de muertos. Para el técnico era una realidad particularmente dolorosa, pues había sido campeón mundial y europeo con la selección de Yugoslavia, que conformó con una inolvidable mezcla de futbolistas croatas y serbios.

Mirko Jozic, el DT europeo más recordado, porque es el más fresco en el tiempo y porque consiguió el mayor logro a nivel de clubes en Chile con Colo Colo campeón de la Libertadores 1991. Foto: El Mercurio

De hecho, su título de 1987 conseguido en Santiago fue una de las últimas expresiones colectivas de una nación que terminó desangrándose, y que obligó a Jozic a emigrar con su familia a Chile para dirigir a Colo Colo y luego a la selección nacional. Una vez terminado el conflicto, Mirko volvió a su tierra natal.

Aldo Rómulo Schiappacasse

es, además de columnista de El Mercurio, presentador de televisión, periodista y comentarista deportivo. Actualmente trabaja en el Canal del Fútbol, Chilevisión y Radio ADN.

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