Max Verstappen se consagra campeón del mundo de Fórmula Uno en una final infartante, emocionante e inolvidable
En la última vuelta del Gran Premio de Abu Dabi, el neerlandés de Red Bull superó a Lewis Hamilton y logró quedarse con la victoria que necesitaba para pulverizar la dinastía de Mercedes en la máxima categoría y alzarse con su primera corona planetaria luego de la increíble carrera en el circuito de Yas Marina.

Foto: AFP
José Contreras12 de diciembre, 2021
Que el mundial de Fórmula Uno se haya resuelto en los últimos cinco kilómetros de la última vuelta en la última fecha grafica lo apretado, emocionante e inolvidable que terminó siendo la temporada 2021. En esos últimos cinco mil metros del circuito de Yas Marina, en Abu Dabi, el campeonato pasó de las manos de Lewis Hamilton a la de Max Verstappen quien por fin pudo consolidar la promesa de gran piloto que lo acompañó desde que asomó en el circuito hace más de un lustro (2015) y consagrarse como campeón mundial de la máxima categoría del automovilismo.
Es difícil que se vuelva a repetir un desenlace tan cerrado y dramático. Fue una carrera excitante hasta el final y en la que Red Bull pasó del desconsuelo a la esperanza tan rápido como avanzan sus bólidos, hasta desatar la euforia de su equipo en cosa de minutos.
El sufrimiento de la casa austríaca arrancó con la carrera, cuando Hamilton le robó el liderato que ostentaba el neerlandés, aprovechando una partida sorprendentemente lenta de Verstappen.
Luego, cuándo no en esta luchada temporada, hubo polémica: el deportista de Países Bajos se puso a la par de Hamilton y en una curva lo sacó de la pista; el británico se vio obligado a recortar el trazado y salir adelante. Vinieron los alegatos de Red Bull, pero los comisarios desestimaron la protesta que reclamaba que el piloto de Mercedes cediera el puesto. No sería la única controversia.
Mientras Hamilton cimentaba su liderado sin zozobras, Verstappen sufría a la zaga. Sus neumáticos blandos lo complicaron, cambió a duros y apostó por recortar la distancia. Tuvo ayuda de su coequipo Sergio Pérez, quien le dio dura pelea a Hamilton cuando pasó a pits y cambió sus gomas medias por unas más duras. La distancia se redujo, pero la percepción era que el neerlandés no tenía cómo superar el seguro rodar de su enconado rival hacia su octava corona planetaria, un registro jamás alcanzado en la historia de la F-1.
La desazón en la casa austriaca era indescriptible hasta ese instante: Verstappen lideró el campeonato en 13 de las 21 fechas y la arremetida final de Hamilton le estaba quitando un título que parecía asegurado. Y más aún después de la qualy que había conseguido su piloto estrella el sábado. “Necesitamos un milagro”, confesaba el jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner, a Sky F1.
Y los milagros ocurren. Hubo una señal en la 36ª vuelta, cuando el Alfa Romeo del italiano Antonio Giovinazzi quedó fuera de la pista. Se activó el safety car virtual y Red Bull actuó con astucia: cambió las gomas de Verstappen y le ordenó ir a buscar el milagro. Hamilton se quedó en la pista, pero advirtió que sus neumáticos ya mostraban desgaste. Extrañamente, el propio ingeniero del británico, Peter Bonnington, le consultó qué compuesto prefería si había que cambiar en un eventual safety car virtual. “Me siento bien con duros o medios, da igual”, dijo Hamilton.

Deportividad al final: Lewis Hamilton saluda y felicita a Max Verstappen por lograr el mundial de Fórmula Uno. Foto: AFP
Por eso el escepticismo del británico cuando Mercedes decidió no emular la estrategia de Red Bull. Lo pagaría más adelante, en la 53ª vuelta, cuando comenzó a obrar el “milagro” que esperaba Horner y compañía. Y se llamó Nicholas Latifi.
