Santiago de Chile.   Vie 06-06-2025
10:37

Djokovic rejuvenece en París y enfrentará a Sinner en semifinales

El serbio no hizo notar sus 38 años y superó en todos los aspectos al alemán Alexander Zverev y volvió por 13ª vez a la ronda de los cuatro mejores en Roland Garros. Allí le espera el italiano Jannik Sinner, líder del ranking, que despachó sin apuros a Alexander Bublik.
Foto: France Presse
Héctor Opazo M.04 de junio, 2025
En muchas culturas no es más que una leyenda, que los mayores le transmitían a hijos y nietos. Sin embargo, Novak Djokovic (6º) parece haber encontrado la Fuente de la Juventud.

El serbio tiene 38 años, millones de dólares en su cuenta, 24 Grand Slam en sus vitrinas, pero el hambre de ganar no le dismimuye. Ayer, encendiendo el court Philippe Chatrier, parecía un veinteañero en su duelo ante el alemán Alexander Zverev (3º), a quien venció por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4 para instalarse, por 13ª vez en su carrera, en las semifinales de Roland Garros.

Ahí está. Parado como un gladiador que acaba de ganar una batalla bestial, pero sin aspavientos. Oyendo la ovación de la gente con una sonrisa de satisfacción, sin exagerar el festejo, uno que ya ha vivido tantas veces en su carrera que cuesta enumerarlos.

Bestial. Sublime. Usando los mejores golpes de su repertorio, fue demoliendo al alemán, que a ratos parecía inerme ante la potencia del balcánico.

Y eso que partió mal. Zverev le quebró el servicio de entrada y, apostando a moverlo en la cancha y a atacar su revés, fue consolidando una diferencia que pudo cerrar, no sin apuros.

Pero sería solo un espejismo. Porque Djokovic despertó, afinó su pulso, disminuyó sus errores y le traspasó la presión a Zverev, que fue incapaz de soportarla. El germano no halló su primer servicio y, ante quien quizás es el mejor devolvedor del circuito, fue un pecado demasiado grave para ser perdonado.

Y si bien “Nole” apostó a acortar los puntos, lanzó un sinfín de drops, la mayoría exitosos, y se tomaba pausas para recuperar la respiración, fue capaz de soportar largos rallies sin fallar, acabando con la táctica que intentó jugar su rival, que, por el contrario, multiplicó sus yerros y lo pagó caro.

“Mi forma de jugar se basa en correr, pero a mi edad, no puedo correr tanto. Por eso, intenté imponer mi ritmo con esos drop shots”, afirmó con modestia hablando con Alex Corretja.

Sobre el final, era el alemán quien parecía más agotado, con menos piernas para correr de lado a lado de la cancha, mientras el serbio recuperaba el tenis que lo llevó a ser número uno del mundo por tiempo récord.

“Partidos como este son los que me hacen seguir jugando y amar la competencia”, lanzó Djokovic, ovacionado por el público francés en su 101º triunfo en el torneo y que sueña, por qué no, con su 25ª corona de Grand Slam.

“Derrotar a uno de los mejores jugadores del mundo en los escenarios más importantes es algo por lo que sin duda trabajo. Es una especie de testimonio, tanto para mí como para los demás, de que todavía puedo jugar al máximo nivel”, celebró.

Rival del balcánico, mañana, será el italiano Jannik Sinner (1º), que en el otro partido del día no tuvo piedad con el kazajo Alexander Bublik (62º), a quien venció por un contundente 6-1, 7-5 y 6-0, en un monólogo que solo tuvo algo de batalla en el segundo parcial.

“Contra este tipo de jugadores, hay que ser consistente, porque si cometes muchos errores, se puede complicar. Por eso, intenté mantener el ritmo en los rallies”, admitió el número uno del mundo.

“Las semifinales de Grand Slam son especiales, así que tengo muchas ganas”, amenazó, mientras el mundo ya se ilusiona con otra final entre él y Carlos Alcaraz (2º), que también este viernes jugará por el paso al pleito decisivo ante otro italiano, Lorenzo Musetti (8º).

Eso, si Djokovic no dice otra cosa.


OTRO GOLPE DE BOISSON


Hasta hace dos semanas, prácticamente nadie había oído hablar de Loïs Boisson. Y no es raro. Ubicada en el puesto 361ª del mundo con 22 años, su historia en el tenis se había reducido a ganar un título en un WTA 125 el año pasado, que la dejó 152ª del mundo y que provocó que la invitaran a jugar Roland Garros, del que desertó por una lesión de ligamentos.

Hija de un basquetbolista que jugó la Copa de Europa en los 80, Boisson cumplió todos los pasos de recuperación y volvió en febrero al circuito ITF, en el que ganó un W75 justo antes de volver a París, que pagó su deuda y le repitió la wild card que no había podido utilizar el año anterior.

