En las canchas de cemento de San Carlos de Apoquindo se realizó el trabajo del equipo chileno de la Billie Jean King Cup, el equivalente femenino de la Copa Davis, que este martes, en Guadalajara, iniciará una nueva aventura, persiguiendo el sueño de luchar por un lugar en los playoffs del Grupo Mundial.

La novedad será la ausencia de Daniela Seguel, ya retirada del tenis oficial y que jugó entre 2010 y 2024, marcando un hito en la escuadra nacional, que se medirá con México (anfitrión), Argentina, Venezuela, Paraguay y Guatemala por dos ascensos a las rondas clasificatorias y dos descensos al Grupo II Americano.

“Sin duda que es una gran pérdida no tener a la ‘Dani’. Hasta el año pasado era el pilar del equipo, de las jugadoras con más experiencia, ganó casi todos sus partidos de singles. Va a ser una ausencia importante, pero tenemos confianza en las chicas que vienen trabajando desde hace tiempo. Es natural el proceso de recambio”, reflexiona Paulina Sepúlveda, capitana del equipo nacional.

“A la ‘Dani’ la respeto bastante, cuando empecé a jugar la miraba, le pedía fotos, y compartir equipo con ella y con Alexa (Guarachi) fue muy importante, aprendí muchísimo. Ella ha sido un pilar fundamental para el equipo, hace mucho tiempo que no salía una jugadora como ella y sin dudas deja un vacío en el equipo; pero viene una nueva generación y queremos hacer las cosas bien”, admite Antonia Vergara (886ª), quien viene de una sólida campaña en juveniles que pretende traspasar al profesionalismo.

Además de Vergara, a la cita viajarán Fernanda Labraña (522ª), Jimar Gerald (947ª) y las jóvenes Fernanda Rain y Paula Gutiérrez (ambas sin ranking WTA). Las tres primeras tienen experiencia en el equipo nacional y seguramente cargarán el peso de la zona, que se juega todos contra todos en formato de dos singles y un doble por día.

“Las jugadoras tuvieron un muy buen final del año pasado, Jimar ganó dos torneos, Antonia Vergara también tuvo muy buenos resultados, lo mismo que Fernanda. El equipo viene sólido, pero hay factores que podrían no favorecernos, como el hecho de jugar en cancha rápida y en altura, que son condiciones a las que no estamos tan adaptadas y por eso decidimos entrenar en las pistas de cemento de San Carlos de Apoquindo, para que las jugadoras adquirieran ritmo”, afirma Sepúlveda.

La adaptación ha sido precisamente el tema más importante del equipo.

“Cuando nos enteramos que la serie sería en México, sabíamos que iban a poner condiciones que les favorecieran, pero estamos acostumbradas a enfrentar condiciones que no son las más favorables. El año pasado, en Bogotá, había más altura, pero por eso estamos en San Carlos, que tiene una altitud parecida a Guadalajara y practicando en cemento, así que llegaremos aclimatadas”, sostiene Vergara, probable segunda singlista nacional.

Los favoritos en el papel son México, que cuenta con Renata Zarazúa (71ª) y la doblista Giuliana Olmos (38ª), y Argentina, liderada por Julia Riera (149ª) y Jazmín Ortenzi (235ª). Venezuela tendrá a Sofía Cabezas (784ª) y la experimentada Andrea Gámiz; Paraguay, en tanto, citó a Leyla Brítez (sin ranking) como su principal carta; y Guatemala, que no tiene jugadoras ranqueadas a nivel profesional.

“Sin duda, las selecciones más fuertes son México, que elige la cancha que más le acomoda, y Argentina, que es una potencia en la región, el año pasado subió y volvió a bajar, pero igual los partidos en este tipo de competencias hay que jugarlos, hay una presión especial que en el circuito no se ve”, asegura la capitana.

“Siempre se puede pelear, en este torneo el ranking pasa a segundo plano, por las emociones que se viven en la semana. Son seis equipos, se juega cinco días seguidos en singles y dobles, por lo que se empieza a notar el cansancio, hay lesiones, problemas que pueden aparecer. De todas formas vamos a salir a pelear para subir a la siguiente zona, pero teniendo en cuenta que empezamos un nuevo proceso”, concuerda Vergara.

El equipo pretende luchar por los cupos del ascenso, más allá de que el favoritismo esté del lado de aztecas y trasandinas.

“La lógica es que Guatemala, que viene subiendo, sea el menos fuerte. Y aunque la mayoría de los países tiene jugadoras de bajo ranking, ellas juegan bien. Nos pasó el año pasado, enfrentábamos a jugadoras sin ranking o fuera del 1000 y eran partidos parejos, porque jugaban en las ligas universitarias de Estados Unidos, que son muy competitivas, así que no podemos confiarnos”, añade Sepúlveda.

De todos modos, la meta es consolidar una formación, considerando que solo Labraña tiene más de 25 años, mientras que Gerald (23) y Vergara (19, en su primer año profesional) recién defienden a Chile en el torneo.

“Este año ya empecé de lleno como profesional, con mi equipo (encabezado por Guillermo Gómez) hemos venido haciendo un buen proceso de cambio de junior a profesional. El año pasado hice buena transición, jugué algunos torneos y pude entrar entre las 1000 y conseguir jugar varios torneos este año. Estoy con muchas ganas de ratificar eso en el circuito”, lanza Vergara, líder del recambio femenino que la federación pretende promover.

“Con Macarena Miranda, la subcapitana, diseñamos un selectivo y se citó a más de 12 jugadoras para abrir el espectro de tenistas. Queremos abrirl la Billie Jean King Cup a jugadoras junior, pensar en consolidar un equipo para tres a cinco años, liderados por las tres chicas que ya son profesionales y eso podría permitir que aparezcan nuevos nombres. Es lo que buscamos”, plantea la capitana.