El canadiense de Williams, lejos de todo protagonismo, perdió el control y se fue contra las barreras dejando una estela de escombros. A cinco vueltas del final, salió el safety car y se esfumó la distancia de más de diez segundos entre Hamilton y Verstappen. El neerlandés se la jugó, fue por gomas blandas, más rápidas, para el ataque final: sería el título o morir en el intento. Mercedes dejó a Hamilton a su suerte y especuló que la carrera y el mundial terminaría así.
Entonces vino la segunda polémica, la que desató todo. Entre Hamilton y Verstappen había cinco autos rezagados y la dirección de carrera, encabezada por Michael Masi, permitió el acomodo de posiciones; es decir, autorizó al neerlandés a ponerse detrás del británico. En la 57ª vuelta, se fue el safety car; y en la 58ª, y última, se definió toda la historia.
Cuando era pequeño mi sueño era convertirme en campeón del mundo, y cuando llegas aquí y te dicen que eres campeón todo eso vuelve a tu menteMax VerstappenCampeón mundial de Fórmula Uno 2021.
Verstappen vio la ocasión y no la dejó pasar: con gomas frescas ante un Mercedes que aguantaba como podía, dio el zarpazo, se metió en el interior de la curva 5, por la mano izquierda de Hamilton, lo superó, defendió el contragolpe del británico en la última recta y se acabó. Al momento de cruzar la meta y recibir la bandera a cuadros, había 2,2 segundos entre ambos.
Lewis, el de los siete títulos mundiales, cuatro de ellos consecutivos y que estaba en camino de la historia, se rindió. Peleando solo, sin un compañero que hiciera algo de trabajo sucio para ayudar como sí lo hizo Pérez en Red Bull (Valtteri Bottas quedó lejos del protagonismo) y con un equipo que apostó mal y que no hizo eco de sus inquietudes, aceptó su destino y dejó que Verstappen se llevara la gloria en uno de los desenlaces más impresionantes del último tiempo.
“Luché toda la carrera y esa última vuelta fue de locos. Finalmente, un poco de suerte cae de mi lado. Cuando era pequeño mi sueño era convertirme en campeón del mundo, y cuando llegas aquí y te dicen que eres campeón todo eso vuelve a tu mente”, exclamó Verstappen, el primer campeón de Fórmula Uno que proviene de los Países Bajos y el primero desde 2013 que no es de Mercedes; entonces fue otro Red Bull el monarca: Sebastian Vettel.
Al otro lado, Mercedes era una furia. Ni siquiera el título del mundial de equipos consolaba al jefe de la escudería, Toto Wolff, quien rogó para que la carrera terminara con el safety car, pero la negativa fue rotunda: “Se llaman carreras de autos, ¿ok? Ya corrimos”, le dijo Masi. En la casa alemana reclamaron todo lo posible, pero no hubo caso. Les quedará una carta de apelación como último recurso, pero nada le quitará la pena a Lewis Hamilton, quien hidalgamente felicitó a Verstappen en el epílogo.
“Creo que hemos hecho un trabajo increíble este año, todo el mundo en la fábrica y en la pista hemos trabajado muy duro. Ha sido la temporada más difícil de todas y lo dimos todo en la parte final”, indicó el británico, consolado por su padre Anthony en los boxes.
ADIÓS A KIMI
En Abu Dabi también hubo despedidas, como la de Kimi Raikkonen. El finlandés se retiró de las competencias con 42 años y un mundial a sus espaldas, pero no fue de la mejor forma: su Alfa Romeo abandonó por problemas en el motor. Al menos se llevó la ovación del público y el reconocimiento como “piloto del día”.
Así finalizó la temporada más emotiva de la Fórmula Uno en años. Max Verstappen cumple el sueño de su padre Jos, expiloto de F1 en los años 90 y ya sueña con más. “Espero que podamos hacer esto durante 10 o 15 años juntos con Red Bull”, comentó el único piloto que tuvo el atrevimiento de pelearle a la dinastía de Mercedes y Hamilton, y salir airoso. En 2022 se escribirá otra historia, con un nuevo reglamento técnico y con una meta titánica: conservar los niveles de competitividad, emoción, drama e incertidumbre que marcó la temporada que ayer bajó el telón en Emiratos Árabes Unidos.