Boisson es la esperanza francesa en París. Claro que Coco Gauff es la favorita en semifinales. Foto: France Presse.


Y claro que la aprovechó. Fue avanzando, ronda tras ronda, desde las canchas secundarias hasta las centrales. En octavos de final, eliminó a la estadounidense Jessica Pegula (3ª) y este miércoles bajó a otra top ten, la prometedora rusa Mirra Andreeva (6ª) por 7-6 (6) y 6-3, haciendo vibrar al público que repletó el court Philippe Chatrier.

“Me encanta jugar con el público. Me encanta escuchar mi nombre cuando gano un punto. Para mí, es solo algo extra. No es presión. Pero creo que también es realmente difícil para una jugadora de otro país”, dijo Boisson a propósito del ruidoso apoyo, que obligó al juez de silla a intervenir varias veces para rogar por silencio.

Con su victoria, logró establecer varios hitos. Uno, que un tenista local se meta en las semifinales del Grand Slam parisino por primera vez desde que Jo-Wilfried Tsonga lo hiciera en 2015 (en damas, la anterior había sido Marion Bartoli en 2011). Otro, ser la semifinalista local más joven desde Amélie Mauresmo en 1999.

Pero, además, es la primera jugadora en toda la Era Open que se instala entre las cuatro primeras del torneo luego de haber recibido una invitación. Y apenas la tercera que llega a dicha instancia en su primera aparición en un Grand Slam, en una lista que incluye a estrellas como Monica Seles y Jennifer Capriati.

El siguiente paso en su ruta será este jueves, cuando choque con la estadounidense Coco Gauff (2ª), el último obstáculo antes de la final. La otra semifinal la animarán la bielorrusa Aryna Sabalenka (1ª) y la polaca Iga Swiatek (5ª).

TABILO DESPIERTA


A ratos, sacaba tiros precisos, perfectos. En otros, erraba con su drive. Un primer set zigzagueante tuvo Alejandro Tabilo (61º) en la segunda ronda del challenger de Prostejov, en la arcilla checa, pero reaccionó en el tie break para doblegar al eslovaco Lukas Klein (190º).

De hecho, el europeo dispuso de dos puntos de set con el saque del chileno, que logró evitarlos con buenos servicios y forzar un desempate en el que, pese a que también le costó entrar en calor y tardó en tomar la iniciativa, sacó adelante con jerarquía.

Luego de Prostejov, Tabilo jugará tres torneos seguidos en césped antes de Wimbledon. Foto: France Presse.

Llevarse el parcial fue el aliciente que Tabilo necesitaba y, a la vez, hundió a Klein, que se quedó sin respuestas, que empezó a errar más de lo recomendable y que terminó sucumbiendo ante el nacional, que apretó las teclas adecuadas para sacar la tarea e imponerse por 7-6 (4) y 6-3.

El zurdo avanza en la tarea de recobrar la confianza y acumular puntos para enfrentar la dura defensa que viene en las próximas semanas. Es un hecho que escalará al menos hasta el 57º casillero del ranking y, en caso de alzar el título, regresará al top 50.

Su siguiente rival será el húngaro Zsombor Piros (170º), un habitual en el circuito de challengers y que llega al duelo con una seguidilla de 12 victorias en línea, producto de sus títulos en Ostrava y Túnez, por lo que será una amenaza mayor.

La cara opuesta de la medalla la ofreció Nicolás Jarry (149º), apeado rápidamente en el césped de Birmimgham por el francés Adrian Mannarino (130º), que exhibió su mejor adaptación a la superficie y que lo venció por 7-6 (6) y 6-3.

Tuvo sus opciones el chileno, que sacó muy bien en la primera manga, que sobrevivió a los líos que le provocó el galo, aunque no fue capaz de ponerlo en aprietos con su devolución. El tie break se hizo inevitable y, en él, llegó a estar 4-1 y 5-3 con un servicio a favor, pero cayó en los errores no forzados y terminó cediendo esa manga.

En el segundo, las diferencias se profundizaron. A Jarry le costó cada vez más llegar a los tiros rasantes del francés y, sufriendo dos quiebres —aunque recuperó uno—, culminó su primer encuentro con el pasto en su ruta a las clasificaciones de Wimbledon.

Ahora, el chileno viaja al continente para disputar el ATP de ‘s-Hertogenbosh, en Países Bajos, también sobre césped.
Héctor Opazo M.

es coordinador de Deportes El Mercurio. Periodista de la Universidad de Chile, participó en la cobertura de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y en los JJ.OO. de Río 2016, entre otros eventos.

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