Parecía encaminado a un desastre. Alejandro Tabilo (61º del mundo) no hallaba respuestas ante el húngaro Zsombor Piros (170º), que le endosó un contundente 6-1, que hacía pesar sus 12 triunfos en línea a nivel challenger y que ignoraba la diferencia de ranking y de pedigrí entre ambos.

Pero tal como ocurrió en la segunda ronda, el zurdo, que más que pegarle a la pelota, la empujaba en el primer set, despertó a tiempo. En la segunda manga, aunque el europeo le devolvió un quiebre y llegó a ponerse 4-3 arriba, el cansancio de sus agotadoras semanas y los golpes que, por fin, empezaron a correrle al chileno, terminaron por marcar las diferencias que podrían haberse augurado antes de comenzar el duelo.

Así, ganó nueve juegos consecutivos y terminó consiguiendo la victoria por 1-6, 6-4 y 6-0 y, por primera vez en la temporada, hila tres triunfos consecutivos, pagando la apuesta de haber descendido al circuito de challengers después de más de un año.

“Tuve un mal comienzo de partido y mi rival prácticamente no cometió errores. Pero llegué al torneo con el objetivo de ganar. Luché con todas mis fuerzas y me metí de nuevo en el partido. Me sentí cómodo con el juego y eso se notó en el último set”, reconoció el zurdo tras la victoria.

Por el paso a la final, Tabilo juega este viernes, cerca de las 7:30 horas, ante el taiwanés Tseng Chun-Hsin (94º), quien le ganó hace cuatro meses en el ATP de Río de Janeiro, también sobre arcilla, en el único duelo que registran.

“No encontrarás un oponente débil en las semifinales de un torneo de esta categoría. Sé que tengo que jugar bien para tener posibilidades de ganar”, razonó Tabilo, que empieza a despedirse de la arcilla para iniciar la mini temporada de pasto, que en su caso parte el lunes en el ATP de ‘s-Hertogenbosch.

Desde Santiago, el entrenador y extenista Ricardo Urzía ha seguido los progresos de Tabilo en República Checa. “Uno puede pensar que jugar un challenger es bajar un nivel, pero Prostejov debe ser uno de los challengers más reputados del calendario, por historia, por nivel, por premios en dinero... Es casi un ATP”, describe.

Por lo mismo, valora la decisión de haber ido a disputar el torneo, con una temporada de arcilla que se le acortó por una lesión en su muñeca.

“Siento que Alejandro viene en alza, que si bien no se había traducido avanzando muchas rondas en los torneos, si se nota en su nivel. Basta recordar que le ganó a (Novak) Djokovic en Montecarlo... Necesitaba juntar tres triunfos para mejorar su confianza”, admite Urzúa.

En términos de ranking, Tabilo aseguró escalar cinco posiciones en el escalafón, que podría seguir aumentando si sigue avanzando (será 49º si es campeón), un detalle importante considerando que en tres semanas más deberá defender el título de Mallorca.

“Pero no creo que sea su principal preocupación”, cree Urzúa. “Lo importante es que se sienta bien, porque eso lo lleva a ganar partidos. Seguramente están buscando sensaciones positivas, recuperar sus mejores golpes, en definitiva, que se vuelva a sentir bueno. Por eso, seguramente, optaron por jugar una semana más en arcilla que ir a arriesgarse al pasto”, sostiene.

Puede parecer lógico, pero en el tenis femenino siempre hay lugar para las sorpresas. Que las dos mejores del ranking animen una final de Grand Slam suena normal, pero el hecho es que en las últimas 28 no ocurrió.

Hasta ahora. Porque la bielorrusa Aryna Sabalenka (1ª) y la estadounidense Coco Gauff (2ª) llegaron al pleito decisivo del sábado, luego de superar sus respectivas semifinales.

La europea lo logró destronando a la reina de París, la polaca Iga Swiatek, tetracampeona del torneo y que no perdía desde 2021. En un partido que partió parejo y terminó desnivelado, Sabalenka aprovechó la crisis de confianza de su rival y celebró una victoria por 7-6 (1), 4-6 y 6-0, para alcanzar su primera final en el Abierto Francés.

“Va a significar todo para mí y mi equipo, porque debo decir que casi toda mi vida me han dicho que la tierra batida no es lo mío y entonces no tenía confianza”, admitió la vencedora, que buscará su cuarta corona de Grand Slam.

“En los últimos años pude desarrollar muchísimo mi juego, así que me siento muy cómoda en esta superficie y realmente disfruto jugando en tierra batida”, añadió.

Su rival en la final será Gauff, que terminó con la esperanza local, personificada en Loïs Boisson (361ª), a quien venció por 6-1 y 6-4.

Aunque la norteamericana partió aplastando merced a una buena dosis de nerviosismo de la francesa, Boisson reaccionó, empujada por el público, y jugó como si no tuviera nada que perder, estrategia que incomodó a Gauff, que tuvo que esforzarse al máximo para cerrar el duelo en dos sets y guardar energías para la final de mañana.

“En mi primera final aquí estaba muy nerviosa y me di por vencida antes incluso de que empezara el partido. Ahora tengo mucha más confianza por haber jugado antes una definición de Grand Slam y haberlo hecho bien”, asumió la estadounidense, que jugará su segundo pleito decisivo en París y que alabó a su rival. “Es una de las mejores tenistas que he visto en arcilla y tiene un gran futuro por delante”, elogió.

En tanto, este viernes se juegan las semifinales masculinas: a primera hora, el español Carlos Alcaraz (2º) desafiará al italiano Lorenzo Musetti (8º), mientras que el pleito estelar lo disputarán el italiano Jannik Sinner (1º) y el serbio Novak Djokovic (6º).